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FRANCISCO RODRÍGUEZ
Todo va a toda madre, porque los caminos del señor, de éste, de quien dicen es el señor Presidente, son inescrutables. Castiga sin palo ni cuarta. El gorilato en ascenso. Ahora el militarismo cínico se encargará de los fueros civiles: todo ciudadano sospechoso pasará por esas horcas caudinas para su arraigo, su investigación y su prisión preventiva oficiosa. Es el rumbo perfecto hacia el desastre.
Todo va a toda madre. Los generales entorchados, felices con sus concesiones y prebendas para proyecto, dirección y ejecución para toda obra civil, para todo entuerto que nadie quiera o pueda llevar a cabo. El nepotismo floreciendo en Pemex, la Unidad de Inteligencia Financiera, en todos los negocios secretos del Estado. Para toda impunidad, para toda inmunidad.
Todo va a toda madre. Ya somos el número 104 entre los 128 países del mundo que más destrozan el Estado de Derecho. Las obreras, felices, porque la nueva arremetida de la Cuarta Transformación contra el outsourcing ahora sí acabará matándolas de hambre. En mala hora. El antifeminismo en su esplendor.
Todo va a toda madre. El hermano incómodo pasó de supuesto procesado y fugitivo a fiscal de hierro que pide prisión inevitable para todos aquellos periodistas críticos que den a conocer sus tropelías. En las matinés de Palacio Nacional los absuelven, pero en el aparato investigador los procesan. El mundo al revés.
Todo va a toda madre. Los próximos senadores y diputados, felices, porque sólo con levantar el dedo en favor de la desaparición de los órganos constitucionales del Estado, el Poder Judicial tal como lo conocemos, cobrarán estipendios y tendrán prebendas que ni en sueños se imaginan sus “representados”.
Todo va a toda madre. La comunidad artística, científica, cinematográfica, deportiva, literaria, “de plácemes” porque su dinero seguirá yendo hacia rumbos desconocidos.
Todo va a toda madre. El señor provoca a la Casa Blanca y se alinea con las dictaduras bolivarianas del llamado Socialismo del Siglo XXI. Aquí ya pone en práctica los dictados del Foro de Sao Paulo. E instala a México en el narcosocialismo.
Los caminos del señor, incomprendidos
Los bussinesmen encargados de hacer realidad que México sea como Dinamarca en cuanto a prestación de servicios de salud, felices, terminan enriquecidos y seguirán incrementando sus mal habidas fortunas en el siguiente sexenio, luego de que en este se sustrajeron miles de millones del Seguro Popular –que servirían para blindar a los enfermos terminales durante veinte años— y que pasaron a la Tesorería de la Federación para otros fines. A ciencia cierta, nadie sabe cuáles.
Los damnificados, en Babia. Quienes de hoy en adelante sean azotados por terremotos, ciclones y huracanes, o desgajamientos, ya no tendrán para dónde hacerse. Los fondos para desastres, igual que los de estabilización económica, pasaron a la misma bolsa sin fondo. Nadie sabe para qué.
Los padres de niños con cáncer, los no vacunados contra virus de todo tipo, las mujeres con cánceres de mama, y los condenados harán la fila del averno. Pero todo va ¡a toda madre! No se preocupen. Los caminos del señor de la democracia son inescrutables e incomprendidos.
Los empleados de las aduanas, los puertos y aeropuertos, y de otras dependencias como el de la compra de medicamentos, agradecidos por ser vigilados en sus cuentas y sus secretos por los generales en retiro –que ya fracasaron como secretarios “de seguridad” de las entidades– recomendados por el fiel Audomaro Martínez, oreja mayor de un régimen inundado de cerumen.
El Papa, pillado, trocando las disculpas por explicaciones de errores históricos, niega cualquier Códice. La monarquía y la sociedad española, inexplicablemente unida por los mismos reclamos, más el maltrato a Repsol e Iberdrola, sus empresas de energía petrolera y limpia, denigradas por el “caudillo”.
Los demócratas gringos, velando armas, en espera de ordenar a su embajada –pronto en terrenos del “nuevo Polanco de Slim”–, cobrarse todos los agravios en campaña. Hasta los atletas mexicanos que ganaron seis medallas en los recientes Juegos Olímpicos nos hacen sentir, no cabe duda, que ya estamos en el Primer Mundo.
Sí, terminará el sexenio ¡a toda madre!
Y la Federación se desgaja. ¿Centralismo?
Los gobernadores que integran la Alianza Federalista firman en apariencia cuanto desplegado les ordenan desde Palacio Nacional y sumisos se someten a cualquier orden que dedde ahí les giran.
Eso sí, todos cierran filas para repeler los abusos en el reparto del presupuesto, porque están dejando a sus poblaciones en la cuarta pregunta. Nadie quiere obedecer aquello que no han podido discutir con el “caudillo”, porque éste se niega a escucharlos, para “no poner en riesgo la investidura “. Simplemente vergonzoso reclamo del Caudillo para someter a consulta popular el abandono del La Federación se desgaja, igual que todo. Volvemos al centralismo. Todo se destruye y nada se crea, sólo se transforma en cosas y en bodrios peores.
La 4T ha hecho su trabajo y ha regado el tepache a fondo.
Pero, eso sí, el sexenio termina ¡a toda madre!
Se desgajan los ejércitos, el Pacto Federal, los sistemas de salud, las administraciones civiles profesionales, los fideicomisos promotores de la inventiva. Todo por soberbia y por capricho del mandamás. Todos los fondos se carrancean por el simple impulso de completar los ingresos calculados, que de otra forma no hay como cobrar vía impuestos.
Porque no hay actividad económica posible desde hace ya casi seis años. La Cuarta Transformación ha hecho su trabajo y va que vuela para acabar de destruir al país. No nacieron para gobernar, no saben ni con qué se come. Es una materia prohibida.
Así que todo va a toda madre en la República de los impostores. Hasta el respaldo de los leones desdentados, los gobernadores de Morena ya están ahí, con un tufo de incondicionalidad diazordacista de los peores años del sistema. El Cuau, el Cuic, el Rutilio, la Evelyn y toda esa ralea de mamarrachos buenos para absolutamente nada.
Y con esos burros hay que arar. La política interior es un aquelarre. El joven florero que adorna Bucareli ha hecho también lo suyo, suplantando al INE y al TEPJF, ordenándoles cómo deben integrar la próxima Cámara de Diputados, mientras la gobernabilidad del país está en punto muerto.
Así no se puede llegar a ninguna parte. Hasta ellos lo saben, pero por soberbia y por capricho la mantienen y hasta la convertirán en dirigente nacional formal –el real seguirá siendo AMLO– del Movimiento guinda.
El país se desmorona, irreductiblemente.
Ya casi no hay espacio hacia donde caer.
Todo está a toda madre, porque todo el abismo está ocupado.
Indicios
“Vamos bien y lo puedo probar hasta con números”. “AMLO asegura que a seis años del triunfo vamos bien». “Vamos bien y lo puedo comprobar hasta con números …”. ‘Vamos bien, de buenas”. “Vamos bien, bastante bien”. Son estas, entre muchas otras, las frases que el tabasqueño ha pronunciado en las últimas semanas si le cuestionan sobre seguridad, finanzas, cuestiones laborales… Sí. No vamos bien. ¡Vamos a toda madre! * * * Por hoy es todo. Le reconozco que haya leído hasta aquí. Y como siempre le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!
