HOMO POLÍTICUS/ Plan México ¿con estufas de leña?

“En la comunicación social, la astucia, la simulación y la hipérbole capciosa pueden ser recursos estratégicos eficaces, pero éticamente repudiables.” José Luis Rodríguez Jiménez

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ BLANCO

Otra ocurrencia para la egolatría y buscar aplausos.

El plan México lanzado para enfrentar las demencias de Trump, con estruendos mediáticos, no es más que una repetición maquillada del Plan Nacional de Desarrollo sexenal de cualquier otro presidente, nada novedoso, es obligatorio en el artículo 26 de la Constitución como instrumento del Sistema Nacional de Planeación Democrática.

El episodio que recién conocimos no es más que una repetición de buenos deseos que se escuchan bien para campañas electorales ajenos a la voluntad del gobierno y sus agentes, si realmente quisieran hacer algo útil para México, ya habrían empezado desde hace años no cuando Trump les truena los dedos.

Este lanzamiento fue solo una maniobra de reflectores y cosecha de aplausos para Claudia análogo a llenar el zócalo para alabarla por evitar la imposición de aranceles prohibidos en el TLC o impulsar su elevación mediática como estadista del mundo.

¿En qué parte ganamos los mexicanos con este espectáculo?

Casi simultáneamente, Claudia anunció un programa de estufas de leña del bienestar para indígenas purépechas inspirada en que, de joven conoció las estufas “Lorena” (de lodo y arena), ¿Qué le parece la dimensión de nuestra política económica?

Pues tanto el plan México como las estufas de leña, son puro cuento mientras existan cárteles de extorsión que ahogan todo proyecto productivo en nuestras tierras como acontece desde hace años.

El verdadero plan México, debe ser integral no sólo de simulación económica, impostergablemente debe empezar por atender dos aspectos fundamentales el EDUCATIVO y de SEGURIDAD para hacerlo viable.

Educativo porque para crear dinero debe haber talento.

Debiera ser prioridad elevar el nivel cognitivo de toda la sociedad para abatir la ignorancia y el borreguismo, los países asiáticos mandaron miles de estudiantes a todo el mundo para convertirlos en talentos y ahora son pilares de su desarrollo, en cambio, el gobierno de México ya renunció al talento deteriorando la educación pública, aquí no albergamos ninguna posibilidad real de generar inteligencias fértiles ni en cantidad ni calidad indispensables para el desarrollo, la prueba Pisa confirma la vergüenza del sistema de educación nacional abandonado a manos de Mario Delgado, ¡imagínese nomás!.

No puede haber desarrollo sin enseñar a los grupos marginados estrategias de emprendimiento lícitas en lugar de prometerles estufas de leña obsoletas en este siglo.

La educación generaría conciencia de las aberraciones gubernamentales y de la ominosa partidocracia, muy especialmente del morenato como máximo promotor de la corrupción en la historia reciente de nuestro país.

Debemos apostarle a educar para comprender, para pensar profundo, para impulsar el desarrollo para crear talentos de a deveras, para generar pensamiento crítico informado, propositivo, una forma de ser nacional de mayor inteligencia colectiva de mayor calidad en la conciencia cívica y ética.

Un pueblo culto, educado, informado, no tendría gobiernos ni partidos como estos ni cárteles ni necesidad de recrear un show mediático lanzando pomposos planes engañabobos como el reciclado «Plan México» o el de las estufas de leña que son ocurrencias patéticas.

De seguridad porque sin ella los planes son pura basura, ya son muchos miles los pequeños empresarios y empleos que se han perdido por el amago de cárteles extorsionadores que exigen cuotas a cambio de preservar la vida.

¿Quién asumirá los proyectos del Plan México en la libre empresa?, ¿Los que ya cerraron por ser víctimas de cárteles?, ¿Los ingenuos que quedarán a merced de abusivos inspectores de alcaldías o del IMSS o del SAT?, el plan no consideró que para producir los mexicanos deben pagar moches gubernamentales y cuotas de sobrevivencia a sicarios de cárteles.

¿Por qué el gobierno no empezó por reconocer la realidad? Ningún proyecto será viable mientras exista la exacerbada depredación de inspectores públicos y de sicarios.

El Plan México y ese de las estufas, son puros sueños guajiros destinados al fracaso estrepitoso, ni siquiera iniciarán, están impulsados por las mismas fauces que destruyeron al poder judicial con mentiras aberrantes y mantienen una intolerable relación con cárteles.

El Plan México y ese de las estufas, ya cumplió su función, consiguió las palmas de sus aplaudidores del bienestar y distrajeron la atención sobre campos de exterminio, abusando de la ingenua maleabilidad de las indefensas masas.

José Carlos González Blanco.

7 de abril del 2025

carblanc@yahoo.com

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