Jerarquía militar se agandalla las becas * Preparan a sus hijos para ejercer el poder
FRANCISCO RODRÍGUEZ. La trillada frase “el Ejército es pueblo uniformado” poco a poco se convierte en una falacia.
Como en otras latitudes, muy en especial en los países del llamado Cono Sur de nuestro continente, los más altos estamentos de la milicia se separan cada vez más de sus tropas.
Y es que no sólo los envían a las sierras prácticamente sin avituallamientos, por lo que las más de las veces, hambrientos, desesperados, los soldados asaltan rancherías y pequeños poblados para llevarse una, dos, tres gallinas y poder alimentarse con ellas.
También porque son víctimas de cobros indebidos si es que, por ejemplo, pierden una insignia, lastiman su calzado o si su uniforme presenta rasgaduras a causa de su actividad en terrenos pedregosos, llenos de matorrales con espinas, etc. Tienen que pagar por ellas a precios inflados por el cabo o hasta por el sargento.
Lo peor es que la soldadesca también está lejos de alcanzar los no pocos privilegios de los que sí gozan sus superiores.
Un solo ejemplo es el de las becas que instituciones privadas de educación superior ofrecen a la Secretaría de la Defensa Nacional: son acaparadas por los generales para el disfrute de sus vástagos.
El objetivo es claro.
Se trata de preparar a los hijos para que en el futuro accedan al poder político y, sobre todo, a los más altos niveles de la burocracia, sino es que hasta altos cargos directivos de las compañías privadas… ahora que ellos mismos se han convertido en empresarios de la construcción y, como se ha filtrado apenas, de la industria turística.
La SITC, militarizada
Jorge Nuño Lara, encargado del despacho en la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes –tras la solicitud de licencia “temporal” de Jorge Arganis Díaz-Leal– se venía desempeñando como subsecretario de Infraestructura de dicha dependencia.
Y rápido aprovechó el nombramiento –así y “temporal”– y el espacio para llamar a militares y darles nombramientos en puestos clave de la SITC.
Nuño Lara es hijo de Jorge Nuño Jiménez, director general del Centro de Estudios Económicos y Sociales del Tercer Mundo, cargo al que llegó tras muchos años de servicio como ayudante militar, primero, y secretario particular del ex Presidente Luis Echeverría Álvarez, recientemente fallecido.
Egresado de una institución de educación superior “fifí”, conservadora y neoliberal como califica Andrés Manuel López Obrador al Instituto Tecnológico Autónomo de México, el ITAM como se le conoce por sus siglas, es licenciado en Economía.
Y de acuerdo a su biografía oficial, hasta el 31 de marzo de 2021 se desempeñó como Titular de la Unidad de Inversiones en la Subsecretaría de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, donde tuvo a su cargo la dirección de la cartera de programas y proyectos de inversión de infraestructura económica, social y gubernamental financiados con recursos públicos.
Adicionalmente, coordinó los proyectos de infraestructura para apuntalar la reactivación económica en el marco del Acuerdo Unidos por el Progreso de México y el Bienestar de Todos, en el que participan el Gobierno de México y la iniciativa privada y que considera 68 proyectos por un monto de 525.9 mil millones de pesos, de los cuales 16 proyectos ya están en ejecución por un monto de 133.3 mil millones de pesos.
Colaboró como director de Proyectos de Hidrocarburos en la Unidad de Inversiones de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en donde tuvo a su cargo la revisión, y en su caso aprobación, de las evaluaciones costo y beneficio de los programas y proyectos de inversión de Petróleos Mexicanos y Organismos Subsidiarios.
En la Secretaría de Energía fue responsable de la información estadística relacionada con dicho sector en el Sistema de Información Energética y como encargado de la elaboración del Balance Nacional de Energía y del Anuario Estadístico de la Industria Petroquímica.
Hombre preparado hasta para ser “corcholata”.
No en esta sucesión presidencial.
Pero ¿qué tal si en la próxima?
Índicios
Atrabancado. Tal es el calificativo que mejor le caería a AMLO tras su felicitación a Luiz Inácio Lula da Silva por su triunfo parcial en los comicios presidenciales celebrados el domingo anterior en Brasil. Será hasta el último día de este octubre cuando se lleve a cabo una segunda ronda electoral y, entonces sí, se sabrá si Lula se impuso o no a Jair Bolsonaro. En ese apresuramiento poco diplomático también tuvo que ver, claro, Marcelo Ebrard. * * * Bolsonaro, quien elogia la figura de Donald Trump como un modelo político, desde hace mucho tiempo ha tachado de corruptas a las instituciones democráticas brasileñas. También ha expresado muy buenas opiniones de la dictadura militar de derecha que gobernó el país de 1964 a 1985. Bolsonaro ya está cuestionando la legitimidad de la contienda presidencial de Brasil, luego de haber estado rezagado en las encuestas. Incluso consiguió la ayuda de algunos dirigentes militares que han planteado dudas sobre la integridad de las elecciones. Aunque no se sabe si Bolsonaro en verdad intentaría impugnar o rechazar una derrota, sus provocaciones han aumentado las inquietudes del mundo por la estabilidad de la democracia más poblada de Latinoamérica. * * * Y por hoy es todo. Le agradezco la lectura de estas líneas y, como siempre, le deseo ¡buenas gracias y muchos, muchos días!