* Conflicto de intereses *Austeridad, “puro rollo” * Y el caso de “Andy”
FRANCISCO RODRÍGUEZ. En las tres declaraciones de situación patrimonial presentadas hasta ahora por Andrés Manuel López Obrador en su calidad de Presidente de la República ha señalado no tener conflicto de intereses.
Pero, ahora que se hicieron públicos los intereses que su nuera Carolyn Adams tiene con la industria petrolera transnacional –a través de un reportaje presentado por Latinus y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad– y los beneficios que a ella y a su hijo José Ramón López Beltrán, entre otros la ocupación de lo que podríamos llamar La Casa Gris de AMLO, presumiblemente les ha significado su parentesco con el Primer Mandatario mexicano, es deseable que en el próximo mes de mayo sí los declare.
Y, además, que desde ahora se ponga especial lupa a las licitaciones, adjudicaciones y contratos que la Secretaría de Energía, Pemex y, entre otras dependencias públicas, la CFE otorgue a las empresas en las que la señora Adams haya tenido o tenga injerencia.
Porque AMLO sí tiene conflicto de intereses.
Le explico el porqué: Un conflicto de intereses es cuando un interés laboral, personal, profesional, familiar o de negocios de la persona servidora pública pueda afectar el desempeño imparcial, objetivo de sus funciones.
Y en el caso del actual Presidente de la República, hasta ahora, son ostensibles cuando menos dos conflictos de intereses:
1) En Houston, el hijo mayor de AMLO, José Ramón, vivió dos años en una mansión –La Casa Gris de AMLO– de un alto directivo de la empresa Baker Hughes, que mantiene contratos con la Secretaría de Energía y en Pemex hasta por 151 millones de dólares, y
2) Hay indicios de que Carolyn Adams tiene relación con Shell, la empresa a la que Pemex le compró recientemente la refinería en Deer Park con todo y pasivos.
¿Austeridad? ¿Honestidad valiente?
“Puro rollo”, como AMLO acostumbra a decir en las “mañaneras”.
No es la primera vez
El 14 de febrero de 2018, en plena campaña electoral, se dio a conocer que el mayor de los hijos de Andrés Manuel López Obrador vivía en una casa propiedad de la asistente de Carmen Lira, directora general y accionista del periódico La Jornada, incurriendo en conflicto de interés.
La relación entre Andrés Manuel López Obrador y Carmen Lira Saade, directora general de ese medio, pasó de ser una simple alianza ideológica, a convertirse en una relación personal y de negocios, que significaría no sólo un conflicto de interés, sino posibles actos de corrupción.
Un vecino, quien pidió mantenerse en el anonimato, envió a PejeLeaks un recibo de teléfono como prueba de que José Ramón López Beltrán tenía su domicilio en Filosofía y Letras 92, Colonia Copilco Universidad, en Ciudad de México. Al revisar que dicho recibo era del 2016, se solicitó una prueba más reciente. El vecino envió un video como prueba de que López Beltrán continuaba viviendo en Filosofía y Letras 92.
Al investigar en el Registro Público de la Propiedad, se comprobó que la casa habitada por el hijo mayor de López Obrador es propiedad de Guillermina Aurea Álvarez Cadena, la asistente y mano derecha de Carmen Lira, quien se ha visto beneficiada por López Obrador con contratos millonarios provenientes de la Jefatura de Gobierno y de los partidos PRD y Morena que encabezó y que lo han postulado como candidato presidencial.
A AMLO y a su primogénito ya se les hizo costumbre, ¿no cree usted?
Indicios
José Ramón López Beltrán también ha gozado del influyentismo. En febrero de 2001, cuando contaba con 21 años y su padre fungía como Jefe de Gobierno, le brindaron todas las facilidades, luego de que chocara su camioneta Jeep Cherokee contra una patrulla. El percance ocurrió minutos después de las 22:00 horas cuando el joven impactó su vehículo contra la patrulla 97066 de la Policía Bancaria e Industrial en el cruce de Avenida Universidad y Coyoacán, en la Colonia Xoco, Delegación Benito Juárez. De acuerdo con los ocupantes de la patrulla chocada, el accidente ocurrió porque el hijo de López Obrador circulaba en sentido contrario. No hubo consecuencias para el junior. * * * El segundo de los hijos de López Obrador con la finada Rocío Beltrán, Andrés Manuel (a) “Andy” no está exento de influyentismo y conflicto de intereses. Apenas el 7 de septiembre del 2121 le platiqué a usted aquí del “big bisne” en el que estaría participando, también en la industria de los energéticos fósiles: “Se trata de la importación de combustibles. De diésel, preferentemente. Aunque no le hace el feo a las gasolinas y a otros derivados del petróleo. Él y sus socios –su cuñada Carolyn Adams, entre otros– tienen el respectivo permiso de la CRE. Sí, de la Comisión Reguladora de Energía. Un órgano constitucional autónomo. Pero, igualito que sucede con el gas, con el permiso para un ferrotanque ingresan al país otros nueve. Así hacen los gaseros con los permisos para un barco. Meten cinco. Y la CRE resulta burlada. Pero, eso sí, los importadores se retacan los bolsillos. “Andy” López Beltrán, entre otros pocos. * * * Por falta de espacio, otro día le recuerdo a usted lo que leyó aquí el 28 de octubre próximo pasado sobre cómo es que este segundo vástago de AMLO está rodeado de “coyotes” que litigan el pago de adeudos que el gobierno federal y Pemex en especial tienen con particulares, mediante una comisión muy onerosa. * * * Y por hoy es todo. Se nos acabó el espacio por dedicarlo a la “honestidad valiente”. Le agradezco la lectura y le deseo una semana llena de éxitos y bendiciones. También, como siempre, que tenga ¡buenas gracias y muchos, muchos días!