FRANCISCO RODRÍGUEZ
La historia es cíclica, como bien sabemos todos.
Y en términos de Karl Marx, quien escribe al comienzo de su obra El Dieciocho Brumario de Luis Bonaparte, “la historia ocurre dos veces: la primera vez como una tragedia y la segunda como una farsa”.
Daré inicio hoy por la tragedia:
A mediados de 1981, cuando en el reducido ámbito político -periodístico se discutía si el sucesor de don José López Portillo debería ser un técnico o un político, dos eran los presidenciables finalistas: Javier García Paniagua, por los segundos, y Miguel de la Madrid Hurtado, por los primeros.
Don Pepe ya había dado señales de su inclinación por los técnicos, pues como nos confió varios años después al colega Carlos Ramírez y a este escribidor, había pensado que los graves problemas económicos que el gobierno y el país enfrentaban deberían ser resueltos por un experto en economía, cuando la realidad –nos dijo–es que hasta los económicos deben y pueden ser solucionados por un político.
Y De la Madrid ¡ni siquiera era economista!
Su título universitario era el de abogado.
Pero detrás de él tenía al “genio” Carlos Salinas de Gortari y…
El caso es que por esa simpatía que JLP ya tenía por MMH pidió a los dos “orgullos de su nepotismo” –a su hijo José Ramón López Portillo y Romano, y a Rosa Luz Alegría, quien había sido su concubina durante un lapso de su sexenio– que entrevistaran a García Paniagua sobre su visión política de la situación de aquel momento.
La reunión con los dados previamente cargados se llevó a cabo en la casa del “hermano” de don Javier, el coronel Florentino Robles, en la calle Sierra Nevada de Lomas de Chapultepec. Una casa digna, más bien modesta, casi casi espartana.
Terminado el encuentro don Javier supo que él no sería el sucesor.
He ahí la tragedia. Otro habría sido “el gallo” que le cantara al país.
Y ahora la farsa con “otros López”, con los residuos en Morena de aquel “otro PRI”:
Hace un par de días, en una casa ubicada en Hipólito Taine 713, Polanco, hubo una reunión similar a aquella de hace siete sexenios, de hace 42 años.
El encuentro se dio entre otro “orgullo del nepotismo” presidencial, Andrés Manuel Andy López Beltrán y Omar García Harfuch, el último de los muchos hijos de don Javier, quien a la mañana siguiente se “auto destapó” como aspirante de Morena a la jefatura del gobierno de CDMX.
Farsa porque es obvio que Andy llevaba en la bolsa los dados cargados por su padre y, claro, por la “corcholata favorecida” Claudia Sheinbaum.
Farsa, también, porque el hijo de Andrés Manuel López Obrador no se ha entrevistado ni se reunirá con ningún otro de los muchos aspirantes al cargo.
Primero la tragedia.
Ahora la farsa.
La historia es cíclica.
No quiso tomar el mando del país
Paradojas de la historia:
Lo que no pudo alcanzar el hijo, don Javier…
… lo que va a querer obtener el nieto Omar, dentro de seis años…
… sí estuvo al alcance del abuelo, el general Marcelino García Barragán, a quien en 1968 la Casa Blanca y el Pentágono le propusieron dar un golpe de Estado.
Dos son las versiones al respecto:
La que narran sus cercanos: Que el embajador estadounidense Fulton Freeman, ante el temor que cundía en Washington de que las revueltas estudiantiles “llevaran al país al comunismo” –versión que compartía el entonces titular del Ejecutivo Federal, Gustavo Díaz Ordaz— y ante la falta de respuestas del gobierno civil, los militares deberían tomar el poder.
Pero que, como respuesta, don Marcelino “envió a la chingada al embajador”, pues no quería “pasar a la Historia como traidor a México”, en palabras del extinto Miguel Nassar Haro, en entrevista para aquél diario que fue La Jornada, antes de AMLO.
Otra versión, empero, publicada ésta en El Universal a mediados de agosto de 2007, señala que García Barragán sí preparó un golpe militar en diciembre de 1953 contra el nuevo gobierno de Adolfo Ruiz Cortines –que obviamente no se llevó a cabo– en su calidad de prosélito del para entonces ya derrotado ex candidato presidencial, el también militar Miguel Henríquez Guzmán.
Los tres García traen en la sangre el ansia presidencial. Llegar a ocupar La Silla.
¿Lo conseguirá Omar?
Ya veremos –¡ojalá!– dentro de seis años.
Indicios
El más serio de los despachos demoscópicos midió la reciente ruptura de Morena. La que aún no cierra entre Marcelo Ebrard, Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum. Concluyen que el indeciso ex secretario de Relaciones Exteriores perdió la oportunidad de sacar la casta inmediatamente después de que se dio a conocer, como todo lo indicaba desde hace un par de año, que la ex jefa del gobierno de CDMX, además de ser “la corcholata favorita” era ya “la favorecida” por el “destapador”. Que “de haberse ido de Morena en ese momento se habría llevado con él al 30 por ciento de la militancia”. Ese porcentaje ya se diluyó. Cae día con día. * * * De Xóchitl Gálvez, de otra parte, han medido que su género no la ayuda en el norte y en el sureste del país, lo mismo que en zonas no urbanas, debido a los bien enraizados atavismos que aún prevalecen entre los habitantes de esas áreas. Sucedería lo mismo con “la favorita” de no tener el respaldo y los recursos que en abundancia le ofrece López Obrador. A ella también ya le pesan las acusaciones que le han enderezado los cuatroteros.* * * Y a quien observan con más posibilidades que las que podría tener la hidalguense es al neoleonés Samuel García “porque es muy echado para adelante”, aunque muchas veces de manera irreflexiva; amén de su juventud, lo que lo convierte en atractivo para sus coetáneos. * * * De lo que la encuestadora –la más seria que hay en ese campo, repito– está cierta es que Morena y sus aliados muy difícilmente alcanzarán las mayorías numéricas, mucho menos las calificadas, en las Cámaras del Congreso de la Unión. * * * Lo que sí hay que reconocer a quien será candidata del Frente Amplio por México (PAN, PRI, PRD) es el contraste que estableció frente a la ministra “pirata” de la SCJN Yazmín Esquivel Mossa. Mientras ésta se resiste judicialmente a que la UNAM dé a conocer el resultado de sus pesquisas sobre el escandaloso plagio de su tesis para obtener el grado de licenciatura en Derecho, Gálvez se allana a lo que nuestra Máxima Casa de Estudios decida sobre su obtención del grado en Ingeniería. Ha dicho, incluso que, si tuviese que escribir de nuevo el documento por el que también se le acusa de plagio, gustosamente lo haría. * * * Y a quien todo se le resbala es al ocupante –con todo y tropas, ¿rehén de ellas?– de Palacio Nacional. El “bastonazo”, esto es, su tramposa entrega del báculo a su candidata, ni siquiera le hizo mella. * * * Los hijos de los fruncionarios públicos mueven sus fichas en el gabinete de la aún muy tierna gobernadora del Estado de México. El ya famoso Andy López incrustó a la tesorera del gobierno local, Paulina Moreno García, mientras que Óscar Audomaro Martínez Hernández, hijo del general que encabeza la agencia de espionaje que conocíamos como CISEN, logró colar al secretario de Seguridad del EdoMex, Andrés Andrade Téllez. Ambos rendirán tributo$ a sus impulsores. * * * Y por hoy es todo. Le deseo, como siempre, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!