Ciudad de México, 20 de octubre (entresemana.mx).Sucesor en línea de Sebastián Guzmán Cabrera, quien asumió la dirigencia nacional del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, a la caída del poderoso Joaquín La Quina Hernández Galicia, cuando el secretario general formal era Salvador Barragán Camacho, en enero de 1989, Carlos Antonio Romero Deschamps falleció ayer jueves a los 79 años de edad.
Romero Deschamps fue, como Hernández Galicia y Barragán Camacho, icono de la corrupción que no ha sido extirpada del STPRM y fue figura central en el escándalo político-electoral conocido como el Pemexgate, en la sucesión presidencial de Ernesto Zedillo Ponce de León en el año 2000. La denuncia de la oposición sostuvo que el sindicato petrolero aportó más de mil millones de pesos a la campaña del candidato del PRI a la Presidencia de la República, Francisco Labastida Ochoa.
Romero Deschamps encabezó el gremio desde 1993, como sucesor de Sebastián Guzmán Cabrera, impuesto a la caída de Salvador Barragán Camacho, entonces dirigente formal, porque el poder real lo detentaba Joaquín Hernández Galicia, encarcelado por una acusación armada desde la Presidencia de la República, en un cobro de factura porque La Quina no sólo se había enfrentado al entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, apoyó a la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano,
Pero, a la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, Romero Deschamps fue obligado a renunciar a la dirigencia nacional del STPRM, aunque mantuvo canonjías como seguir con su paga como trabajador activo de Petróleos Mexicanos, hasta que en marzo de este año, 2023, por dizque voluntad propia dejó la plaza.
El hoy fallecido Carlos Romero, en 26 años amasó incalculable fortuna como líder sindical, nivel al que ascendió desde la época en que conoció a La Quina, vendiendo tacos en la entrada principal de la refinería de Ciudad Madero, Tamaulipas.