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El ejercicio de buscar poder acumulativo como adrenalina es sensación de plenitud artificial hoy y autodestrucción mañana”. Papa Francisco
JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ BLANCO
El noble oficio de la política se degradó en México por las malas prácticas de sus oficiantes y la obsesión de los detractores del sistema de denostarlo y llamar la atención sobre lo malo menospreciando lo bueno, tal y como ha acontecido con la caída de todos los regímenes del mundo.
Ahora, como consecuencia de esa dinámica, llegamos a la aberración de necesitar de la política y al mismo tiempo repudiarla por los vicios de sus agentes.
Además de la corrupción y desprestigio de sus agentes, existe gran culpa de los partidos políticos que siendo instituciones que debiendo procurar el interés público, abdicaron de su deber ético de conducirse como autoridad moral de sus miembros, para convertirse en encubridores de delincuentes y postuladores de farsantes, se volvieron aparatos para recibir financiamiento público del que se aprovechan.
Por esas razones y con sobrados ejemplos de rapiña y corrupción, el PRI, fue condenado al desprecio, sin que sus buenas obras de antaño le salvaran del escarnio que le conduce a su progresiva autodestrucción.
Igual que le pasó al PRI, antaño aclamado, ahora toca el turno a Morena, quien fuera depositaria de la fe pública en la elección del 2018 bajo el liderazgo de López Obrador a pesar de que en ese año alcanzó su máximo pico de aceptación popular histórica.
El PRI, soportó años por su condición institucional, pero ese no es el caso de Morena, ahora, la realidad muerde y se debe imponer, la sensatez que obliga a entender que se trata de un partido sin ética, sin moral, sin valores, sin proyecto social, sin congruencia política, que decepcionó y traicionó los valores que le valieron confianza hace 6 años.
Por difícil de creer que parezca, no tiene proyecto como partido, sólo es sede de traiciones de todos con todos, tráficos de poder y ocurrencias de su dueño, está sujeto al capricho de un sólo hombre, quien dejó de ser un gran líder de izquierda para perderse en su egolatría convirtiéndose en un mesiánico demente cuyo único propósito es agandallarse el poder mediante el culto a su adoración personal; sus métodos, son la simulación y el engaño abusivo grandes masas con necesidades.
Por concentrarse en esta perversión, el partido abandonó la ruta institucional, de apego a los valores y a su deber ético de crear e impulsar un proyecto social que prometió y no cumplió.
Falló en lo social, no empoderaron a los pobres, los mantienen engañados con dádivas que emocionalmente vinculan a su líder para mantenerlos como clientela electoral sin conducirlos a la tierra prometida, les agravaron su situación les retiraron los servicios de salud, medicinas, guarderías, casas de asistencia, los tratan como “solovinos”, los vendieron como carnada para engrosar los cárteles en plazas sin policías a cambio de dinero y ceder el control político de las zonas del país, condenando a la sociedad al consumo de drogas y mantenerlos en la indefensión.
Falló en lo económico, no ha logrado algún éxito razonable, al contrario, la economía pende de una impagable y creciente deuda externa, del flujo de remesas de mexicanos que tuvieron que irse a los Estados Unidos, se robaron todos fondos de los fideicomisos y ahorros preexistentes, extinguieron de apoyo a necesidades sociales, quebraron a Pemex, gastan en obras sin sentido.
En lo cultural, casi extinguieron el estudio de matemáticas, inocularon dogmas filo socialistas en el modelo educativo, extinguieron la evaluación el personal docente, robustecieron la sindicalización en las instituciones magisteriales, se robaron todos los apoyos fideicomitidos a la educación convirtiéndola en un desastre, las pruebas internacionales de aprovechamiento escolar revelaron un retroceso vergonzoso que evidencia la dolosa intención de mantener ignorante a las masas.
No tiene autoridad moral, es de afirmarse por la certeza indudable de que mienten y operan simulando que no existe la realidad que nos lastima, aducen otros datos, pactó con los cárteles, negó servicios médicos a pacientes con padecimientos crónico degenerativos cuya vida dependía de ellos, vendió impunidades y fueros a delincuentes como al violador Salgado Macedonio, Napito, Barlett, Delfina, Layda Sansores, le quitó la dignidad a militares degradándolos a hacer trabajo de albañilería y protección a sus narcos cuando esos militares han puesto los huérfanos y las viudas enfrentando a los cárteles que ahora protegen.
Morena, no tiene escuela de cuadros, sus candidatos solo tienen que satisfacer el requisito de ser focas aplaudidoras obedientes y leales a su líder, son hordas de convenencieros, hundidos en la traición sistemática a los valores del interés público a cambio de un hueso.
Bajo estas certezas, es evidente que Morena acogió las peores prácticas políticas que en su tiempo detonaron el desprecio al PRI y va ahora por el mismo camino, sus vicios ya son muy graves.
¿Por qué afirmo que Morena tiene un ADN autodestructivo?
Por sus vicios estructurales, por su mesianismo, por no tener resultados gobernando que puedan merecer algún aprecio, porque de ese partido, no hay absolutamente nada de lo que México o su pueblo pueda sentirse legítimamente orgulloso; porque en ese partido no hay autocrítica, todo es obediencia a su jerarca y simulación, nadie decide nada, sólo el líder que se autopercibe como iluminado que impone candidaturas y puede pactar con el narco y los militares para generar lana y poder sin límite y al mismo tiempo, aducir tener autoridad moral; en esa maldad está su perdición, su máximo dirigente se ha vuelto el peor enemigo de Morena.
¡No tiene un proyecto político!, no hay principios ni objetivos claros o congruentes, su discurso de transformación es hueco, es una mala broma, no es más que saliva, no hay nada que se haya transformado en cinco años como para sorpender y a pesar de ello siguen aduciendo ser transformadores, es ¡increíble!
Sus más prominentes elementos han sido degradados a corcholatas que como tales, conviven tiradas al piso sin dignidad bajo la amenaza de hacer públicas sus corrupciones; su candidata presidencial es hueca, vacía, calca de su mentor sin creatividad ni luz propia.
Su líder, el Peje, tiene fecha de caducidad política, su poder se extingue a las cero horas del primero de octubre del 2024, a partir de ese minuto, se volverá blanco de venganzas perpetradas por quienes lo odian por agravios recibidos, se le recrudecerán los procedimientos por sus actos ilícitos en México y en los Estados Unidos, desde esa fecha, estará sólo con su destino, con su soberbia y sus enfermedades.
A partir de entonces, se volverá un estorbo para quién le suceda en el cargo, si es Claudia, se deshará de él lo más pronto posible, para dejar de ser su marioneta sin dignidad, si es Xóchitl, lo dejará a su suerte enfrentando su destino y los muchos enemigos que sembró, las miles de viudas y huérfanos de militares, de sujetos violentados, de familiares de aquellos cuyas muertes fueron innecesarias y eran evitables, enfrentará la justicia de los Estados Unidos por los muertos por fentanilo y a tantos ofendidos con sus actos traicioneros.
A partir de la elección presidencial y luego del 1 de octubre, Morena, iniciará su proceso de reacomodos pero en ausencia de un centro de poder aglutinador robusto, por ello, se irá desvaneciendo con la correlativa extinción de su dueño, y le pasará como cuando casi los mismos extinguieron al PRD, evento en el que sus tribus se auto depredaron como antropófagos.
Su autodestrucción es inminente, ningún partido de un solo hombre perduró mucho más allá de la caída de su único líder y pasará a pesar de que somos una sociedad con mala memoria y la pésima costumbre de tolerar corruptos de mala entraña, como hicimos con Peña para sustituirlo con otro peor, así somos en México.
