MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
¡Córtale, mi chavo!, frase del malquerido de la familia real, Eugenio Derbez, ha caído como anillo al dedo en el affaire Noroña-Sheinbaum-López Obrador.
O será el capítulo denominado: ¿a poco no te diste cuenta de que eras el Arlequín de Palacio? Dicen que te quieren y que eres chido, pero, pero…
Quizá, como cita Su Alteza Serenísima, “¡ya chole”! O usted considerará que el tema del licenciado José Gerardo Rodolfo Fernández Noroña es una fruslería y lo mejor es dar la vuelta a este capítulo de la grotesca comedia de la 4T.
Sí, es posible porque al final diríase que es la pataleta o berrinche de un personaje del folclor político.
Pero no es así de sencillo. No, evidencia la recia y cerrada condición del círculo de los nuevos dueños del poder, al que no tienen acceso quienes no son de la misma hermandad.
Y José Gerardo Rodolfo no es miembro del Corporativo Morena. Nunca lo ha sido ni, como se observa, lo será. Pertenece, sí, a esa organización satelital que sobrevive asociada al Movimiento de Regeneración Nacional, como igual ocurre con el Partido Verde Ecologista de México, mas no ocupa sitio VIP en el grupo dueño del PT.
¡Recórcholis, Beto Anaya!
Mire usted. PT y PVEM son, símiles de lo que, por citar unos ejemplos cuando el PRI era el partido hegemónico, ocurría con el Partido Popular Socialista, fundado por Vicente Lombardo Toledano; el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana, creado por los generales Jacinto B. Treviño y Juan G. Barragán, e incluso el llamado ferrocarril, el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, creado y liderado por el controvertido Rafael Ignacio Aguilar Talamantes, fallecido en junio de 2016.
¡Vaya!, el propio PVEM que nació en 1986 como Partido Verde Mexicano, fue satélite del PRI en contiendas federales y estatales; incluso, cuando perdió el registro en las intermedias de 1991 como Partido Ecologista de México, fue apoyado financieramente por el entonces regente del Departamento del Distrito Federal, Manuel Camacho Solís, aspirante presidencial del PRI.
En 1993 el PVEM obtuvo su registro condicionado como tal y se alió a la causa priista, con la misma enjundia y compromiso con que se echó a los brazos del morenismo. ¡Nooomás!
Y qué decir del Partido del Trabajo, al que pertenece Fernández Noroña, diputado federal petista en funciones y con el futuro sexenal, de no ocurrir una sorpresa, asegurado como Senador de Morena.
Desde su fundación en 1990, el PT es controlado, igual que Morena y el PVEM, por un grupo cerrado, en su caso encabezado por Alberto Anaya Gutiérrez y los hermanos Óscar y Alejandro González Yáñez, al frente de cinco personajes que integran la llamada “Dirección Colectiva. ¡Sopas!
Vale el repaso de historia por aquello de la máxima de que el poder no se comparte y menos cuando no se ha sido invitado a esta tragicomedia pautada en mañaneras respecto de cómo gastarse el tiempo y justificarse durante seis años con los villanos de la película llamados Felipe Calderón y Genaro García Luna.
Así el caso del compañero diputado federal petista que nunca se dio cuenta de que era el Arlequín de Palacio y, apenas, ayer jueves luego de una cita con la Princesa Caramelo cayó en la cuenta de que ni es de aquí ni es de allá.
Sí, José Gerardo Rodolfo se conforma con el escaño en el Senado en la bancada de Morena; nada de coordinación ni de presidencia alguna en comisiones; aunque, ya sabe usted cómo se juega el juego que todos jugamos, él dejó entrever que chance y le ofrecen un hueso en el gobierno federal, no en el gabinete. Léase bien.
Lo cierto es que, el llamado Changoleón por la senadora Lilly Téllez, no entendía que no entendía hasta que la Princesa Caramelo y el licenciado presidente le hablaron con la claridad que cualquiera con dos dedos de frente sabe entender y entiende. O sea.
–¿Ya tuvo oportunidad de platicar con Gerardo Fernández Noroña?, ya el presidente también habló del tema, preguntarle si ya pudieron conversar de la situación que…–preguntó una colega el miércoles pasado a Claudia Sheinbaum Pardo.
–Vamos a conversar en la semana—respondió. Ya lo dije: Gerardo es un compañero que valoramos mucho en el movimiento. Y lo dije el otro día: él entró a la encuesta propuesto por el PT, igual que Manuel Velasco entró propuesto por el Partido Verde, eeeh, entonces las reglas que están ahí, pues están planteadas para quienes pertenecemos a Morena, ¿no?
Entonces –continuó–, digamos, él no es militante de Morena, no ha participado en los congresos, consejos, eso no quiere decir que seamos parte del mismo movimiento y que apreciamos y valoramos muchísimo el trabajo, tan es así que él es senador por Morena, en la lista de Morena, o sea, tan consideramos importante y además, eh, eh, eh, pues, es muy valioso que no está en la lista del PT, porque en el PT pues entraron tres senadores, pero incluso se esperaba por el PT que si entraban dos era mucho, entonces en el PT el primero es el profesor Alberto Anaya y la segunda es Yeidckol que entró por el PT, entonces, acá lo que dijimos es, pues si no va a entrar por el PT, Gerardo, pues, requiere un espacio, entonces entra por la lista de Morena.
Entonces, Gerardo es muy importante y no tiene por qué plantearse una discusión por cargos.
Ya vamos a platicar con él, él es un gran legislador, un gran tribuno, la verdad, entonces vamos a platicar con él ya, exactamente… entonces, es muy valioso, pero hay que considerar como fue pues el proceso, ¿no?
–¿Entonces, como coordinador de senadores…?
–En todo caso, yo di mi opinión, firmamos un acuerdo y los senadores, en todo caso, tendrán que tomar sus decisiones, ¿no?
Luego, al licenciado López Obrador le plantearon:
—¿Qué le diría a Noroña, presidente?
—Es que no… –atendió–. Lo voy a decir: quiero mucho a Noroña, lo estimo mucho, es un dirigente de primera, nada más que ese acuerdo se hizo con militantes y dirigentes de Morena (…). Y para ser más claro, porque pues no voy a andar aquí ocultando cosas, ¿no?, siempre digo lo que pienso y mi pecho no es bodega, el PT propuso a…
—A Noroña.
—Sí. Y el Verde a Manuel, así está. Y el acuerdo original tenía que ver con los que participaban en el movimiento de Morena (Velasco). O sea, para aclararlo bien. Y no se trata de polemizar sobre esto, yo no tengo nada que ver, nada más que se tiene que procurar la unidad, sí, y aceptar los acuerdos.
Pues sí, pero las fisuras en la trinca Morena-PT-PVEM las evidencia Fernández Noroña, tanto que ayer jueves 27 de junio acusó:
“No se da cuenta o no quiere (Andrés Manuel López Obrador) que con ello descalifica a los partidos aliados y a su militancia y pone por encima del pueblo de México y de nuestro movimiento a la militancia de Morena, es un despropósito y una incongruencia monumental que en un movimiento que se caracteriza por luchar por la igualdad de los derechos de todas las personas y cuyo lema es por el bien de todos primero los pobres pretenda ahora plantear que hay militancia de primera y de segunda clase dentro de nuestro movimiento”, reprochó en entrevista luego de ser recibido por la Princesa Caramelo.
Y arrió beligerancia:
“Sí, me quedo en el Senado, ese fue el compromiso que hicimos, nunca hablamos de la posibilidad de que yo estuviera en el gabinete, yo no tengo ninguna expectativa en ese tipo y voy a estar en el Senado”.
¡Ajajá! Pero, como pateando un bote refirió: “(…) sí me planteó algo que voy a valorar”.
¿Algo, pos no que se queda en el Senado? ¿Un hueso de pedigrí, José Gerardo? Él jugueteó:
“No, porque si no lo voy a aceptar, ¿para qué lo digo? Y si lo acepto también, ¿para qué lo digo? Lo voy a pensar”.
Lo quiere el presidente, lo quiere la Princesa Caramelo, pero no lo aceptan en el círculo del poder, al que sólo accedió como el Arlequín de Palacio. ¡Zambombazo, Drakko! Digo.
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