HOMO POLÍTICUS/ Pueblo sin leyes respetables

“El estado soy yo” Luis XIV

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ BLANCO

Vivimos una severa incongruencia entre nuestra forma de ser y la manera como las leyes dicen que seamos.

Chéquese estás aberraciones.

1.-          La ley prohíbe la violencia y somos prácticamente el país más violento del mundo.

2.-          Prohíbe la corrupción gubernamental y la de México es de las más graves.

3.-          Ordena vivir en democracia y tenemos partidos y políticos funestamente antidemocráticos.

4.-          Ordena la división de poderes y el ejecutivo federal secuestró a todos, federales y estatales, al grado que diputados de grupos dominantes ni siquiera leen lo que firman y actualmente desmantela 33 poderes judiciales.

5.-          La ley creó entes autónomos y el mismo poder ejecutivo los coptó a su servicio

6.-          Leyes y reglamentos nos prohíben pasarnos altos, circular a exceso de velocidad, beber alcohol en la calle, tirar basura y nos vale, simplemente lo hacemos, porque sí.

7.-          Nos obligan a pagar impuestos, cuotas al IMSS, al INFONAVIT y también nos vale, la mitad de la economía es informal y en realidad al gobierno tampoco le importa.

Viene a colación por la prohibición de corridos tumbaos y vender alimentos chatarra en escuelas o la propia reforma judicial.

Se trata de normas artificiales creadas por élites políticas absolutamente desvinculadas de la cultura social que las respalde, las crearon sin hacer conciencia social del valor de la norma si es que lo tiene.

No se trata de reformas surgidas de necesidades demandadas por el pueblo, sino de intereses privados, de grupo o interpretaciones repentinas por conveniencias coyunturales; como sabe, los narco corridos no nacieron apenas, ahora le urge al gobierno abatirlos para agradar a Trump, no para ayudar al pueblo a combatir la adoración musical de narcotraficantes.

El gobierno dejó de entender que para que las normas jurídicas encuentren sentido en la sociedad y sean respetadas, debe haber una cultura que las sostenga y vincule en la conciencia de los gobernados.

Toda ley que se impone por intereses de grupo, o caprichos tontos, son letra muerta y sólo crean mundos artificiales.

Así acontece con todas las leyes de moda u ocurrencias de políticos eventuales que las crean sólo para acrecentar su poder o presumir sus grandes logros legislativos, son temas de egolatría, pero en realidad, abandonan su deber de representar a la sociedad e interpretar sus necesidades de conocer esas leyes.

En su mayoría, se trata de normas que huecas como los incrementos de penas a delitos, como si los delincuentes dejaran de delinquir por el tamaño de la pena.

Así aconteció con la reforma judicial a la que casi nadie acudirá a votar por ser una jalada monumental y sólo diseñada para que el poder ejecutivo capture al 33 poderes judiciales (Al federal y a los de las entidades federativas)

Somos un pueblo ampliamente desconectado de nuestras leyes y de nuestros legisladores insensatos.

Casi nadie lee el Diario Oficial y no obstante, todo el sistema funciona como si todo el pueblo lo leyera cotidianamente.

Así hemos sido y seguiremos siendo mientras nuestros políticos sean sólo simuladores desvinculados de nuestra idiosincrasia y de nuestra forma de entendernos a nosotros mismos.

Para que tenga una noción de estos absurdos, le contaré el mismo lío pero desde otra óptica que confirman estas aberraciones.

Desde que nació nuestra constitución en 1917, lleva 271 modificaciones, 11 de ellas en los seis meses que lleva Claudia, es decir, en 108 años de vida lleva 271 reformas.

En cambio, y sólo para que Usted se dé una idea de esta vorágine de reformas le comparto que la Constitución Política de los Estados Unidos de 1787 lleva sólo 27 reformas; sí, en 238 años, lleva 27 enmiendas.

Esta forma de ser de nuestros sistemas políticos le dan una idea de la volatilidad de nuestra forma política de ser.

Difícilmente algún ciudadano común le podría describir siquiera el 1 % de esas reformas a nuestra Constitución; ¿Usted sabe que en México hay 310 leyes federales vigentes?, casi puedo apostarle que tampoco ningún abogado le podría decir de memoria el nombre de más de 50 de ellas.

Es muy complejo identificar el número de leyes vigentes federales, estatales o municipales o reglamentos no derogados o superados por otras normas que rigen para cada comunidad, además hay normas oficiales, bandos y normas emitidas en circulares.

Padecemos ”normatitis, una sobre regulación para todo.

El mundo de fantasía de las normas ocurrentes seguirá siendo burlado por nuestro pueblo creativo a quien tampoco importan las aberraciones legales ni aquellas que el propio gobierno no puede hacer cumplir aún y cuando las celebre con estruendo como la reforma judicial, las reformas para robustecer la soberanía o para pregonar que ahora si nos importan las madres buscadoras y los desaparecidos.

Así somos, un pueblo sin leyes respetables.

José Carlos González Blanco.

21 de abril del 2025

carblanc@yahoo.com

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