>> Se presenta durante la primera infancia; falta de diagnóstico oportuno puede ocasionar pérdida de visión
>> Hospital General de México brinda atención integral y gratuita
>> Día Internacional de la Enfermedad de Coats se conmemora el 17 agosto
Ciudad de México, 16 de agosto (entresemana.mx. La enfermedad de Coats es un padecimiento genético que se caracteriza por una anormalidad de las venas y arterias de la retina del ojo, se manifiesta en la primera infancia y de no ser diagnosticado de manera oportuna puede ocasionar pérdida de visión.
Aun cuando la prevalencia es baja, ya que se registran en promedio 200 casos por millón de habitantes, es importante detectarla y tratarla de forma oportuna para reducir el riesgo de ceguera por el desprendimiento de la retina.
La especialista adscrita al Servicio de Oftalmología del Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” (HGMEL), Itzel Ocampo Moreno, detalló que este padecimiento se debe a la mutación del gen NPD, que se localiza en el cromosoma X, lo que ocasiona el desarrollo anormal de los vasos de la retina; afecta principalmente a varones y en 95 por ciento de los casos es unilateral.
La manifestación clínica más frecuente de esta patología es la leucocoria (reflejo blanco dentro del ojo); también puede haber disminución severa de la agudeza visual y estrabismo.
Entrevistada por el Día Internacional de la Enfermedad de Coats, que se conmemora el 17 agosto, recomendó a madres y padres de familia, así como a personas tutoras y cuidadoras de niñas y niños menores de seis años, llevarlos a revisión oftalmológica por lo menos una vez al año, con el fin de detectar cualquier alteración ocular y prevenir mayores daños.
La enfermedad de Coats es progresiva y su tratamiento está dirigido a cerrar los vasos anormales mediante fotocoagulación láser (crioterapia). En estados avanzados se requiere el uso de antiangiogénicos, que son medicamentos que inhiben o reducen la formación de nuevos vasos sanguíneos para conservar la visión lo mejor posible, puntualizó.
Señaló que, por lo general, las y los pacientes llegan a consulta por primera vez en etapas avanzadas, cuando hay desprendimiento de retina o glaucoma neovascular, con daño visual y dolor intenso; esto se conoce como ojo ciego doloroso y se considera la etapa final de la enfermedad. En estos casos, el pronóstico es malo y la única alternativa es retirar el ojo y poner una prótesis.
Indicó que el tamiz oftalmológico no permite identificar este padecimiento debido a que es una enfermedad genética. Lo que detecta este estudio al nacimiento es la catarata y el glaucoma congénito.
Recomendó la revisión oftalmológica anual durante los primeros seis años, que es el tiempo durante el cual se desarrolla la visión.
Precisó que el HGMEL brinda atención integral, tratamiento gratuito y rehabilitación para este padecimiento, incluyendo las prótesis oculares, en caso de que el paciente lo requiera.
La enfermedad de Coats recibe el nombre del especialista en oftalmología escocés George Coats, que la describió por primera vez en 1908.