ROCÍO FIALLEGA (SemMéxico, Ciudad de México). Quisiera narrarte mi vida allá donde la luna se fue a esconder, y al ver tu mirada conmovida me atrevería a besar tus manos y tu boca, para sentir en el vacío de mi existencia que alguien me escucha y me ama.
Podría ver la tierra desde la distancia, para así tener mejor perspectiva y saber que ese planeta existe, existió y existirá en el mismo instante en que mi ojo se topa con él.
Derramé mis ansias en tu pecho después de contarte mis aventuras y aceptaste todas mis caricias como si el paisaje lunar fuera lo que necesitábamos, ¿o fueron acaso mis palabras, esas inquietas piezas de rompecabezas que un día te hacen feliz y al otro día te matan?
Quiero que mis lágrimas caigan en un cráter de la luna, pero aquí no hay arriba y abajo, me conmueve tanto que puedas verme a los ojos, y en ese instante en el que confluyen el espacio y el tiempo poder transformarme en un ser etéreo.
Cada vez que miras la luna recuerdas ese beso que nos dimos y aunque no existo en el mismo plano que tú, siento tu pasión y te acaricio debajo de la piel, hasta la siguiente luna.