GANANDO ESPACIOS/ Cuidar a otros sin descuidarnos

NOEMÍ MUÑOZ CANTÚ (SemMéxico, Toluca, Estado de México). El arte de cuidar parece inherente a las mujeres. Conozco a muchos hombres que poseen el don, pero sin duda históricamente, esta tarea ha recaído en las mujeres. Hace poco regresaba por la carretera y vi a una mujer empujar con dificultad una silla de ruedas, oscilaba entre los sesenta o setenta años, igual que su pareja, sólo que él iba en la silla.

En el Congreso sobre Feminismo, Género y Derechos Humanos: Los cuidados al centro de las decisiones públicas que se está llevando a cabo en San Felipe del Progreso. Se puso a discusión la importancia de apoyar a esta red de mujeres y hombres que se hacen cargo de personas enfermas y que por ende pueden sufrir de depresión o descuido personal.

Ante ello se propone la creación de Centros de Cuidado donde se les brinde atención psicológica y sobre todas las cosas la posibilidad de visibilizar lo que hacen por las otras y los otros.

Cuántas de nosotras no conocemos a mujeres que han perdido su vida, su tiempo, en pos de ser las enfermeras o cuidadoras de otras y otros.

Recuerdo que hace mucho conocí a una mujer que cuidaba a sus dos hijos, quienes sufrían de una enfermedad degenerativa: esclerosis lateral amiotrófica, la cual impedía que sus hijos pudieran moverse incluso para lo más básico. Los dos habían sido abandonados por sus esposas y simplemente estaban postrados en la cama, mientras ella buscaba que alguien la apoyara económicamente porque no podía salir a trabajar debido a que ella los alimentaba, limpiaba y les daba sus medicamentos.

Por lo regular, son familiares cercanos los que proveen a las cuidadoras para que continúen con su labor, pero creo que es importante que se ponga atención especial a las cosas que necesitan estas personas para tener una mejor calidad de vida, pues se da por sentado que si es hija, esposa, hermana, se debe cuidar a la otra persona.

En el Congreso la presidenta de Trabajo Cuidando A.C., Adriana Sánchez Huitrón, aseguró que la pandemia aumentó el estrés, la depresión, la desigualdad y la violencia. Esto se extendió a las personas que estaban enfermas o sufrían una discapacidad, pues muchos sufrieron maltratos por parte de sus cuidadoras y cuidadores. Desgraciadamente, la violencia se genera por la falta de control de las emociones y muchos de estos cuidadores estaban en una situación de estrés tremenda.

Una de las condiciones para poder cuidar a otro es estar bien, mentalmente, físicamente, de no hacerlo, simplemente todo se desmoronará. No podemos cuidar si no estamos bien.

Sánchez Huitrón aseguró que el cuidado es una condición que “nos permite transitar los procesos humanos intergeneracionales, en equilibrio y de la mejor manera posible”.

Me parece que es una buena estrategia del Gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, para atender la situación de vulnerabilidad de las mujeres.

Sin embargo, las intenciones deben ser acciones, porque si no, solo se crean organismos que se convierten en elefantes blancos.

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