RICARDO SANHER. Dicen que la ilusión viaja en tranvía, en este caso en Metro, y a esto parece apostarle la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien tal vez no calculó bien los costos-beneficios que esta resolución puede traerle, ya que para empezar no se tiene nada claro si la Guardia Nacional es civil o militar para saber si su presencia en las instalaciones del Metro está justificada, ya que no se trata de una institución federal.
Después de la tragedia ocurrida el 7 de enero de 2023, cuando un convoy de la Línea 3 chocó entre las estaciones Potrero y La Raza y que dejó un saldo de una persona fallecida y más de 50 lesionados, han surgido toda clase de teorías, pero la que permea en el gobierno, tanto federal como de la Ciudad de México, es que existe la posibilidad de que este accidente pudo tratarse de un sabotaje.
Las “pruebas” están prendidas con alfileres, porque las mismas autoridades del Metro se han dado a la tarea de aclarar los “puntos oscuros” que la jefa de gobierno trató de sembrar entre los usuarios y que no contribuyeron a tranquilizar las agua pero sí le dieron la excusa perfecta a Sheinbaum Pardo para “jalar” al Sistema de Transporte Colectivo algo así como 6,000 elementos de la Guardia Nacional.
Este hecho más que dar tranquilidad a los usuarios de este transporte, los llena de temor porque presumen que realmente existe la posibilidad de un atentado. Esto lo basa la jefa de Gobierno al dar a conocer que las cajas negras con que cuentan los convoyes fueron sustraídas y encontradas en una camioneta, sin especificar que este vehículo era de dicha institución y que autoridades del Metro aclararon que por protocolo de seguridad estas cajas negras después de un accidente deben ser trasladadas a sus talleres para su revisión y que efectivamente así se estaba procediendo.
La presencia de la Guardia Nacional causó molestia entre los usuarios de dicho transporte colectivo, lo que provocó que varios grupos de jóvenes se manifestaran al interior del Metro, dando como resultado el desperfecto en torniquetes en la estación Bellas Artes y una persona detenida en Tlatelolco, quien fue presentada ante un juez cívico por realizar pintas en dicha estación, por lo que fue puesto en libertad sin sanción alguna ya que la libre manifestación está garantizada en la Ciudad de México. Los elementos de la Guarda Nacional involucrados en estos hechos fueron suspendidos de sus tareas actuales.
La molestia entre los usuarios del Metro es que el personal de la Guardia Nacional que fue destinado a patrullar los andenes del Metro debieron ser capacitados en la atención a los usuarios, ya que es de todos conocido que son elementos castrenses y por esto no conocen el marco jurídico que protege a los ciudadanos mexicanos por lo mismo serán sensibles de transgredir sus derechos lo que a la larga provocará más problemas que beneficios. Estas son las consecuencias de tomar decisiones de botepronto, porque como dice el dicho: “Zapatero a tus zapatos”.
Señor Presidente, los problemas que viene sufriendo el Metro no se van a solucionar militarizando las estaciones, más bien dotando a este medio de transporte del presupuesto necesario para un óptimo mantenimiento. Deje de desviar recursos a sus campañas políticas y obras faraónicas y vea por una vez en su vida por el bienestar de los mexicanos. Recuerde que usted no es el dueño de México, es un simple empleado de este gran país.