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RICARDO SANHER. El primer debate que protagonizaron las candidatas a la gubernatura por el Estado de México, Delfina Gómez (de Morena, PT y PVEM) y Alejandra del Moral (Coalición “Va por el Estado de México”), marcó un antes y un después y no sólo por lo mal asesorada que estuvo la morenista ni por el largo historial de asuntos oscuros en los que se vio envuelta la maestra, sino por la pésima imitación que hizo Delfina Gómez del Presidente López Obrador, a quien ya de por sí no se le cree nada.
Los mexicanos, a quienes el tabasqueño califica como “fifís”, no se explican cómo para todas las “corcholatas”, tanto a las gubernaturas como a las presidenciales, su objetivo primario es retomar la retórica tan gastada que utiliza el Presidente, como si fuera una “biblia” para allegarse adeptos, sin tomar en cuenta que aquello que una vez funcionó, si no da resultados al usarlo de nuevo jugará en contra de quien lo utilice.
Porque si algo se sabe en estos avatares, es que las encuestas pueden ser a modo, es decir pueden beneficiar a quien paga por ellas, de ahí que toma gran relevancia lo que ha manifestado en repetidas ocasiones la abanderada de “Va por el Estado de México”, Alejandra del Moral, en el sentido de: “Las encuestas no votan”. Pero hay que tener mucho cuidado con los “especialistas” en la simulación que hoy en día se encuentran en el partido en el poder, porque en una de esas, al verse perdidos, emulando al tabasqueño se lanzan a las calles protestando que les robaron las elecciones.
Son tan “honestos” y están tan desesperados, que presionaron al Tribunal Electoral para que diera por buena la modificación a los estatutos del Movimiento de Regeneración Nacional que permitiera la ampliación en sus cargos a Mario Delgado, como presidente de Morena, y a Citlalli Hernández, como secretaria general, hasta el 31 de octubre de 2024, que casualmente concluirá después de los comicios presidenciales del 2024. ¿Casualidad? No creo.
Como se sabe, las elecciones a la gubernatura por el Estado de México son el laboratorio previo a las presidenciales, aunque muchos lo nieguen, porque ahí se muestra el músculo que traen los partidos políticos. Ahora se dimensiona el porqué López Obrador está cargando con todo contra el Instituto Nacional Electoral, contra el Instituto Nacional de Acceso a la Información y contra la Suprema Corte de Justicia, que se convirtieron en el contrapeso de los excesos que cometen a diario el Presidente, su familia y colaboradores más cercanos, porque a río revuelto…
Las elecciones en el Estado de México y en Coahuila pueden ser vistos como el ariete que rompa la supuesta unidad del bloque guinda y entonces, cuando ya le resta poco tiempo en la silla presidencial al tlatoani tropical, se caigan todas las máscaras y entonces las verdades empiecen a salir a la luz pública. Hasta ese momento se podrá establecer el daño que este partido le ha ocasionado a México, esperando que algo se haya aprendido de este error y todos los mexicanos unidos trabajemos por la recuperación de este gran país.