HOMO POLÍTICUS/ La prostitución política de las conciencias

El populismo te endulza los oídos con igualdad, libertad, justicia o distribución de la riqueza y al final sólo es un defensor de tiranos repartidor de la misma miseria que decía que combatía. Gabriel Carrillo Navas

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ BLANCO

El engaño a un ingenuo, a un necesitado, para idiotizarlo y sacar ventaja de su condición y su desesperanza, es una canallada, que entraña una ruindad de muy baja calaña.

En el derecho penal, se llama fraude, en la religión pecado y en lo político ni siquiera está prohibido, al contrario, hay una obsesión galopante por prostituir más conciencias.

Hay bajezas, altamente corrosivas, esta es una de ellas que lastima a toda la sociedad y degrada lo que debería ser uno de los más nobles oficios, que es la política.

Esa perversión ha alcanzado niveles extremos en los populistas que aprovechándose de las mentes modestas y perturbadas inoculan esperanzas y utopías que éstas no entienden, pero que, por su condición, tampoco quieren entender prefiriendo aferrarse a esas falacias por intuir que son su única opción de reivindicación pública y social.

Los dogmas son fanatismos que se arraigan en la conciencia, son ajenos a lo razonable, se afianzan a nuestros credos como aquello que queremos o necesitamos creer, pero pasa sólo con conciencia prostituidas, que renunciaron a escuchar, no razonan, solo balan.

Prostituir, significa «deshonrar o degradar algo o a alguien abusando con bajeza de ellos para obtener un beneficio».

Lo hacen Inoculando ideas de odio, revanchismo y reivindicación mágica, sin mérito, sin esfuerzo que clarísimamente saben que jamás cumplirán y a cambio, exigen fe ciega, adoración al líder, obediencia y una renuncia implícita a la dignidad; la manipulación para engañar, discursa entre otros fundamentalismos los siguientes:

  • Tu pobreza es porqué los ricos y políticos a su servicio te impiden progresar; la culpa de tus condiciones sociales, es de otros, no tuya, yo te comprendo y te reivindico.
  • La riqueza de los ricos, debe regresar a los pobres que la produjeron y fueron despojados de ella.

Patria para todos, como entendiendo que es el prototipo de estado de confort de los ricos es la patria que les ha sido arrebatada.

Gobierno militarizado del pueblo, bueno y sabio, para garantizar el derecho de los pobres.

Se trata de pulsiones destructivas de la democracia, de los modelos de convivencia que exigen superación y esfuerzo.

Exactamente eso hicieron los impulsores de los socialismos latinoamericanos en Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia, entre otros, todos esos pueblos, continúan sufriendo hambre, muertes, pobreza, degradación, vejaciones autoritarias, ignorancia masiva y no logran sacudirse el cáncer de sus depredadores políticos.

Se trata de regímenes, condenados al colapso económico, por su inviabilidad, pero sustentados en el adoratorio a un gran líder, cuyo dominio personal, sustituye al estado institucional.

Esta hipnosis colectiva, sólo es posible por el bajo nivel cognitivo y económico de la sociedad que cautivan, es una consecuencia de mantener pueblos en la pobreza y en la ignorancia, inmersos en la banalidad de tik tok´s, en la dictadura de la mediocridad rampante como antítesis de la inteligencia y el pensamiento analítico.

Ahora, perciba los engaños del populismo obradorista.

Simula el combate a la pobreza, no con opciones de superación y desarrollo viables, sino con dádivas en efectivo, que no resuelven la pobreza; los mantiene en ella, pero como clientela electoral a cambio de dinero que reciben sin mérito y sin esfuerzo.

Control del líder en todo, militarizado en áreas estratégicas como suministro de medicinas, luz, agua, seguridad, aeropuertos, policías, aduanas y político de gobiernos estatales, organismos autónomos, poderes federales y medios masivos de comunicación.

Adoctrinamiento obsesivo de culto a la personalidad del líder; en mañaneras, periódicos, noticieros, redes, etc.

Economía simulada discursada como boyante y exitosa con números de fantasía, pero artificialmente sostenida con remesas, endeudamiento externo, flujos informales de divisas por exportación de drogas y empleo informal, el mayor de este, incorporado a cárteles delictivos.

Destrucción de la calidad educativa y cultura crítica, para mantener las limitaciones cognitivas de las masas y fomentar su hipnosis colectiva.

Esa, es nuestra realidad política que se ha ido exacerbando desde 2018 y ha logrado penetrar en las conciencias de grandes segmentos de la población en un culto a la mediocridad que amenaza continuar escalando.

Su desempeño político, ni siquiera intenta resolver los grandes problemas nacionales, sólo buscan el poder personal y asumiendo como método de gobierno la apariencia, la mentira y simulación.

En este fenómeno masivo, todos tenemos culpas, unos por contemplación e indiferencia porque hemos consentido, tres umbrales de degradación que han alcanzado proporciones destructivas:

El abandono del modelo educativo que mantiene a las masas sumidas en la profunda ignorancia y mediocridad.

El establecimiento de la corrupción y mediocridad política y partidista que toleramos e incorporamos a nuestra cultura pública sin que a nadie le de vergüenza o le importe.

Hemos sido indiferentes mantenido las dolorosísimas condiciones de pobreza de grandes sectores de nuestro pueblo.

En ninguno de estos temas, hemos escarmentado ni los asumimos como problemas nuestros, no hemos hecho lo suficiente para asumirlo ni resolverlo.

Tenemos que asumir que es responsabilidad de todos corregirlo y proponernos hacerlo, le propongo acciones básicas, que cada uno podemos realizar.

Desengañar a los enajenados, ayudarles a que se den cuenta del mega fraude del que son víctimas y fomentar en ellos el desarrollo de conciencia crítica y el rescate de su dignidad política.

En cada oportunidad que se nos presente, exigir acciones que, con autenticidad, saquen de la marginación, ignorancia y pobreza a millones de mexicanos, debemos entender este tema como una de las mayores prioridades nacionales.

Exigir ética y preparación de alto nivel a los políticos y ello implica, repudiar la corrupción política en todas sus formas.

Por supuesto, hacer proselitismo para votar por la opción contraria al populismo.

La única forma de mejorar las cosas, es el activismo político, fomentando la conciencia crítica, desengañando a los enajenados y combatiendo la corrupción exhibiéndola, exige valentía, nacionalismo, espíritu de justicia, congruencia personal, altura de miras, una dignidad de hombres y mujeres de bien.

México, está muy cerca de sucumbir ante la continuidad del fanatismo manipulado por agentes del populismo, si pasa, nos arrastrará a todos.

Si dejamos hundir a México, sólo postergaremos la explosión social que de todas formas estallará cuando sus víctimas estén rabiando por el engaño del que han sido víctimas y sus condiciones de miseria les conduzcan a la desesperación.

Observe que ya hay varios síntomas de este enervamiento y obsesión de desquites, coexistimos con millones de resentidos, agraviados de mentes simples que legítimamente exigen a gritos y manotazos la justicia y condiciones que los populistas les prometieron, se trata de resentimientos agravados por la pérdida de sus dignidades, la violencia que tocó a sus familias, enfermedades no atendidas o hijos y maridos sumidos en actividades ilícitas, el peligro es muy alto, muchos ya no tienen nada que perder.

En su desesperación, muchos ya son empleados de cárteles o hasta sicarios y nadie sabe con claridad, hasta qué punto estamos frágiles ante esta locura; tome nota, la semana pasada un gatillero armado, fue atrapado entrando a la sede de la Suprema Corte, ya van muchas decenas de periodistas y candidatos acribillados, nadie sabemos, que sigue en esta demencia colectiva de odios engaños y miseria política, mucho menos sabremos hasta dónde puede llegar si la dejamos continuar.

Asumamos la responsabilidad de recuperar a nuestro México y sacarlo de la oscuridad a donde han sido conducidos sus masas abandonadas por todos y engañadas miserablemente por políticos pervertidos, debemos corregirlo o lo lamentaremos más de lo que imaginamos.

Téngalo presente, superarlo, no depende de políticos opositores, depende de nosotros y nadie hará lo hará por nosotros.

Hagamos lo correcto, y eso, exige valentía, actitud y un gran amor por nuestra mexicanidad, por nuestra gente, por nuestra libertad y nuestro México.

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