Prensa, entre dos fuegos * Las mentiras verdaderas * “Alito”, asesino en potencia
FRANCISCO RODRÍGUEZ. — ¿A quién tenemos abajo a la derecha?
— Aquí tenemos a una señora, estimado lector.
— Y dígame señora, por un salario que le pagamos los contribuyentes, ¿quiénes son los malos más malos de Malolandia?
— Los periodistas, estimado lector. Por eso cada miércoles tengo mi gustada sección “¿Quién es quién en las mentiras de la semana?”, del show que por las mañanas deleita a los niños, a los papás de los niños y a los papás de los papás de los niños. No son ciertas, pero son verdaderas.
— ¡Perfectamente bien contestado! Demos un aplauso a la señora, porque nerviosa y tartamudeando, “haiga sido como haiga sido”, dio una respuesta acertada…
(Aplausos del respetable).
— ¿Y abajo a mi izquierda?
— Aquí tenemos a un caballero, estimado lector.
— Por una precandidatura presidencial de una alianza a punto de desmoronarse, dígame usted qué es lo que hay qué hacer con los malos más malos de Malolandia, los periodistas.
— Pues no hay que matarlos a balazos, mi querido lector, ¡hay que matarlos de hambre!
¡Perfectamente bien contestado!
(Estallan las redes sociales).
La mala reputación
A Tom Wolfe se le atribuye una frase que lo resume todo: “No le digas a mi madre que soy periodista, ella piensa que soy pianista en un burdel”.
Casi un siglo después de haber sido pronunciada por el escritor y también periodista estadounidense, la reputación de los medios de comunicación y de la mayoría de quienes nos desempeñamos en ellos no ha mejorado. Todo lo contrario.
En buena medida nos hemos ganado esa mala fama, ya porque se nos considera corruptos, ya porque presentamos la realidad que no gusta a los protagonistas de las noticias, ya porque interpretamos sesgadamente los dichos y acontecimientos.
Pero ha sido desde hace tres años, con la instauración de “las mañaneras” que el ataque cotidiano a los medios de comunicación y a los periodistas se ha incrementado, a grado tal que chairos y amlovers nos tienen en la mira de sus rifles y pistolas, lo cual de ninguna manera es metáfora. Por desgracia.
Un priísta hambreador
Por eso es que, personalmente, doy la bienvenida a la grabación de las palabras del actual dirigente del PRI, Alejandro Moreno, alias Alito, quien ha confesado ser un asesino en potencia… aunque sin armas y sin balazos.
A los periodistas, ha dicho, hay que matarlos de hambre.
Palabras que, dice él, no le son propias.
Que editaron la grabación en la cual se escuchan.
Que el culpable es quien grabó.
Y el mensajero, por supuesto.
Moreno es idéntico a los morenistas.
Cobardemente niega lo evidente.
Y es con esa cachaza que aspira a ser el candidato presidencial de una alianza que –por su confesión de extorsión al empresario propietario de la cadena de salas cinematográficas más grande del país– ya lo ve como indeseable.
Y él, para su fortuna, quedará fuera… pero por todos los recursos públicos que le achacan haber robado no morirá de hambre.
Tal vez, sí, de indigestión.
Indicios
Cada vez son mayores las presiones del personal del Servicio Exterior hacia la Cancillería de Marcelo Ebrard, debido a la empresa “patito” que contratara para llevar a cabo las mudanzas de mobiliario y enseres del personal diplomático que cambia de adscripción. Hay un par de videos en la red YouTube en los que algunos de ellos narran como, junto con sus hijos, tienen ya un año durmiendo en el piso porque en ese lapso no han llegado ni sus camas, o quienes han tenido que comprar cuando menos un par de camisas porque tampoco han llegado sus equipajes. Uno más que exhibe a la empresa Sancalsa exigiendo 5 mil dólares a un miembro del SEM para acelerar el traslado de sus pertenencias. ¿De quién fue el “bisne” en el ya no tan nuevo edificio Tlatelolco? ¿Lo solucionarán o esperarán hasta que haya un nuevo titular de la dependencia? * * * Ooootra mentira de AMLO, pronunciada ayer jueves en su matiné: que él sí puede demostrar que su política de “abrazos y no balazos” es lo mejor. «Presidente, ¿se ha planteado en algún momento hacer un alto en el camino y tal vez revisar o replantear la estrategia?», se le preguntó tras el comentario del creciente número de asesinatos. “No vamos a cambiar la estrategia, al contrario, quienes deben reconocer que se equivocaron y que los errores en política son como crímenes, en el mejor de los casos, son nuestros adversarios (…) cuando yo dije ‘abrazos, no balazos’, se rieron, se burlaron, lo siguen haciendo y puedo demostrar de que esto es lo mejor, que lo otro no funciona, no funciona la Ley del Talión”, respondió. * * * Por hoy es todo. Le agradezco la lectura a estas letras y le deseo, como siempre, que tenga ¡buenas gracias y muchos, muchos días!