RICARDO SANHER
Parafraseando al diputado José Nemesio García Naranjo: ¡Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de López Obrador y su 4 Transformación!
Esto viene a cuento porque a finales de su mandato como Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador perdió ya cualquier rastro de dignidad y actuando como lo calificó el ex Presidente de Bolivia, Jorge Quiroga, se comporta como un “cobarde matoncito”, al no mostrar nada de empatía para con los deudos de los cinco jóvenes que fueron levantados y asesinados en Lagos de Moreno, Jalisco.
En uno de sus shows mañaneros demostró su perfil dictatorial y su poca tolerancia y empatía a todos a quienes vendió su gastada frase de que para su gobierno primero los pobres. Al preguntarles los representantes de los medios de comunicación presentes a cerca del crimen de los cinco jóvenes en Lagos de Moreno, tras reírse contó un desagradable chiste para dar a entender algo como en su momento lo hizo el ex Presidente Salinas de Gortari: “ni los veo no los oigo”.
¿Cuál fue la reacción del actual Presidente cuando su nefasta falta de empatía se hizo viral en las redes sociales? Auto victimarse y culpó y amenazó de manera pública a los dueños de los periódicos, radiodifusoras y televisoras por documentar sus expresiones burlonas en medio de un caso que aparte de enlutar a familias mexicanas, sentencia a los medios de comunicación con un lapidario: “acuso recibo”.
Del caso de los “jóvenes que fueron secuestrados y posiblemente asesinados que yo me burlé, y todos, todos, todos. Y ya no culpó a los conductores de radio y televisión, no, son los dueños de los medios los que están dando la consigna. Los dueños de las estaciones de radio, los dueños de las estaciones de televisión, los dueños de los periódicos. No es Ciro, no es López Dóriga, es arriba. Nada más para que sepan que acuso recibo, porque es extremo, ya es el colmo”.
Tal vez si el tablero político del país no viviera momentos tan complicados y no estuvieran en puerta los comicios presidenciales, la elección de 128 senadores, de 500 diputados federales, nueve gubernaturas y 30 congresos locales, las palabras del tabasqueño no tendrían mucha relevancia, pero con la clara intromisión del crimen organizado en las pasadas elecciones, estas palabras suenan como a tambores de guerra”.
Por más que uno no quiera ser mal pensado, las palabras del tabasqueño son las de un dictador o autócrata, por el bien del país esperamos ya no la cordura en la grey política, más bien en la ciudadanía. Madurez México… madurez.