RICARDO SANHER. Tuvieron que pasar casi cuatro años de su gestión para que el Presidente acepte, sin decirlo, a qué sector de la sociedad es al que le tiene más miedo y, por lo mismo, más ataca: al periodismo crítico que no se pliega a sus deseos, aquel que no pacta en lo oscurito con el poder, aquel que puede y que tiene como única arma la verdad, venga de donde venga.
Lo anterior sale a relucir por la visita misteriosa que realizó el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, a la zona que domina el Cártel y que vio nacer al famoso narcotraficante Joaquín “Chapo” Guzmán Loera, y a la cual “decidió” no llevar prensa “crítica” para que cubra las diferentes actividades que tenga programada la agenda del tabasqueño. Y lo más raro es que tampoco llevará a la “prensa” que se le hinca al inquilino de Palacio Nacional.
Según las cuentas, fue la cuarta visita que realizó López Obrador a esa parte del país, visita que se ha comentado en redes sociales y que levantó suspicacias sobre los motivos, aunque el Jefe del Ejecutivo argumente que los motivos por los que va de visita a Badiraguato se deben a los diversos programas de Bienestar e infraestructura que beneficiarán a esa región.
En la actualidad el periodismo gráfico puede ser ejercido por cualquier persona que sepa manejar un celular que tiene cámara fotográfica, tal como sucedió en un partido de béisbol cuando fue fotografiado en el estadio de los Astros de Houston el primogénito de AMLO, José Ramón López Beltrán. Así que no tardará mucho tiempo en el que empiecen a circular fotografías de la “visita misteriosa” que realizó el Presidente a la tierra que domina el Cártel de Sinaloa.
Ese es el motivo principal que permea en la opinión de los mexicanos y que los lleva a pensar sobre las verdaderas causas que tienen sumido al país en un esquema sangriento y de violencia, y que es verdad que existe un pacto entre el gobierno federal, la delincuencia organizada y el narcotráfico. Presidente, no haga cosas que parezcan malas… y sospechosistas.