ÍNDICE POLÍTICO 

* Piratas en la Fiscalía General de la República * Rotas las reglas para el reparto del botín * Muchos millones de pesos y dólares 

FRANCISCO RODRÍGUEZ. De acuerdo con la experta en el tema Carla Nieto Martínez, cuando los piratas se hacían con un barco, lo abordaban y habitualmente ganaban la lucha. También todo lo que contenía el barco, y el propio barco pasaban a ser propiedad del pirata. Dinero, joyas, esclavos, armas, viajeros, comida, mapas… todo.

Según parece, dentro de la tripulación pirata todo estaba bastante bien organizado en cuanto al reparto del botín. Todos, por contrato, sabían lo que les correspondía. Algunos, como capitanes o pilotos, podían llegar a cobrar el doble que el resto de la tripulación.

Y hablamos de verdaderas fortunas. Algunas de las capturas más sustanciosas son:

Francis Drake, quien capturó el Cacafuego con su nave Golden Hind en 1579, llevándose 450 mil libras… de aquellas, claro está.

Henry Mainwaring se embolsó unas 500 mil coronas españolas al capturar varios barcos españoles en 1613 en el Mediterráneo.

Piet Heyn, también a los españoles, les quitó unos 14 millones de florines holandeses. En este caso en una ruta entre México y Cuba.

Henry Morgan, en 1668, arrasó Portobelo, en Panamá, y logró llevarse 300 esclavos y 500 mil octavos, así como un buen número de piezas de oro y plata.

Black Bart Roberts, en 1719, en la costa de Brasil se hizo con unos 40 mil moidores portugueses con su barco Royal Rover.

El pacto pirata, bien organizado 

La Wikipedia se ocupa del caso. Apunta que existió un código de conducta pirata, código pirata o Charte Partie. Un acta firmada entre filibusteros para fijar las normas y castigos a ser implantados en un barco para mantener la convivencia a bordo. En términos generales, tal carta incluía el lugar y la fecha del acuerdo, nombre del barco, objetivos de la operación a realizar, reparto del botín, compensación para los piratas heridos y el establecimiento de la obediencia a los superiores.

Cada tripulación pirata podía tener que honrar su propio código. La solemnidad del juramento ante el escrito consistía en poner una mano en una botella de ron y la otra sobre una Biblia (también un crucifijo o hacha de abordaje), y se firmaba con el nombre o trazando una cruz.

Entre los delitos a ser considerados se incluían ocultar lo robado, despojo entre camaradas o trampas de juego.

En ocasiones se optaba por entregar al imputado a las autoridades más próximas, regularmente en Jamaica o en Isla de la Tortuga. También se estipulaba, para faltas menores, el abandono del individuo en una isla.

Allí era dejado a su suerte con una botella con agua, un poco de pólvora, arma y municiones. Tal acción era denominada marooning (del castellano ‘cimarrón’).

Hay que implantarlo en la FGR 

Hoy no hay duda de que en la Fiscalía General de la República ha habido un abordaje de piratas.

Piratas que ni siquiera obedecen las leyes existentes, sino las retuercen para que siempre ellos consigan que operen a su favor.

Se ha visto y dicho ya muchos veces en los casos personales, familiares, académicos y de propiedad que afectan al pirata mayor, si se me permite la figura para describir el actuar del titular de la dependencia.

Sume usted a lo anterior que, hasta el día de hoy, no hay en la FGR ni un asomo de un Código Pirata que establezca las reglas para la apropiación del botín.

Como que ¿cuál botín?

Pues el que anda por ahí, flotando, aún sin dueño, de casos tan sonados como los de Emilio Lozoya Austin, Jorge Luis Lavalle, Alonso Ancira y, entre otros, los del abogado de la bien llamada “mafia del poder” Juan Collado.

Dólares, euros, quizá hasta rublos y nada despreciables millones de pesos son hoy materia de disputa entre el fiscal general de la República y ciertos despachos de abogados litigantes.

El pirata mayor quiere todo el botín para él. Sólo para él.

Y por eso es por lo que ve usted tantos desfiguros, tantas acusaciones absurdas, tantas sinvergüenzadas…

La gran pregunta tras todo esto es si ¿sabe el Presidente de la República de este pleito de piratas?

¿Está incluido en el reparto del botín?

¿Usted qué cree?

Indicios 

La Suprema Corta de Justicia también ha sido abordada por filibusteros, cagatintas chanchulleros que igual mandan a elaborar a sus esbirros sentencias al gusto del cliente, que se confabulan entre ellos para votar como conviene a los poderosos (políticos, empresarios, líderes clericales, sindicales, ¿criminales?) gracias a los cuales llegaron y se mantienen en los cargos ministeriales. Desde Arturo Zaldívar para abajo todos han sido exhibidos como escasamente o ya nada confiables. Piratas de la justicia que, además, también están peleados entre ellos pues, igualo, ni siquiera han podido ponerse de acuerdo para establecer un código para el reparto del botín que, en su caso, también es cuantioso. * * * Espero que al término de la lectura de este texto la información que corra sobre las manifestaciones, ayer, del Día Internacional de la Mujer sean de saldo blanco. Y es que la más antifeminista de las mujeres, Claudia Sheinbaum, junto con su secuaz Martí Batres, clonaron palabras de AMLO y se dedicaron en las vísperas a advertir que habría suma violencia, más como un anuncio disuasorio que para evitar la violencia cual debiera ser su obligación, pero… * * * Y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!

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