ÍNDICE POLÍTICO/ Ayotzinapa: AMLO, más oscuro que EPN

FRANCISCO RODRÍGUEZ

De la relatoría apenas presentada por la Cuarta Transformación sobre el caso Ayotzinapa sólo queda algo en claro…

… que, otra vez, Andrés Manuel López Obrador fue literal y nada subterfugiamente amenazado por el polémico general Luis Crescencio Sandoval, de retirar a sus tropas de todas las tareas que el de Macuspana le ha encargado, la de la seguridad pública incluida, si las Fuerzas Armadas continúan en el ojo del huracán por la indudable participación de algunos de sus elementos, de todos los rangos, en el crimen organizado y en aquella salvaje noche de Iguala.

A esas intimidaciones militares a AMLO obedeció el desayuno en Palacio Nacional el 15 de agosto de 2022 al que asistieron el propio Presidente de la República, el secretario de Gobernación Adán Augusto López, el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Arturo Zaldívar, y el subsecretario de Derechos Humanos Alejandro Encinas, para –una vez más– ocultar los hechos de aquella tormentosa noche del 26 al 27 de septiembre de 2014, de acuerdo al ex fiscal especial Omar Gómez Trejo en entrevista para John Gibler, de Quinto Elemento Lab.

Reunión para volver a tergiversar la realidad, no obstante que AMLO ha dicho desde su más reciente campaña presidencial y repetido una y otra y otra vez en sus matinés palaciegas su compromiso de revelar la verdad de aquellos trágicos hechos.

Pero AMLO ha resultado ya más oscuro que su antecesor Enrique Peña por las muchas presiones que recibe, según ha confesado él mismo.

Iguala, Ayotzinapa, Chicago y “la chiva” 

Hace unos días, en la anterior entrega de este Índice Político, le comenté que AMLO les seguirá fallando a los familiares de las víctimas y a la sociedad entera “hasta que no salga a relucir oficialmente el leit motiv de la saña con la que asesinaron y desaparecieron los cadáveres de ‘los 43’: Y este no es otro que el de los 83 kilogramos de droga que reclaman los integrantes del grupo delincuencial de Los Rojos.

No está de más, por ello, lo que también aquí compartí con usted el 8 de septiembre de 2015:

Que unos días después de que sucediera la “desparición” de 43 alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, en Iguala, perpetrada por fuerzas oficiales –estatales, municipales y federales–, usted y yo coincidimos aquí en catorce cuestiones fundamentales: Primera. Que la matanza tenía origen en el trasiego del narcotráfico. Esencialmente, por un cargamento de amapola negra –“chiva”, en el slang de las fuerzas “del orden” y delincuentes– que se encontraba en un camión de pasajeros que, supuestamente, los muchachos habían secuestrado para trasladarse a la conmemoración del 2 de octubre en la Ciudad de México.

Segunda. Que al enterarse del “secuestro de ‘la chiva’”, los capos regionales, en absoluto acuerdo con los “guardianes del orden” –policías y militares desconcertados por lo que pensaron que era un robo– decidieron verlos como enemigos y liquidarlos.

Tercera. ‎Que el eslabón de la cadena de mando había sido el secretario de seguridad de Iguala, ya desaparecido en extrañas condiciones –se cree que fue eliminado o “abatido”, ahora en el slang de las autoridades sin autoridad–, dependiente de José Luis Abarca y su esposa, hoy detenidos sin haber declarado una tilde ni un punto, mucho menos una jota, junto con 200 “sospechosos e implicados”. Cuarta. Que el asunto fue del amplio conocimiento del “gobernador” de Guerrero Ángel Heladio Aguirre‎, extrañamente libre de polvo y paja, a quién aceptaron su renuncia sin haberlo implicado jamás en los hechos de los que no hay duda fue corresponsable.

Quinta. ‎Que las autoridades de la PGR, al mando del “cansado” Jesús Murillo Karam, jamás fueron capaces de armar un solo expediente de averiguación por incompetencia manifiesta, lo que resultaba altamente sospechoso.

Sexta. Que la “verdad histórica” de Murillo sobre la incineración de los cuerpos en el tiradero de basura de Cocula, era sólo una distracción para ganar tiempo, toda vez que era material y físicamente imposible no dejar una sola huella de algo que se hubiera convertido en un desastre forestal.

Séptima. Que los restos de los cuerpos enviados al laboratorio de Innsbruck, Austria, para realizar las pruebas de ADN era material insuficiente para un estudio serio de los posibles cadáveres, cuyos cuerpos en vida posiblemente hubieran sido echados al mar o incinerados en otros hornos “especiales”. Nadie hizo caso. Todos se hicieron de la “vista gorda”.

Militares, policías, delincuentes y políticos

Octava. Que, en el trasiego de amapola negra, por su valor y cuantía, estaban involucrados los grandes carteles y capos mafiosos estadounidenses que tomaban a los capos regionales de La Montaña y Tierra Caliente de Guerrero, como simples operadores, sin derecho a voz ni a voto.

Novena. Que los aparatos gubernamentales, helicópteros y aviones del Estado y de algunos funcionarios federales, estaban al servicio de ese negocio, que dejaba –antes de “calentarse la plaza”–, varios miles de millones de dólares al mes.

Décima. ‎Que la apatía del gobierno federal, consistente en abstenerse de intervenir en lo que llamaron “un asunto local”, iba a prender la mecha, hasta lograr que el caso se convirtiera en un delito de lesa humanidad, atribuible por todas las Cortes del mundo al gobierno mexicano.

Decimoprimera. Que Peña Nieto debía cancelar su gira de negocios a China para hacer frente a una situación que estaba a punto de estallar. Cuando se dignó a hacerlo, sólo regó el tepache y complicó más el enredo.

Decimosegunda. Que los participantes en la tragedia, víctimas y victimarios, formaban parte de la misma operación, pues desde tiempos ancestrales se sabía que, en La Montaña de Guerrero, los normalistas de Ayotzinapa habían convivido con los “burros” del trasiego, orillados por el desamparo y la miseria en la que viven. Decimotercera. Que era necesario aplicar la ley hasta sus últimas consecuencias, so pena de verse rebasado, hasta que el macabro crimen se convirtiera en la tragedia sexenal, que marcaría para siempre el sexenio de Peña Nieto.

Decimocuarta. Que la aprehensión de los esposos Abarca se convirtió en una necesidad de Estado, para poder tapar el sol con un dedo y hasta montaron una escenografía televisiva –tipo Genaro García Luna, “el policía de titanio”, jejeje–, para que todos “desquitaran la chuleta”.‎

Todos se hicieron de la “vista gorda” o que “la virgen les hablaba”.‎ Y lo que tenía que pasar, pasó. Dejaron madurar el asunto, hasta que se convirtió en una papa caliente que ya nadie pudo cachar.

El Estado mexicano quedó exhibido ante el mundo como el campeón de la corrupción, de la indolencia, de la mendacidad y del terror.

Hoy, tras “la relatoría” presentada por el gobiernito de AMLO, hasta los grandes depredadores del universo vuelven a indignarse.

¡Y con razón!

¿No cree usted?

Indicios

Tan sólo para nueve candidaturas a gubernaturas estatales Morena inscribió a 285 aspirantes. “Civilizados” como son los cuatroteros (jejeje) la feria de patadas bajo y sobre la mesa arrancó de inmediato y no por parte de los opositores, sino al seno del Movimiento de López Obrador. En CDMX dos de los más mencionados, Omar García Harfuch y Hugo López-Gatell están bajo la metralla “amiga”. El fusilamiento casi fatal del policía lo ordenó el mismísimo AMLO y fue Alejandro Encinas quien pronunció el “preparen, apunten…”, al confirmar que el exintendente policiaco de la capital nacional estuvo presente en los aquelarres donde supuestamente se armó la llamada “verdad histórica” de Ayotzinapa. Al Doctor Muerte lo han dejado KO los memes, caricaturas, y posts en redes sociales que los moneros de La Jornada iniciaron junto con sus bots, también por “sugerencia” de usted ya sabe quién… En Veracruz, mientras tanto, la todavía secretaria de Energía y aspirante a ocupar el Palacio de Gobierno de Xalapa Rocío Nahle es atacada presuntamente por el ex presidente de la Cámara de Diputados federal, Sergio Pérez, por ser oriunda de Zacatecas y no de la entidad que pretende gobernar, como mandata la Constitución local. El secretario del Gobierno de Cuitláhuac GarcíaEric Bola Ocho Cisneros, también recibe críticas por su desmedido gasto en promoción a través de espectaculares y por su largo desarraigo, pues ha pasado la mayor parte de su existencia en Baja California Sur. Y hasta el ex delegado del Bienestar (?) Manuel Huerta es exhibido en redes por la ordeña de recursos de cuando menos un par de mensualidades de las tarjetas que se entregan a los adultos mayores para el cobro de sus pensiones, lo que supuestamente llevó a cabo durante los últimos cinco años… Y así, por el estilo, en las otras siete entidades. ¡Todos se exhiben unos a otros! * * * Desde el 25 de septiembre el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación dio entrada a la demanda de juicio que para proteger sus derechos político-electorales presentó Marcelo Ebrard, ante la dilación de la Comisión de Honestidad (?) de Morena para resolver sus muchas quejas sobre el proceso en el que resultó “destapada” por la gracia del dedo de López Obrador la “corcholata” Claudia Sheinbaum. * * * Por cierto que ya salió el peine de la propaganda de la ex jefa del gobierno de la capital nacional en Times Square. Iniciará campaña en los Estados Unidos. * * * Mi más sincero pésame al colega y gran amigo Héctor Moctezuma de León por el fallecimiento de su hermano Guillermo, acaecido la mañana de este jueves 28 en Tampico, Tamaulipas. ¡Abrazote solidario, Don Ettore! * * * Y por hoy es todo. Le deseo, como siempre, ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

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