FRANCISCO RODRÍGUEZ
De los 30 millones de sufragios que obtuvo en el 2018 a Morena ya sólo le queda un chisguete.
¿Cuál es la causa?
Pues por el autoritarismo de Andrés Manuel López Obrador –su fundador y guía– …
… tanto como por su terquedad e inamovilidad de ideas raras, la mayoría heredadas de las décadas de los 60’s y 70’s del siglo anterior…
… por abjurar de los principios –“no mentir, no robar, no traicionar”– que lo llevaron al poder…
… por no cumplir los compromisos que contrajo en sus tres sucesivas campañas presidenciales…
… por los insultos y mentiras u “otros datos” que cotidianamente lanza con toda impunidad desde sus matinés electoreras-cómico-musicales…
… igual que por haber exacerbado la polarización en todo el territorio nacional…
… pero, sobre todo, por la desatención a los principales problemas de los mexicanos, tales como seguridad, salud, educación, vivienda, procuración de justicia…
… y, por supuesto, por haber espantado y ahuyentado a la inversión nacional y extranjera, lo que ha repercutido en altos niveles de desempleo formal…
… entre otras muchas otras calamidades más.
Así que, como dice la sobada frase, si las elecciones fuesen en este momento, su “corcholata” favorecida apenas si alcanzaría un poco más de ocho millones de votos…
… con todo y el dispendio de recursos públicos y muy posiblemente hasta de la corrupción y del narcotráfico que su “destapador” AMLO ha “invertido” en promocionarla desde hace ya más de dos años.
Abone a ello la ausencia de carisma, empatía y de ideas propia de la señora Claudia Sheinbaum y tendrá un resultado calamitoso para el Movimiento de AMLO, quien así verá frustrado su deseo de perpetuarse a través de ella.
¡Ocho millones de votos!
¡Nada más!
Que ¿de dónde sale esta cifra?
De estudios y proyecciones que han llevado a cabo periódicamente miembros del Servicio Profesional de Carrera del Instituto Nacional Electoral comprometidos con la democracia, número que revelo con su autorización, pero guardándome sus nombres para evitarles las represalias que son características de la malhadada Cuarta Transformación.
¡Ocho millones de votos!
¡Nada más!
La desesperación de AMLO
Estoy seguro de que después de que usted ha conocido esta pobre cifra de sufragios, menor a los 9 millones de votos que el priísta Francisco Labastida obtuvo frente a Vicente Fox en el año 2000, entenderá el porqué de la desesperación del showman de Palacio Nacional que cada día insulta más, miente más, pero más que nada quiere más y más recursos para la compra de voluntades ante las urnas del primer domingo de junio del próximo año.
Los recortes presupuestales tienen ese objetivo…
… además, claro, de seguir inyectando dinero bueno a las obras malas que dizque son insignia de la 4T.
Desesperado, además, porque su “corcholata” está apachurrada.
No prende por más que le acerque figuras tan cuestionables como el aún ministro Arturo Zaldívar o tránsfugas de otras franquicias políticas que se acercan a Morena para hacerse de otro “hueso” que los mantenga en el candelero y en la opulencia que da el ser politiquero.
No prende Sheinbaum.
Y con sólo ocho millones de votos…
… el desastre morenista está cantado.
¿No cree usted?
Indicios
Reza un viejo dicho político que, con tal de mamar no le hace que sea seno de dama o pene de caballero. Y eso es lo que el aún ministro Arturo Zaldívar quiere seguir haciendo. Aunque hay que entenderlo. Ególatra, soberbio, no resistió ser el apestado de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde seguramente recibía el desdén de sus homólogos por su parcialidad en los asuntos que eran convenientes a López Obrador, pero sobremanera por su falta de respeto a la Constitución que juró defender cuando fue designado en el honroso cargo, aunque no tuviera carrera judicial. ¡Pobre! Se va de Guatemala para arribar a Guatepeor, pues muchos morenistas apuntan con razón que quien traiciona una vez, ¡traiciona siempre! * * * Ya lo habían denunciado los panistas capitalinos. Pero una publicación en The New York Times internacionalizó el escándalo en el que se ven envueltas la “corcholata” Sheinbaum, su fiscala carnala Ernestina Godoy –quien ahora no sólo se apunta para la reelección sino hasta ocupar la vacante que deja Zaldívar en la SCJN– y la empresa Telcel de Carlos Slim. Entre otros, la Fiscalía de CDMX ordenó a la telefónica los registros de llamadas y mensajes de aquellos a quienes la entonces jefa de Gobierno veía –aún ve– como rivales. Anote usted algunos de sus nombres: Santiago Taboada, Higinio Martínez Miranda, Horacio Duarte, Lilly Téllez, Alessandra Rojo de la Vega, Dolores Igareda, Ricardo Monreal, Ricardo Amezcua… et al. Viejas, nocivas y desesperadas medidas como lo es el espionaje. * * * En el papel del Diario Oficial ya se dio por terminada la emergencia en Acapulco y en otros 46 municipios de Guerrero, aunque el Presidente de la República diga que sólo fueron dos los afectados. Ahí en ese papel se consignó con tinta negra que Otis fue “lluvia y vientos”. La realidad desmiente esos “otros datos” de AMLO, con los que justifica los exiguos apoyos a damnificados, comerciantes, restaurantes y hoteleros. El dinero público, ya sabe usted, es para comprar votos y terminar algún día el Tren Maya, la Refinería Olmeca, el Interoceánico, al moribundo Pemex e inyectarle actividad al menospreciado AIFA. * * * Otro ambicioso, el regiomontano Samuel García, está a punto de quedarse como el perro de las dos tortas. Si como ha dicho deja el cargo de gobernador el próximo domingo para hacer el triste papel de palero de Morena, se ausentará del Palacio de Gobierno más de seis meses, con lo que el Congreso de Nuevo León tendrá que convocar a comicios extraordinarios para que se elija a un gobernador sustituto. * * * Xóchitl Gálvez ya es precandidata formal de los partidos que encabezan Marko Cortés y Alejandro Moreno. Tanto en el PAN como en el PRI fue recibida apoteósicamente y con la promesa de que no le regatearán apoyos para alcanzar la meta presidencial. * * * Y en Morena, mientras tanto, se esperan para hoy los nombres de los candidatos a las gubernaturas de nueve entidades de la República y la decisión –a ver si ahora sí– de Marcelo Ebrard sobre su futuro político. Se mantiene, sumiso, en el Movimiento de AMLO… o emprende el vuelo hacia un enésimo partido político en su carrera. * * * Por hoy es todo. Le deseo, como siempre, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!