HOMO POLÍTICUS/ Elección judicial, ¿votar o no votar?

“Juez votado, político disfrazado”. Consigna popular

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ BLANCO

Por primera vez nos vemos en la disyuntiva de decidir si ¿Legitimamos la elección judicial con nuestro voto o no?

Es un escenario inusitado en el que ayuda entender ¿De qué se trata?, trataré de explicarlo en breves segmentos.

Respóndase primero, ¿Qué es la justicia y para qué sirve?

Claro que lo intuye, es aquello que se necesita para aportar soluciones ante conflictos y que surja de la mejor manera, escuchando, estudiando el conflicto y aplicando el derecho.

La impartición de justicia ayuda a que no nos matemos entre nosotros cuando tenemos desacuerdos.

Exige tres cualidades fundamentales, imparcialidad, sabiduría y credibilidad.

Imparcialidad significa que el juzgador, no puede tomar partido por uno en perjuicio de otro, ni tener interés personal en asuntos en los que habrá de dirimir disensos.

El juzgador propuesto por operadores de un partido, le debe el puesto y eso lo hace parcial, inhabilitándolo para ser juzgador.

Sabiduría, solo se alcanza con formación académica y una larga experiencia deliberando controversias en el difícil oficio de juzgar.

Credibilidad, es la confianza que se inspira entre los que contienden, difícilmente alguien respetaría una sentencia dictada por un juez improvisado.

Los tres valores se pierden con la elección de jueces postulados por maquinaciones de grupos políticos como Morena, salvo claro, las honorables excepciones de juzgadores de carrera que participaron y lograron colarse a la postulación librando tómbolas.

Votar por jueces ¿Es democrático?, desde luego que no, la democracia en la designación de jueces, está diseñada en el orden constitucional cuando, con razón los mantiene funcionando en poderes judiciales que deben ser apolíticos y apartidistas.

Consiste en hacer que preserven su condición de independientes e imparciales, lo que sólo podría ocurrir con sistemas que evalúen sus méritos y experiencias para ser designarlos de manera compatible con el principio de separación de poderes y la ética personal.

Elegir juzgadores mediante sufragio es profundamente antidemocrático porque contradice su propia naturaleza.

Luego entonces, es necesario responder ¿A quién le importa la elección judicial?, la respuesta es vergonzosa, sólo a la élite política dominante agrupada en Morena para dominar poderes judiciales y contar con juzgadores alineados a sus intereses de poder.

Ese grupo político con financiamiento gubernamental, movilizará sus estructuras territoriales y clientelares controladas con programas sociales, para votar con apego a un acordeón que les diga por quién hacerlo.

Se trata de una obsesión de poder para dominarlo todo, partidos, presupuestos, poderes legislativos, gobiernos estatales, municipales, jueces, todo es todo.

Desarrollar esta elección, sólo le importa al grupo en el poder y Usted verá casillas vacías, pero para aminorar la exhibición pública de esta farsa, es inminente que por la noche fluirán declaraciones engañando que fue una jornada ejemplar y concurridísima.

Usted se preguntará si ¿Su voto servirá de algo?

Difícilmente, no hay garantías de que sea siquiera contado, tampoco sobre la seguridad de las casillas, los resultados se darán a conocer hasta 10 días después.

En conclusión.

Creo que votar por Juzgadores, es aberrante y legitimaría el proceso destructivo del estado de derecho.

La reforma judicial destruye la división de poderes, captura los judiciales subordinándolos a Morena y conduce a la ciudadanía a la indefensión contra actos del gobierno y legislativos haciendo nugatorio defender libertades, patrimonio o derechos contra el estado morenista.

Si se consolida la elección judicial, construiremos modelos políticos más parecidos a tiranías y absolutismos indeseables.

José Carlos González Blanco.

26 de mayo del 2025

carblanc@yahoo.com

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