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RICARDO SANHER. “Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez.” René Descartes
El Presidente López Obrador lo vuelve a hacer. Los mexicanos se preguntan qué pecados se estarán pagando para soportar los desvaríos en los que con mayor frecuencia cae el titular del Ejecutivo. En esta ocasión le tocó al tema del avión presidencial, sí ese que se rifó y no, pero que en su lugar como premio habrían fuertes cantidades de dinero, pero que a la hora buena ni eso entregaron las autoridades correspondientes.
Después todo se desvaneció como muchos de los temas importantes en el devenir de la vida política y social del país, lo que al parecer poco le importa al Presidente, quien usa sus mañaneras para ese propósito, lo que ha quedado de manifiesto con la intervención de reporteros serios que en más de una ocasión han metido en un brete al tabasqueño, a quien le ha quedado el recurso de hacerse el desentendido sin importarle que la investidura presidencial quede en entredicho.
Uno de los últimos desvaríos del tabasqueño es la venta de TP-1 avión presidencial “que no lo tiene ni Obama”, pero que lo tendrá el Presidente de Tayikistán, que no es ni por asomo una de las potencias más ricas del mundo, más bien está dentro de los 50 países más pobres, ocupando el nada honroso lugar 18, además cabe decir que fue miembro del bloque de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que su régimen es militar y su presidente, Emomali Rahmon, lleva en el poder desee 1992. De aquí se desprende una pregunta, ¿será por eso que AMLO nunca se quiso declarar en contra de la invasión de Rusia a Ucrania y esto es como si fuera un “pago” disfrazado? Conste que es pregunta.
Pero con la aparente buena noticia el Presidente, en su conocido esquema pirotécnico se saca de la manga sus conocidas y recurrentes mentiras de que el monto de la venta se invertirá en la construcción de dos hospitales en dos de las zonas más pobres de México: Tlapa (Guerrero) y Tuxtepec (Oaxaca), al sur del país. Obvio, las clínicas serán construidas por la Secretaría de la Defensa Nacional.
Hablando del valor de venta del avión presidencial, cabe mencionar que alcanzó los mil 658 millones de pesos, cifra cercana a los mil 629 mdp que el erario destinó para solventar los gastos de aeropuerto Felipe Ángeles.
Total que se percibe que lo de la construcción de los dos hospitales será una más de las triquiñuelas que usará el gobierno de la 4 Transformación para embolsarse ese dinero y perderse en los vericuetos de los discursos del tabasqueño disfrazados en programas sociales y si no muchos mexicanos se preguntan por qué el dinero de la venta del avión se debió depositar en las cuentas del Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado y no en Banobras, institución encargada del financiamiento de la compra de dicho avión.
Acaso el dinero que se ocupó para comprar el TP-01 es producto de un ilícito y por eso se debe direccionar el dinero al Indep o es porque dicha dependencia es la que ha operado con total opacidad y es ahí donde muchos recursos económicos que ha recuperado el gobierno se extravían y nadie sabe a dónde fueron a parar.
Afortunadamente ya falta poco para que esta administración tenga que rendir cuentas a todos los mexicanos sin la protección que da el poder de la investidura presidencial, porque una cosa es la Presidencia de México y otra el presidente.