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RICARDO SANHER. “Lo que no has de querer, en tu casa lo has de tener”.
Esta parece una sentencia que se le está convirtiendo en realidad al Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y no es por criticar su actuar y menos aún su decir, pero usó como bandera las cifras de muertes que alcanzaron en sus administraciones tanto Felipe Calderón como Enrique Peña Nieto. La descarada corrupción que imperó en la administración del ex gobernador del Edomex y para no quedarse atrás, explotó hasta la saciedad el actuar de las autoridades conducentes con respecto al rescate de los cuerpos de 65 mineros que murieron atrapados en la mina Pasta de Conchos, en San Juan Sabinas, Coahuila.
Y el tabasqueño no se quiso quedar atrás y está superando con creces los 121 mil 613 homicidios que hubo en el sexenio panista de Felipe Calderón; los 156 mil 437 que alcanzó la administración de Enrique Peña Nieto, y el tabasqueño en 3 años y medio de gobierno de la llamada 4 Transformación tiene el récord de 121 mil 655 asesinatos, que lo pone en la franca carrera para superar la cifra alcanzada por el priísta.
Y si de corrupción hablamos, en el sexenio de Felipe Calderón algunos de los casos de corrupción en los que se vio envuelta su administración fueron: la Estafa Maestra, la Estela de Luz, Turissste, Odebrecht, contratos a empresas irregulares, la estancia infantil ABC, por mencionar algunas.
En el sexenio de Enrique Peña Nieto se continuó la corrupción con Odebrecht, la compra de Agronitrogenados y de Fertinal, también vio continuidad la Estafa Maestra, en la cual se desviaron 83 millones de pesos a través de empresas fantasma que sirvieron como fachada, la Casa Blanca.
En estos casos hay caras visibles en las estafas, pero por una u otra razón que sólo en la cúpula del poder saben, no ha sucedido nada más allá de la detención de funcionarios menores como Rosario Robles y Emilio Lozoya, porque al parecer a esta administración le gusta más recibir de regreso el dinero por estos ilícitos, que castigar a los infractores por los delitos.
En el caso de la administración que proclamó no ser iguales, pero que en la realidad están demostrando tener las garras más afiladas, no se trata de instituciones sino de nombres, de personajes que están demasiado cerca del Presidente, quizá más de lo que él deseara.
Por mencionar algunos: Manuel Bartlett (CFE), Ana Gabriela Guevara (Conade), David León, Irma Eréndira Sandoval (ex secretaria de la Función Pública), Pablo Amílcar Sandoval (superdelegado en Guerrero), Ricardo Rodríguez Vargas (Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado), Alejandro Esquer (secretario particular del Presidente), Carmelina Esquer (Pemex Houston que celebró contratos secretos con las empresas Baker Hughes y Vitol), Pío y Martín López Obrador (por recibir “donaciones” no declaradas en nombre del Presidente, Felipa Obrador (contratos con Pemex), Casa gris, etc.
Y para no ser menos que sus antecesores, también ya tiene su Pasta de Conchos, pero ahora con el nombre de mina del Pinabete, en Agujita, Sabinas, Coahuila, en donde se encuentran atrapados 10 mineros por quienes se hacen los esfuerzos necesarios para rescatarlos, aunque se duda que esto sea posible por las condiciones del pozo de carbón.
Señor Presidente, ¿ante todo lo anterior aún sostiene que combatirá la corrupción como se barren las escaleras, es decir, de arriba para abajo? Sus acciones demuestran lo contrario, de verdad que deseamos que nos tape la boca a todos quienes no estamos de acuerdo ni con su decir y menos con su actuar.