HISTORIAS EN EL METRO / Todo pasa y todo queda

Ricardo Burgos Orozco 

Ciudad de México, 25 de julio (entresemana.mx). Hace dos semanas me tocó viajar nuevamente a la estación Auditorio. Tenía más de un año que no andaba por esa zona de la ciudad; fui a una reunión en unas oficinas cercanas y la mejor manera de llegar era por el Metro.

A mi llegada recordé que Auditorio es una de las terminales emblemáticas de las que estaba tan orgulloso Sandalio Sainz de la Maza, ya fallecido, cuando fue directivo del Sistema de Transporte Colectivo en el gobierno anterior. Él impulsó ese tipo de estaciones para que el Metro no solamente fuera un medio de transporte sino una forme de traer conocimiento, cultura y entretenimiento a los usuarios.

Auditorio está dedicado al Reino Unido y por eso hay imágenes muy parecidas a las que existen en el famoso Tube o Metro de Londres, Inglaterra. Incluso continúa una caseta telefónica similar a las que utilizan en ese país europeo, fotos del famoso Big Ben y estampas de personajes característicos de la cultura británica como Harry Potter, Winston Churchill y la ex primera ministra Margaret Thatcher.

También se encuentra inamovible el mural “Un viaje por el rock” del pintor mexicano Jorge Flores Manjarrez, quien en su momento lo realizó en tres etapas con la técnica de óleo en acrílico en una extensión de 67 metros. Ahí se pueden admirar figuras de grandes rockeros ingleses y mexicanos. Vale la pena, pensaba, visitar la estación sólo por admirar esa obra monumental.

Recuerdo que alguna ocasión fuimos a desayunar Sandalio, Oscar Martínez, otro buen amigo periodista de deportes, y yo en un local de pancita y antojitos mexicanos de la colonia Guerrero. Sandalio ahí nos platicó de su experiencia de muchos años como funcionario. Era un apasionado de lo que hacia y sobre todo de las estaciones emblemáticas del Metro que él ideó.

Cada que se prestaba la ocasión, Sandalio recordaba el trabajo intenso que tuvo que hacer para “vestir” cada una de las 12 estaciones representativas. Me dijo que en Auditorio debería estar una gran foto de John Lennon, pero le comenté que nunca la encontré y recorrí toda la estación. Tampoco entendió la razón por la cual estaba tan abandonada Guerrero, dedicada a los ídolos de la lucha libre “bueno, ya estamos en otro sexenio; el gobierno actual difícilmente le va dedicar atención a programas anteriores, aunque sean bonitos” reconoció en ese momento.

Sandalio fue un apasionado de su trabajo, tanto en el gobierno como de promotor social en su querida Tlalpan de donde deseaba ser alcalde. Estaba atento para apoyar a la comunidad de su jurisdicción, sobre todo desde marzo de 2020 con el inicio de la pandemia; repartió personalmente gel sanitizante y cubrebocas en varias colonias pobres durante la época más complicada de la pandemia.

Después de mi reunión en la colonia Polanco, al regreso en el Metro, me quedé admirando durante unos minutos el mural “Un viaje por el rock” a la entrada de la estación Auditorio. Reflexionaba al mismo tiempo en aquel poema de Antonio Machado hecho canción por Juan Manuel Serrat: Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar… Así fue la vida del buen amigo Sandalio.

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