NOEMÍ MUÑOZ (SemMéxico, Toluca, Estado de México)
Varias noticias están dando de qué hablar en el Estado de México. En la “mañanera” López Obrador aseguró que el ISSEMyM se anexará al sistema de salud federal, IMSS-Bienestar, como lo hará la Ciudad de México. Dijo que esto acabará con el desabasto de medicamentos, pues las entidades que se han unido cuentan con un abasto del 90 por ciento de los medicamentos.
Según datos del informe anual sobre la Situación de la Pobreza y Rezago Social 2023, el 34.2 por ciento de la entidad mexiquense no cuenta con servicios de salud.
Mi pregunta es ¿El IMSS-BIENESTAR está preparado para dar cobertura a las y los millones de habitantes que requieren atención médica?
O esta medida sólo acrecentará ese porcentaje donde muchos no sólo tendrán cita con el especialista hasta el 2025, sino tendrán que esperar días y no horas por una revisión.
López Obrador dio la sorpresa con esta noticia que ha dejado a las y los adscritos al ISSEMym helados. Sobre todo porque no sólo es el sistema de salud el que cambiará, también las y los empleados y sindicalizados/as ven en peligro su estabilidad, que de por sí pendía en un hilo, ya que la deuda del Instituto asciende a 6 mil millones de pesos.
El Presidente aseveró que se terminarán de construir los hospitales inconclusos de varios municipios de la entidad, pues servían de elefantes blancos, es decir, edificaciones que se han cacareado mucho, pero que no han brindado ningún beneficio a la comunidad donde se han construido.
Quisiera defender ese punto, pero hay muchos hospitales que se ven en óptimas condiciones y jamás entraron en función por falta de equipo y personal.
Con respecto a este último punto, Andrés Manuel no teme a la falta de médicos/médicas, pues dijo que las universidades que se han construido han formado a los especialistas médicos/as que la institución necesita.
Las redes también ardieron con la noticia sobre una supuesta unión del IMSS, ISSSTE e ISSEMyM, pero solo era un rumor.
Lo que no es un rumor es el escándalo que armó la cancelación de 35 normas oficiales mexicanas, estas son las del tratamiento del cáncer cervicouterino y mamario; la destinada a la atención de la salud del niño/niña, así como otras con más de una década en vigor relativas a materia alimentaria, salud escolar, control de diabetes, prevención y control de adicciones, así como tratamiento de la hipertensión.
López-Gatell, presidente del Comité Consultivo Nacional de Normalización de Salud, dijo que dichas cancelaciones no son inmediatas y que todo obedece a una revisión. Lo que por supuesto ha hecho crecer la duda de que sí esto realmente no va en contra de los derechos a la salud de las y los habitantes, como ha manifestado la Cámara de Diputados.
Entonces, irá en incremento la falta de medicamentos, la precariedad en la atención. Los datos del Consejo nacional de Evaluación de las Políticas de Desarrollo Social nos muestran que en el gobierno de López Obrador ha aumentado la carencia de servicios de salud en un 75 por ciento. Hay tanta demanda que muchos han preferido ir a un médico privado, aunque esto implique un gasto, el cual también se fue para arriba, hasta un 40 por ciento. Así que yo creo que el cambio será el aumento de las y los usuarios del Dr. Simi o de los consultorios de los centros comerciales.
Sé que se presume que el IMSS-BIENESTAR acabará con el rezago de medicinas, como lo dije al inicio de la columna, pero lo que nos consta son las constantes marchas por su escasez. De acuerdo al periódico Reforma, en cinco años se han desatado los reclamos judiciales en un 600 por ciento en contra de IMSS, ISSSTE y Secretaría de Salud.
Es decir, parece que el derecho a la salud cada día está más lejos.