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RICARDO SANHER. Unas horas después que se consumó el golpe mortal a la democracia, con la aprobación del Plan “B” de la reforma electoral del Presidente, se comete un atentado contra Ciro Gómez Leyva, uno de los periodistas más críticos de la actual administración. Lo que hasta el momento no quedó muy claro son los motivos de esta agresión, que guarda cierta similitud con el que sufrió el pasado 26 de junio del 2020 el secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch.
Por qué se dice que guarda cierta similitud, pues es que según las investigaciones se tenía muy bien estudiada la ruta, el domicilio, la hora, el vehículo y todo lo necesario para consumar el homicidio, pero los autores del atentado no contaban, según, con que la camioneta que conducía el periodista era blindada, entonces las balas no penetraron y esto por fortuna lo salvó. En el caso del secretario de Seguridad de la CDMX, también fue cerca de su domicilio y a pesar que en este atentado se usó armamento de grueso calibre, ya sea por la distancia o por la premura con la que actuaron los sicarios, fallaron en su intentona de asesinar al funcionario público de seguridad.
En el caso de Ciro Gómez Leyva, se piensa que de cierta manera es consecuencia a la diatriba incendiaria que utiliza el Presidente todos los días por la mañana en su programa matutino, ya que el día 14 de diciembre pasado en su mañanera López Obrador dijo: “Es gente muy deshonesta, hay que seguir, hay que seguir informando, no dejarles libre el terreno, imagínense si nada más escucha uno a Ciro o a Loret de Mola o a Sarmiento. ¡No pues, además es hasta dañino para la salud; o sea, si los escucha uno mucho, hasta le puede salir a uno un tumor en el cerebro!”
No es que se señale al Presidente como responsable, pero toda esta arenga incendiaria contra los medios de comunicación, contribuye a enrarecer el ambiente que está de por sí caldeado, y todo porque los profesionales de la tecla ejercen su profesión como informadores que muestran lisa y llanamente los estropicios que hacen con toda impunidad los funcionarios de este sexenio, sin importarles que vaya de por medio su vida.
Ya hasta el momento esta violencia contra los periodistas lleva una sumatoria de alrededor de 37 muertes, de las cuales menos del 10 por ciento se han esclarecido, por eso es que la palabras del Presidente suenan tan huecas, tan falsas. En primera instancia manda su solidaridad a Ciro Gómez Leyva y momentos después reinicia su ataque contra periodistas y medios de comunicación mexicanos al referirse a ellos: “Pertenecían al grupo de Krauze o al de Aguilar Camín o Reforma, ya que su misión era mantener al régimen corrupto y para ello compraban a periodistas o escritores”. Por lo que no es raro para nadie y menos en el extranjero, que por cuarto año consecutivo, México sigue siendo el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo, más incluso que en Ucrania o Yemen.
Una reflexión, ¿por qué no suena raro que precisamente esos cuatro años consecutivos como el país más violento coincidan con el periodo que lleva Andrés Manuel López Obrador como Primer Mandatario de la nación? Cuando el río suena es que…