MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
Trae yerba santa, pa’ la garganta…
¿Se la lastimó con tanta mentira, licenciado presidente?
–¡Nooo!, primo hermano—respondería de inmediato Andrés Manuel I para evitar que se riegue la especie de que está enfermo.
Pero…
¿Usted le cree al Duce? ¡Yo tampoco!
En semanas recientes, Andrés Manuel I ha salido a escena con el ánimo más endemoniado, con ganas de hacer confeti a sus críticos y opositores.
Y de plano se puso al frente de una maquillada campaña de continuidad en el poder, ésta que sus operadores, en cambio, han echado a andar en redes sociales con la abierta consigna reeleccionista.
Sí, sí.
La ley le importa un pito y desde el púlpito en el Salón de la Tesorería en Palacio Nacional opera a favor de esa entelequia llamada Cuarta Transformación. Llama a votar contra la oposición.
¡Habrase visto!
Y para el efecto…
¡Por supuesto!, el escritor, poeta y guionista Jesús Ramírez conoce requetebién al licenciado López Obrador y le elabora el guion de la mañanera, para cuyo efecto elige a alguno de sus clientes de la barra mercenaria, que se asumen periodistas críticos, cultos y sabelotodo, tanto que deben mal leer la pregunta que hacen al Duce para darle cancha.
Así, por ejemplo, una licenciada que en la mañanera de inicio de semana se presentó como “de Tiempo.com.mx y Puente Libre.mx”, leyó la pregunta.
–Presidente la Suprema Corte resolverá a través de una controversia la distribución de los libros de texto. ¿Cómo influirá en la resolución la relación Ejecutivo Federal, Poder Judicial en este conflicto que ahora hay con los libros?
Pregunta sembrada, o será que la licenciada ha andado fuera del país o no lee ni siquiera su portal porque no sabe que desde hace rato la relación entre Su Alteza Serenísima y el Poder Judicial de la Federación, no es la mejor.
Pero, bueno, dio pie para que el licenciado López Obrador descalificara y blofeara. Lea usted:
–(…) Lo repito: una autoridad local (la gobernadora Maru Campos), considero que, actuando de manera irresponsable, con fines politiqueros y además mostrando su conservadurismo extremo, presentó una controversia en la Corte; y un ministro deshonesto, creo que se llama Luis María Aguilar –que me consta que es deshonesto y muy conservador, y muy adversario nuestro— resolvió que no se distribuyan los libros en Chihuahua.
¿En serio? No sabe cómo se llama el ministro pero, ¿acaso tiene pruebas de que el ministro Luis María Aguilar Morales es deshonesto y Maru Campos politiquera e irresponsable?
¡Zambomba!
Ése es el ritmo de la cotidiana disertación frente a cámaras, disertación impune porque no admite la réplica prevista en la ley.
Así, en la estrategia propagandística mantiene el flujo de la descalificación y el insulto contra sus críticos y opositores que, ellos sí, le han mostrado evidencias de corrupción en los más diversos rubros de la administración pública federal que encabeza.
–Entonces –continúa con la perorata–, nosotros vamos a cumplir con esa resolución, con ese mandato, aun cuando es violatorio de la Constitución, porque es una facultad del Ejecutivo elaborar los libros y distribuirlos (…) pero vamos a cumplir”, acusa pero miente y oculta la inexperiencia y voluntarismo de sus protegidos en la SEP, responsables de elaborar los libros de texto gratuitos.
¿Entonces, licenciado presidente?
–Y se va, sí, se va a continuar con el proceso legal, porque no queremos que por culpa de estos irresponsables y deshonestos, y politiqueros, conservadores, reaccionarios, se queden los niños, los estudiantes de Chihuahua, sin libros de texto. ¿O ellos van a entregar los libros?
En serio, no se ría.
¿Será que Chucho no le ha explicado el fondo de esta barroca discusión en torno a esos nuevos mamotretos destinados a educar a niños y adolescentes que estudian en escuelas públicas?
Y sí –o dígame usted lo contrario– el licenciado Andrés Manuel ha perdido el piso, está enfermo de poder y no distingue o no quiere distinguir la diferencia entre esa tribuna nacional que es la mañanera y el ciudadano que se siente intimidado por el dueño del poder, porque…
¡Imagínese!
Lo peor es que, uno de los aspirantes a sucederle, su amigo y hermano Adán Augusto López Hernández, mimético califica al ministro Luis María Aguilar Morales como “tinterillo de pacotilla”, el más conservador de los conservadores de la Corte que otorgó suspensión provisional de amparo al gobierno de Chihuahua para no distribuir los libros de texto gratuitos entre los escolapios de escuelas públicas de aquella entidad.
Sí, Su Alteza Serenísima se despertó con ganas de joder al país e insultar a los opositores y tiene eco entre los legisladores morenos y perredistas y verdes dizque ecologistas y, por supuesto, la doctora Claudia.
Por eso, una güerita que se asume periodista y representante de migrantes, atendió la instrucción de Chucho Ramírez para ponerle el balón al licenciado presidente para lucimiento personal.
–Presidente, en primer lugar, su opinión en relación a este dictamen del INE sobre censurar, bajar, borrar los reportajes de los aspirantes del movimiento de la Cuarta Transformación en el sistema en el Sistema Público de Radio y Televisión de su gobierno, por parte del INE, específicamente la consejera Claudia Zavala, presidente—preguntó la güerita.
–(…) ya hemos avanzado, pero falta más, falta limpiar de corrupción el Poder Judicial, ahí es un reducto para mantener el sistema oligárquico, que no avance la democracia. El Poder Judicial ayuda a las minorías y al conservadurismo—respondió el abogado López Obrador.
Y, bueno, bueno, ¿recuerda usted que se asume feminista y niega ser misógino?
Pues ahí tiene que se ensañó con la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, a quien el ministro Luis María Aguilar otorgó suspensión provisional de amparo contra la distribución de los libros de texto.
“(…) Estamos –acusó el demócrata, tolerante y feminista presidente– ante un caso especial de una gobernadora muy reaccionaria, conservadora, irresponsable y politiquera que presenta una controversia para que no se entreguen los libros a los niños, a los estudiantes en Chihuahua, y un ministro deshonesto ordena que no se distribuyan los libros buscando, dejar sin libros de texto a los niños y a los estudiantes de Chihuahua”.
Luego, ante el rechazo a sus puntadas, emprende la sección de abierta campaña electoral que la Constitución le prohíbe.
Está preocupado.
Xóchitl le movió el tapete y ahora por lo menos 9 gobernadores contra la distribución de los libros de texto gratuitos, hasta no tener claridad respecto de este enésimo affaire. Por eso…
“¿Qué queremos, que se mantenga el régimen de corrupción que había, o que regresen por sus fueros los que gobernaban para ellos en beneficio de una minoría rapaz, o se quiere que continúe la transformación para que se consolide, se establezca una auténtica democracia, un gobierno del pueblo, para el pueblo, con el pueblo?”, arengó sin sonrojarse.
Ahí lo tiene usted: politiquero cuyos pecados capitales asumen como acto de fe sus leales colaboradores. ¡Ay de aquel que ose pensar diferente!
Por cierto: ¿qué castigo aplicará el abogado Nacho Mier a la maestra chiapaneca y diputada federal morenista, Adela Ramos Juárez que, con conocimiento de causa, se unió a quienes rechazan los libros de texto gratuitos? ¡Recórcholis, Drakko! Digo.
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