RICARDO SANHER. Tal como lo adelantamos en entregas anteriores, México se dirige paso a paso a convertirse en un narco estado y para desgracia del pueblo bueno y sabio van surgiendo más evidencias que confirman esta hipótesis. Pero la buena noticia es que los mexicanos tienen el poder de cambiar este derrotero, al menos para empezar en los 6 estados donde habrá renovación de gubernaturas este 5 de junio.
En ello estriba la importancia de que las coaliciones conformadas contra el partido en el poder se fortalezcan para elegir candidatos que de verdad den la batalla, con argumentos sólidos, contra las “mapacherías” que está utilizando Morena en estas elecciones.
Como es el caso de la candidata a la gubernatura de Durango, Marina Vitela, quien trató de impedir que la policía realizará la detención de varias personas que estaban ofreciendo dinero a cambio del voto por Morena, entre ellas Luis Jalil Castro López, quien resultó ser trabajador de la Cámara de Diputados. No se cree que esto sea una coincidencia.
Como tampoco el hecho de desenmascarar a Felipe Badillo Olvera por fotocopiar miles de boletas en beneficio del candidato morenista y quien a la postre resultó ser primo de Raúl Badillo, operador político de Julio Menchaca, candidato a la gubernatura de Hidalgo. O en ciudad Victoria, donde fue detenido Dámaso Anaya, primo de Américo Villarreal Anaya, candidato a la gubernatura por Tamaulipas, por la presunta compra de votos a favor del candidato de Morena.
También, por mencionar un caso más, el cierre de la escuela donde estaba colocada una de las casillas y que de manera intempestiva fue cerrada con cadenas y candados por hombres presuntamente armados.
Entonces las visitas que realizó el Presidente en las que convivió con la familia y cercanos al famoso narcotraficante “Chapo” Guzmán ya no resultaron tan casuales, porque la zona donde se dieron estos encuentros no es tan transitada ni tan segura para que un Primer mandatario la recorra por “casualidad”.
Por estas “casualidades” es que la periodista Anabel Hernández, Francisco Labastida y Porfirio Muñoz Ledo pusieron en evidencia los presuntos nexos de la Presidencia con los grupos de narcotraficantes, más en específico con el Cártel de Sinaloa, pero fue este último quien encaró al tabasqueño y le hizo fuerte llamado.
Le dio una clase de política interior mediante su comentario: “Su contubernio o alianza con el narco no es heredable porque éstos, como lo han hecho siempre y en todas partes, en todas las plazas políticas, se entienden con el que va a llegar, ya no va a necesitar el narco al Presidente. Ese es el tema moral, un tema de análisis político, va a prescindir del Presidente y habrá el peligro de que exija más a los nuevos actores. A lo que el tabasqueño, como es su costumbre, lo descalificó políticamente por su edad, pero el diablo sabe más por viejo que por diablo y con un twitt le respondió de manera contundente: “El Presidente me descalifica políticamente por mi edad. ¿En dónde quedó su respeto a los adultos mayores? Se afirma en cambio que él padece envejecimiento cerebral. Que pruebe lo contrario”.
Ante esto no hay nada más qué decir. Hay de políticos a políticos.
Los resultados que arrojen las encuestas de salida dejarán ver qué derrotero seguirá este barco llamado México.