JORGE MANRIQUE*. La capacidad de aprender más rápido que los competidores es la única ventaja competitiva sostenible. Paradójicamente, pocas empresas lo consideran la inversión más importante. La capacitación esta desvalorizada.
El entorno digital actual trae revoluciones repentinas que pueden cambiar las reglas del éxito casi de la noche a la mañana. Carlos Darwin anticipó esto:
La esperanza de vida de una especie depende de su capacidad para generar variaciones favorables que le permitan florecer a medida que cambie el entorno. En la naturaleza, esto sucede al azar durante numerosas generaciones. La «supervivencia del más apto» significa aquellas variaciones que mejor se adaptan al entorno cambiante.
Sin embargo, para que las organizaciones sobrevivan, deben generar variaciones favorables a propósito durante sus vidas. No pueden confiar en la lotería genética. Aquí volvemos a De Geus y su concepto de una «empresa viva». En un mundo cada vez más turbulento, la competencia crucial para mantener la vida es aprender a ganar en el aprendizaje.
Los siguientes cinco preceptos demuestran ser poderosos impulsores del aprendizaje organizacional.
- Definir qué aprender
El aprendizaje es una búsqueda exigente. El cerebro humano generalmente comprende alrededor del 2% de nuestro peso corporal, pero consume aproximadamente el 20% de nuestra energía metabólica, más que cualquier otro órgano. Hay muchas maneras de desplegar esa energía. Para ser estratégicos, los líderes organizacionales deben dirigir los recursos intelectuales hacia los objetivos correctos a través de un proceso de aprendizaje guiado.
Con mucho, el aprendizaje más ventajoso es de afuera hacia adentro. Esto significa perfeccionar incesantemente las prácticas para lograr una comprensión superior del entorno externo antes de mirar hacia adentro.
- El aprendizaje es un viaje, no un evento
El aprendizaje es una forma de vida, no una empresa de una sola vez.
Inculcar el aprendizaje como un hábito comienza con el individuo. Aprendemos continuamente de diversas fuentes, como periódicos, libros, conversaciones y experiencias. Pero estas ideas pronto se pierden. En ausencia de contramedidas, la persona promedio pierde hasta el 90% de la nueva información después de 30 días. Es recomendable, entonces, registrar rápidamente los nuevos aprendizajes, revisar estos conocimientos con regularidad y aplicarlos en la práctica.
- Las preguntas son más importantes que las respuestas
El aprendizaje se engendra haciendo las preguntas correctas. La mayoría de los avances en el conocimiento a través de la historia han surgido de una pregunta de búsqueda perseguida sin descanso.
Una parte clave de la misión de un líder es servir como director de aprendizaje. Esto requiere cultivar la práctica de hacer buenas preguntas como un motor del aprendizaje organizacional.
- Aprender de los errores
La toma de decisiones no es la búsqueda de la certeza. Se trata de elegir acciones frente a la incertidumbre. Implica asumir riesgos.
Este enfoque cambia la cultura de culpar al aprendizaje, y obliga a la organización a definir, medir y actuar sobre lo que se ha aprendido.
- Alejarse de lo urgente para pensar en lo importante
Una buena inversión en tiempo para la reflexión en realidad acelera las soluciones. El proceso mental más efectivo en un mundo caótico es: detenerse, mirar, ir.
Llegó el momento, impostergable por cierto, de aprender a aprender.
*Rector del Colegio Jurista y director general de Gobierno de Calidad, consultoría de políticas públicas