Nuestros hijos, no tendrán tiempo para discutir sobre el cambio climático, estarán ocupados lidiando con sus efectos. Barack Obama
JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ BLANCO
Exactamente el mismo mes de las elecciones, en junio del 2024, nos enfrentaremos a la cruda realidad de no tener agua e ignorar el tema a pesar de saber que llegaría la crisis.
El sistema de aguas que irriga al valle de México colapsó, las presas, están casi vacías.
Tenía que pasar, casi la mitad del agua que llega a la ciudad se desperdicia en fugas y despilfarramos la que recibimos en casa.
Aprecie este ejemplo; para deshacernos de más menos 300 mililitros de orina, usamos entre 10 y 16 litros de agua dulce, multiplique esa cifra por el número de veces que ocupa el inodoro en un día y luego, por el número de días del año, la cifra es inconmensurable, por persona.
Si se sorprendió, ahora multiplique ese número por casi 22 millones de residentes en el Valle de México.
Ahora, agregue la que usamos para bañarnos, lavar ropa, trastes, el auto, el consumo es enorme.
En promedio, cada mexicano consumimos 366 litros de agua diario, (incluida la proporción per cápita que se pierde en fugas), vuelva a hacer sus cuentas y dimensione el tamaño del problema e imagine lo que tendrá que hacer a partir de junio de este 2024 con cero litros de suministro.
Tenía que alcanzarnos el destino, jamás fomentamos la cultura de su conservación.
Pagamos millonadas por traer la que llueve lejos y aquí desperdiciamos absolutamente toda el agua de lluvia que indolentemente canalizamos al drenaje donde se mezcla con suciedades.
¿Qué no es aberrante?
Deforestamos los bosques sin clemencia y producimos basura sin cuidado, somos responsables del deterioro del medio ambiente, los lagos se secaron y de los depósitos que quedan de agua, más del 70% tienen algún grado de contaminación.
Nuestros paisanos del norte desde hace tiempo padecen esa crisis y ese sufrimiento casi no le importó al gobierno central, los abandonó dejando el problema a las autoridades locales.
Ahora si le tendrá que importar al gobierno porque la sociedad lo increpará y tomará del cuello, en efecto, toca el turno a los asentamientos del Valle de México donde reside la sociedad más combativa y explosiva del país que inminentemente se enervará y esa crisis se magnificará con el incremento de calores.
Con muchos trabajos el agua del sistema Cutzamala y Lerma, alcanzan para suministrarla hasta abril, justo hasta el día de las elecciones y los residentes de esta zona del país resentiremos la catástrofe después de votar por seguir dejando el tema en manos indolentes o en otras.
Por ahora, las autoridades, evaden difundir esta crisis por el riesgo electoral y su lógica, tiene sentido, si hoy hubiera conciencia de la desidia gubernamental y del caos que inminentemente viviremos por estar casi sin agua, el repudio al gobierno sería generalizado y ninguna payasada serviría para convencernos de vivir sin agua y votar por Morena.
Si la elección fuera un mes después, Morena perdería aplastada en el desprecio absoluto exhibida por su imprevisión ante los daños directos a nuestras familias y modo de vivir.
Previo a la elección, el gobierno sólo le invierte a su obsesión de poder, a la publicidad de sus obras faraónicas inútiles y a sus candidatos, pero no en la solución de problemas tan graves como este.
¿Qué piensa hacer para enfrentar la crisis de no tener agua con que bañarse o desaguar el excusado?
¿Hasta cuándo tomaremos con seriedad el problema y trabajaremos en la solución?
México está ranqueado en el lugar 25 con mayor estrés hídrico del mundo entre 164 países medidos.
Al igual que cuando tuvimos que aprender a vivir en pandemia, ahora lo haremos sin agua y en medio de calores extremos, en condiciones insalubres y malos olores.
Nadie sabemos ¿Qué haremos durante la sequía?, aguardando la esperanza de la temporada de lluvias, por ahora, ya debemos ir pensando en temas de sobrevivencia.
Es hora de cobrar conciencia realista y comprometida y hacer, cada uno, lo que nos corresponde, el problema que tenemos en puerta no es menor.