FRANCISCO RODRÍGUEZ
¡Bienaventurados los habitantes de CDMX! Ya hay candidato para dirigir su destino político, social y sobre todo económico a partir del 2030.
El junior de Andrés Manuel López Obrador y capo del Cártel Tabasco Nueva Generación ya hizo el enorme favor de anunciar sus intenciones y ambiciones –que no son pocas en lo pecuniario– para dentro de un sexenio: sustituir a Clara Brugada en la jefatura del gobierno de la capital nacional.
Tan satisfecha como Andrés Manuel López Beltrán también está Luisa María Alcalde, presidente formal del Movimiento guinda. El partido político que le encargó el habitante de “La Chingada” –para simular que quien ahí manda no es Andy— ya superó sus fricciones internas y ha vuelto a estar unido en torno a la sacralizada figura de AMLO… no de la persona Claudia Sheinbaum.
A ella la han dejado sola. No la han acompañado en sus dimes y diretes con Donald Trump que, ¡felizmente!, ella ya anunció que no proseguirían.
Y la pregunta vale: ¿Por qué le han regateado cuando menos una declaración banquetera?
No se trata de que hayan pronunciado un encendido discurso en defensa de los intereses patrios que sirviera de acompañamiento a las insulsas declaraciones mañaneras de la Presidente formal del país.
Tampoco de que, inflamados sus corazones de fervor patrio, hubiesen organizado en el Zócalo una magna concentración “de a pollo y de a huevo” para ponerse del lado de quien se supone es ahora “la primera morenista del país”.
Nada de eso hubo en su primer periplo por las capitales estatales que culminó tumultuariamente este fin de semana en la emblemática plaza tlatelolca de Las Tres Culturas. El marco perfecto para que el beneficiario de los más jugosos “bisnes” del sexenio pasado diera a conocer que no, que es falso que quiera ser candidato presidencial; que él está conforme con ser “nada más” el próximo jefe de lo que fuera el Distrito Federal. O sea que ya lo “enfriaron” desde Palacio Nacional.
Y, también, para que la señora Alcalde se inventara aquello de la unidad partidista.
¿Claudia Sheinbaum? Claudia who?, como dicen ustedes los que hablan inglés.
No de ella y de sus controversias con el próximo inquilino de la Casa Blanca, ni una palabra.
¿A qué obedece este desdén hacia Sheinbaum?
¿Por qué la dirigencia formal de Morena desdeña su papel como jefa de Estado?
¿Porque aún no la ven como tal?
¿Porque recibieron instrucciones de quien verdaderamente manda de no hacer alharaca porque se trata de “su” amigo Trump?
Papelazo de quienes portan chaleco guinda
Una vez más queda demostrado que a quienes deciden dentro del Movimiento de Andrés Manuel López Obrador –él mismo, pues– están dispuestos a cualquier gazapo, pueden escenificar el más ñoño de los ridículos con tal que el propio AMLO, hijos y su pandilla de desalmados detenten las parcelas del poder y los privilegios y canonjías con las que han desangrado al país, con la que han ejecutado atracos sin fin. El país, sus habitantes les valemos madre.
Pero, eso sí, los cuatroteros, desprovistos de argumentos ligeramente inteligentes e inteligibles, arremeten con todo y contra todo, con tal de llevarse entre las patas a quien se deje para defender una cruzada de denuestos en nombre de la corrupción que ya les caracteriza y para hacer prevalecer la ley de la selva con ya más de 200 mil asesinatos dolosos, centenares de masacres y decenas de miles de “desaparecidos”.
Han dejado constancia de que pelearon, aunque sea una guerra de lodo con escudos anti-estiércol, en el chiquero hacia dónde quieren llevar los saldos de la política nacional, de la urbanidad, del decoro y de la pulcritud, cualquiera que ésta sea. Es vergonzoso y ridículo en grado extremo el papelazo que se botan los próceres del chaleco real e imaginario color guinda.
El temor y el terror de los morenistas anida en ese mismo chaleco. Blanden amenazadores el garrote represivo, pero sin una pizca de manejo, de cacumen, de experiencia ni profesionalismo que antes eran características de la política “a la mexicana”, aunque estuviera en manos de lagartos pálidos. Nunca perdieron la compostura para reprimir.
Que Claudia organiza un nuevo partido
Amenazar, matar, disolver, antes que negociar, son las divisas supremas del movimiento amloísta. Han perdido hasta el modito de andar, quieren acudir a los viejos expedientes del denuesto y de la violencia para ahogar los reclamos de la población organizada. Se les pasó el tiempo, y ni cuenta se han dado.
Sin la presencia física de quien se esconde para seguir mandando desde las sombras, el Movimiento se estanca.
Peor si no se actualiza en las luchas políticas del momento.
Si deja sola a quien debiera ser –y evidentemente no es– su comandante suprema.
Con esos supuestos liderazgos, los de Andy y Luisa María, Morena ya pierde adeptos.
Sobre todo porque a AMLO y a sus familiares ya se les identifica popularmente no sólo como traidores a la causa por la que votaron en 2018, lo peor es que ya se les cataloga como grandes corruptos, amén de ineptos y mentirosos.
Por eso se escucha que Sheinbaum ya está pensando en organizar un nuevo partido. Su partido. El que le responda a ella.
Politiquerías apare, hoy de lo que se trata es de salvar a México, con Morena o sin Morena, antes de que la pesadilla acabe por destruirlo y hacer de él un enorme, endeudado, campo de concentración para migrantes que, lamentablemente, deje de tener viabilidad como país soberano e independiente.
Si Andy quiere o no quiere se jefe de gobierno de CDMX, la verdad, a la mayoría de capitalinos ¡les vale madre!
Indicios
De acuerdo con reportajes de Latinus, el Cártel Tabasco Nueva Generación, como el sinaloense, también tiene dos facciones en pugna. Si los descendientes de El Mayo y El Chapo pelean la preminencia, los hijod de López Obrador y los amigos de Adán López compiten para que no se conozcan los grandes negocios que, al amparo del poder público han llevado a cabo en los últimos seis años. Hasta ahora, el capitaneado por Andy López lleva la delantera, pero los de Adán no se quieren quedar atrás. * * * Por hoy es todo. Reconozco su lectura a este texto y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!