ENTRESEMANA/ Que cinco años no es nada

MOISÉS SÁNCHEZ LIMON

No, menos, como seis, diría el cultísimo Peña Nieto a quien el licenciado presidente guarda singular y extraño respeto, tanto que, curiosamente, no se ha atrevido a tocarlo ni con la foja de una carpeta de investigación.

¿Curiosamente, primo hermano?

Quique se carcajea en España y el jovenazo transa Emilio Lozoya cerrará el sexenio como el soberbio prestidigitador que sirvió al interés del gran circo mediático atizado por los “periodistas” maiceados por la 4T.

¡Recáspita, Mario Delgado!

Y, en la ruta crítica rumbo al final de la entelequia llamada Cuarta Transformación, al licenciado presidente se le apareció Santa Cayetana para decirle tres verdades respecto de lo que ocurre en México.

Él descalificó a la española acusándola de ultraderechista, pero nadie lo salvó de la madriza epistolar aplicada desde la enjundiosa Puebla y se le hace bolas el engrudo con el caso Ayotzinapa que suma a Yanqui Kothan Gómez Peralta, estudiante de 23 años de edad asesinado por jenízaros en el libramiento a Tixtla.

Y se sabe malquerido y hace campaña con La Jefa en el escenario que niega la realidad.

¡Sí, pues!

El Duce y La Jefa, junto con sus fans, acólitos y panegiristas se la pasan chévere en el otro México, el del espejismo sexenal.

¡Chingao!, sólo usted, ciudadano de a pincel no se ha dado cuenta de que bajó el número de asesinatos. ¿Cuáles feminicidios? ¿Cuál crimen organizado? Guerrero y Zacatecas, son estados en los que la vida es más sabrosa y usted puede transitar por sus carreteras con plena seguridad.

Canijos conservadores y neoliberales e intelectuales que añoran los días de rosas y champán, malagradecidos clasemedieros que se inventan ejecuciones, asaltos a mano armada, pinchis criminales que se pasean en caravana con armas de alto poder en mano simple y llanamente porque se les pega su rechingada gana.

Favor de votar por doña Claudia, La Jefa que ofrece el maná y la continuación de las barbaridades y puntadas del salvador de la patria. ¡Aleluya!, ¡Aleluya!

Será que el licenciado presidente y La Jefa apuestan a la amnesia social que vota y se compra o se adquiere por miedo y la que de plano se abstiene de votar porque, ¡caray!, asume que Morena es dueña de todo, todo que incluye al INE y el Tribunal Electoral, aparato responsable de los comicios.

Es como en esos años dorados del partidazo que arrasaba e imponía gobierno.

Por eso, por eso, ¡caray!, señoras y señores, jóvenes y jóvenas, ¿por qué firmar incondicionalmente el Compromiso por la Paz Estrategias de Política Pública por la Paz de la Conferencia del Episcopado Mexicano?

¡Ah!, con estos ultras del clero mexicano y socios que andan apanicados por lo que ocurre en el país.

Exageran, dice la doctora Claudia Sheinbaum. ¿Cómo está eso de que México está terrible, terrible, terrible?, acota con ese estribillo plano.

¡Al diablo con la realidad!

¡Ay! Andrés Manuel López Obrador, ¿qué opinas de la marcha del 8M del viernes de la semana pasada?

“(…) bueno, agradecer mucho que se portaron muy bien las manifestantes. Entonces, seguir protegiendo el Palacio y estos sitios históricos que pertenecen a todos los mexicanos, básicamente eso”.

¿Básicamente eso?

O sea: mejor proteger edificios históricos frente a una marcha que, así, se prejuzga violenta dejándose de lado, no en segundo término, de lado las demandas de las mujeres.

Sí, las que marcharon en una demostración de hartazgo contra Andrés Manuel y su gobierno que se ha negado a escucharlas y ellas lloran a sus desaparecidas y desaparecidos y remueven la tierra en busca de la miserable realidad que ha bordado el impune crimen organizado.

¡Vaya realidad! En Guerrero delincuentes abofetean y golpean hasta el desmayo a humildes trabajadores del transporte público para que no se apendejen y recauden el cobro de piso.

La mentira de por medio, la grilla, la demagogia del licenciado presidente que se asume feminista, pero cerca el Palacio dizque para que no pinten sus muros, mientras sospechosamente deja que normalistas y padres y madres de los estudiantes de Ayotzinapa puedan llegar sin problema hasta la puerta número 1 de Palacio y tumbarla con una camioneta de la CFE.

Una celada en la estrategia de la victimización, primo hermano. Tejer nuevamente la versión del compló.

Sí, culpar a la derecha y ultraderecha, a conservadores y neoliberales, periodistas y libres pensadores, opositores que alzan la voz contra una administración que ha bordado una historia en la que las supuestas grandes obras obedecen al perverso protagonismo.

La ocurrencia como sustento de un plan de gobierno que nunca fue porque ha bordado en hilaza de rencor y transitado en linderos de vender esperanza todos los días y asegurar que se abate la pobreza cuando en las calles la miseria deambula con una caja de mazapanes o la mano extendida de la mujer que acuna a un menor siempre dormido.

¿Serán esos niños alquilados para provocar conmiseración y lograr dividendos de limosna?

Es probable, mas no se divorcia de la condición de quienes abandonan temprano los cinturones de miseria en la zona conurbada para volver de noche a la covacha y contar morralla y sumarla a las aportaciones de Bienestar al abuelo, la abuela, la madre soltera y el nini que sigue nini porque ni le interesa trabajar ni estudiar si cada mes tiene dinero como milagro.

¡Viva el Santo Niño Fidencio! Vivan sus milagros revolcados en el lodo de la felicidad pasajera.

Y La Jefa se atreve a corregir al documento Compromiso por la paz, elaborado por la Conferencia del Episcopado Mexicano. Lo firma bajo protesta y le deja algo así como una fe de erratas desde la óptica del interés que representa.

Miente doña Claudia y niega la realidad y dice no compartir “la evaluación pesimista del momento actual”. Rechaza que, “nuestra casa común y nuestro tejido social están en un proceso de degradación acelerada”. “Tampoco coincido con la visión de “Prevalecen el miedo, la impotencia, la desconfianza y la incertidumbre”.

Hay otras lindezas de La Jefa Sheinbaum que niegan la realidad mexicana. Como el que su jefe y guía se reúna con la realeza que tanto odia, pero ya le tomó gusto al poder.

Bueeno. ¡Qué le vamos a hacer!, anda en campaña y que nadie se atreva a decirle que el suyo no es el México real. No, doctora, no levita. ¿Por qué diablos se gastaron cinco años y cuatro meses en echar la culpa a los de antes y de endenantes? Para ser hay que parecer.

¡Ah!, Xóchitl, crece y crece. ¿A poco no, Drakko?

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