ROCÍO FIALLEGA (SemMéxico, Ciudad de México). Decisión es:
Decir sí o no.
Imaginar un deseo/sueño para luego obtenerlo.
Abandonar un algo (carrera, persona, casa, país, apego) para obtener otro, o para quedar vacía.
Elegir entre “a” (situación, circunstancia, persona, bien material) o “b”; luego de eso –muy importante–, asumir la consecuencia.
Definir qué, cómo, cuándo, quién, para qué, cuánto, por qué (¡qué complicado!)
Asumir que no lo puedes (resolver, hacer, controlar, comprender, tener) TODO (lo que sea que eso signifique).
Enfrentar un dilema (o trilema, que los hay).
Saber que cuando estés del otro lado de la orilla (río, situación, condición –emocional, social, económica, etc.–), tendrás que decidir otra vez.
Conocer los misterios de la intuición (que te ruborizan, pero responden más a tu espíritu), los patrones de comportamiento (que ni te gustan y –encima– te encarcelan), las opiniones (que te juzgan –sobre todo las propias–), las “normas” (que no las inventaste), las ventajas y desventajas (“objetivamente” planteadas, para que “gane” la opción que quieres), las alternativas (que ven los demás, porque una adentro del remolino emocional, ni se entera que existen). Con ese conocimiento, lanzarse a hacer posible un deseo.
Decisiones
Las decisiones son estrellas, cuando menos nos damos cuenta –a veces al final del camino– ya creamos una constelación que nos “ilumina” el camino a seguir.
Las decisiones son seguir escalando, sin preguntarte si es necesario regresar cuando estás a 10 metros de la cima.
Las decisiones son como un espejo, te dan la imagen de lo que vas construyendo, pero en realidad no sabes (oh, maravilla de los órganos internos del cuerpo) qué hay dentro.
Las decisiones son como una balsa de náufragos (el punto es ¿a quién estás salvando?)
Las decisiones son como las mariposas, llevan su tiempo de gestación, si se interrumpe o se posterga la transformación de la crisálida al vuelo, hay riesgo de MUERTE (no sólo física).
Las decisiones son como las tómbolas: compraste el boleto porque querías determinada cosa y… ¡te sacaste algo mejor! (o, todo lo contrario).