HOMO POLÍTICUS/ Aplastar es un suicidio político

“Nunca abuses del poder humillando a tus semejantes, porque el poder termina y el recuerdo perdura.” Sabiduría Popular

JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ BLANCO

Algo está pasando en el ambiente político que parece una borrachera de poder, obnubilado, ansioso por volverse absolutista y crear resentimientos profundos.

¿Para qué?, …todos perdemos, principalmente los borrachos de poder.

Es complicado entender esta demencia; pero pensemos, ¿En qué parte gana el gobierno y su partido con la destrucción de lo que les es útil?, claro que en nada, todos perdemos y ellos más.

Arribaron al poder con un frágil sistema de soporte a la democracia operado por el INE y lejos de mantenerlo vigoroso, optaron por inocular en él a funcionarios corruptos, parciales, cómplices y tolerantes con la tranza y el encubrimiento de malas prácticas y lo indebido, tanto que permitieron un proceso electoral inequitativo.

Todos los sistemas judiciales independientes, altamente profesionales y autónomos, aunque imperfectos, lejos de perjudicarlos, les ayudan a mantenerse vigorosos, les exige hacer las cosas de mejor manera, por ello, es aberrante que prefieran desmantelarlo sólo para corromperlo; su destrucción y los métodos que diseñó su vengativo autor, no aspiran a mejorar nada, sólo a cooptarlo, como si realmente lo necesitaran.

La destrucción y dominio de los organismos especializados mediante titulares obedientes es otra pérdida absurda, le quitaron a los mexicanos todas las contralorías funcionales, dominaron los organismos de protección de Derechos Humanos, corrompieron al querido ejército para volverlo protector de narcos, cedieron el control de las policías a los cárteles, atacaron a los institutos de transparencia que le dan vida a los observatorios ciudadanos y obligaban al sistema a ser cauteloso; su obsesión ha sido por controlarlo todo, por acallar todas las voces que sirven de contrapeso.

Las de minoría en las cámaras les dan vigor, les permiten mantener su discurso de enfrentarse a ellas y superar sus argumentos con razones sensatas ¿Cómo para qué aplastarlas y convertirlas en resistencias imprácticas?

El gobierno pierde en apalear al indefenso, sólo se exhibirá como tirano.

¿Para qué reducir a nada los partidos perdedores?, si en esencia son los que le dan vida al gobierno y al partido ganador, luego de destruirlos ¿A quién le habrá de ganar?.

Igual con los periodistas críticos, ¿Para qué perseguirlos y destruirlos hasta callarlos?, si son exactamente los que le dan fuerza y mantienen robusto y atento al gobierno con sus críticas?

Algo está mal en el propio gobierno, hace lecturas del sistema, incompatibles con el interés nacional y el de su propia subsistencia procurando conducirla al auto adoratorio efímero y aburrido.

Las prácticas de abuso totalitarista que buscan la sumisión de quién piensa diferente son la marca de la casa, hay una tendencia obsesiva por aplastar y esa es una incongruencia histórica porque es exactamente lo mismo de lo que se quejaban y juraron abatir y la misma que les dio vida con razón cuando se enfrentaron a esa hegemonía dictatorial.

En la clase política y en sus seguidores hay, una renuncia a la inteligencia práctica, lo malo es que está inspirada en el desquite, creen que ganan con la destrucción del sistema y lo que hacen es seguir los pasos del partido que desprecian, que es, insisto, exactamente el mismo ambiente que les dio vida justamente luchando contra esas prácticas abusivas.

En efecto Morena es ahora la reencarnación del PRI siguiendo fielmente sus malas prácticas de cuando era partido hegemónico y totalitarista que aplastaba toda disidencia, se encubrían y no tenían más bandera que pa´donde soplara el viento según el líder de temporada.

En esa borrachera de poder el PRI se volvió sordo y ciego, insensible, tanto que perdió el toque y hoy se debate entre sus achaques, de hecho, camina a su extinción luego de haber mutado progresivamente a Morena que es su propia versión para este tranco del siglo XXI.

Hoy parece que vemos la misma historia repetirse, pero ¡Aguas!, ahora, sobre un pueblo conectado por redes sociales que en muchos aspectos está harto y a punto de incendiarse por ser sistemáticamente burlado y que cultiva una memoria selectiva, inducida por fuerzas insospechadas y de alcances impredecibles.

La vida, enseña que el poder absoluto genera soberbia, la falta de crítica y de obstáculos conchudez y conformismo, la falta de ejercicio obesidad y flacidez; Morena y su gobierno caminan a este estatus construyendo e instalándose su zona de confort que irremediablemente será para sí su ambiente de autodestrucción.

Morena y sus funcionarios, empezando por Claudia por estar en el más alto nivel, como antaño el PRI, están perdiendo el toque, se han negado a escuchar, a dialogar, ella personalmente ya anunció que no conversará y que para ello están sus secretarios, no hay engaño, ya mostró quién es y de que está hecha, si esa soberbia aplica con los contrarios por supuesto que igual o peor para los de casa, ejercerá un dominio absoluto y aplastamiento a la disidencia interna y externa, tal como hizo su mentor.

Mal presagio en los tiempos que México padece grandes problemas de todo tipo, estructurales, económicos, de mediocridad en todas las instituciones, de violencia enervante generada por los cárteles de la droga y la extorsión que co gobiernan, de falta de confianza en los sectores privado y clases medias, de incertidumbre generalizada y una actitud mundial que un día podría decidirse a dar un manotazo trascendente en nuestra estabilidad.

Esta demencia de poder amenaza con ahogar a México y sumirlo en un frenesí exasperante justo cuando necesita un gobierno sensible que escuche, atienda y resuelva con sensibilidad política, con ética, con solidaridad y comprensión con los vencidos.

Aplastar, no es la mejor manera política de vivir, extinguiendo a sus adversarios, en esa inercia de pelear, pronto sólo les quedará hacerlo contra sí mismos y ya estamos viendo los primeros escarceos de ese frenesí.

Quien siembra odios, cosecha odios, quién juzga a sus adversarios a la mala se expone a ser juzgado con la misma vara, quién a hierro mata, a hierro muere, reza el refrán y suele convertirse en realidad.

El gobierno entrante y su partido, bien haría en dimensionar las consecuencias de vivir hablando sólo en el congreso, viéndose al espejo en los tres poderes federales, actuando ante sí mismos en la federación, en el mundo de lo público; pueden llegar al punto en que pronto, ya no tendrá a quién echarle la culpa de sus vacíos que son muchos.

El Peje que hasta ahora domina las voluntades de los locos, no vivirá mucho y ya no estará cuando se necesite controlar a sus propios émulos inconformes que para entonces habrán aprendido muy bien a destruir, a fregar a la autoridad y que el modo de dominar es extinguir, aplastar o convertirse en socio de narcos y operadores de la violencia como acontece ahora, ganar o arrebatar, es, insisto, la marca de la casa sin importar consecuencias con terceros, a ellos, ya saben que no les pasa nada.

En esa actitud predecible, hay un mal presagio, Claudia bien haría en reflexionar, es su turno de decidir transformarse de corcholata en estadista.

Ya sé que es mucho pedir, pero es lo que hay, es su turno y le toca decidir su destino y el del México político, antes de que las disidencias enervadas le dinamiten la corona o lo hagan sus propios morenistas actuando como les enseñó su prócer.

[email protected]

www.entresemana.mx

Check Also

HOMO POLÍTICUS/ ¿Celebrando la condena a García Luna?, …si es la precondena al Peje

“Las apariencias engañan”. Sabiduría popular JOSÉ CARLOS GONZÁLEZ BLANCO Se ven muy contentos los cuatroteros …