NOEMÍ MUÑOZ (SemMéxico, Toluca, Estado de México). Sin duda, votar parece ser lo más fácil del mundo. Llega el día, te diriges a tu casilla y marcas el nombre de la candidata de tu preferencia, pero implica un ejercicio democrático que ha costado vidas.
Lograr que ese ejercicio lo haga el cien por ciento de la población es muy difícil. Según el Análisis Estadístico de Resultados de la Elección a Gobernador del Estado de México, Proceso Electoral 2016-2017 la participación de la ciudadanía subió un casi 8 por ciento, en comparación con el 2011, donde 45.73 % de la población votó. En 2017 fue un 53.53 % del total de ciudadanos y ciudadanas de la lista nominal.
Siendo la entidad más poblada de la nominación con 16 millones 992 mil 418 personas, de los cuales, ocho millones 741 mil 123 son mujeres y ocho millones 251 mil 295 son hombres, esto evidenciado por el censo que realizó el INEGI.
Obviamente, no todos pueden votar por no tener credencial, o no encontrarse en el país, de esos tendríamos doce millones y cinco más de mexicanas y mexicanos en el extranjero. Un número muy importante para colorear de manera distinta el Estado. Los municipios que podrían hacer cambiar la balanza son Ecatepec, Nezahualcóyotl, Ixtapaluca, Naucalpan, Cuautitlán Izcalli.
Pero no debemos olvidar que más que un número somos ciudadanas y ciudadanos y que nosotros conformamos la comunidad. Parece mentira, pero siempre desconfiamos en las elecciones sobre el poder que tiene nuestro sufragio. Es nuestra voz, con todas nuestras peticiones por delante.
No debemos perder de vista que es una responsabilidad, que al salir a votar presionas a las y los gobernantes elegidos a cumplir con lo que prometieron.
Necesitamos ser esa diferencia en las elecciones, pero no solo para que un municipio o estado se vista de colores, también para cambiar en cada una de nuestras acciones sociales.
El verdadero valor del voto es cuando reflexionamos porqué y por quién vamos a votar. Si esas propuestas son viables y lo que lanza en su plataforma electoral es posible.
Muchas veces nos dejamos deslumbrar por ideas que parecen beneficiarnos, pero al momento de llevarlas a cabo, simplemente no funcionan, así que pongamos ojo en las acciones concretas.
Jamás un voto nulo ha hecho la diferencia, primero, porque para que lo fuera tendría que ser unánime y seamos sinceros, eso no va a ocurrir, así que tendremos que aceptar lo que eligieron los que si cruzaron las boletas.
La única manera de fortalecer la democracia y lograr un verdadero cambio es exigir justicia desde nuestro voto, porque estamos eligiendo a quien va a dirigir nuestro estado acompañado de nosotras y nosotros. Pensemos que para que un país deje de ser indiferente es importante que nosotros no lo seamos. Burocratizar nuestra vida y darle largas a nuestras responsabilidades como ciudadanas y ciudadanos, lo único que nos ha traído es una vida llena de quejas y de cero soluciones.
Así que lee las propuestas, ve a un mitin, pregunta, indaga cuáles son las intenciones de cada candidata. Ir a un evento político y escuchar las propuestas no te convertirá en un militante sino en una ciudadana y ciudadano informado y listo para hacer la diferencia.