RICARDO SANHER. En este México de tantos claroscuros se pensó que ya nada podría asombrarlo, pero qué lejos se está de lo anterior, porque si bien en regímenes pasados las mentiras se utilizaron como “bombas de humo” o distractores, en éste se les ha llevado a un grado superior, se ha convertido en un nuevo estilo de gobernar, al que se le ha sumado la “corcholata” preferida del Presidente, Claudia Sheinbaum, quien sin el menor decoro le da sustento y respaldo a las falsedades del tabasqueño, porque sabe que sólo así tendría la oportunidad de ganar la carrera a las demás opciones de la baraja presidencial.
Se acabó eso de medias verdades o medias mentiras, ahora lo que priva en el tablero político presidencial es la mentira cruda y sin sustento y el aparato de gobierno que se encargue de difundirlas hasta la saciedad para que los millones de seguidores de López Obrador las repitan como doctrina y se las crean completas.
Para quienes piensen que los ataque de los supuestos adversarios políticos del Presidente lo están haciendo sin sustento, sólo es necesario comparar uno de los spots del IV Informe con la realidad que se vive en el país para que se pueda dar una idea de la realidad que por más esfuerzos que hagan los operadores políticos y publicitarios de la presidencia, no han sido capaces de tapar, quizá no por ser malos en lo suyo, más bien porque de ese tamaño son las mentiras del Presidente.
Para muestra un botón de a libra y que esperamos no le cueste el gran respeto que por años le ha tenido el pueblo a esa gran institución y que una vez representó el orgullo de México, y termine por ser denostada y todo por el mal actuar de una persona, aunque ésta sea el Presidente de México.
El mensaje dice: «No somos iguales, durante los gobiernos neoliberales nunca hicieron una obra como ésta. El aeropuerto Felipe Ángeles se construyó en 2 años y medio, nos ahorramos 100 mil millones de pesos. Es el mejor aeropuerto de América Latina, lo hicieron los trabajadores de la construcción, los ingenieros militares y la Secretaría de la Defensa Nacional».
Para empezar no se “construyó”, se hizo una ampliación al ya existente aeropuerto de Santa Lucía; por otro lado, no es ni por mucho el “mejor aeropuerto de América Latina”, vaya ni de México, se cuidó el tabasqueño de mencionarlo como “internacional” porque al Felipe Ángeles le quitaron esa calificación. Por último, si se hacen cuentas, por mucho rebasó lo estimado que costaría el aeropuerto de Texcoco, súmenle la cancelación y las partidas monetarias extra que elevaron a un costo exorbitante el AFA (Aeropuerto Felipe Ángeles).
Qué lejos quedaron las promesas de campaña de AMLO donde afirmaba que era prioritario el regresar a sus cuarteles al Ejército, que no cumplía (y hasta la fecha no cumple) con el perfil de una policía federal que, como lo marca la Constitución, debe tener la característica de ser civil. Que no militarizaría el país y primero con la creación de la Guardia Nacional con un mando militar, su próxima subordinación al mando de la Defensa Nacional y darle a las Fuerzas Armadas la canonjía de formar empresas para manejar aeropuertos, aduanas y puertos marítimos, todo no sólo supondría una militarización del país, sino que afirmaría que ya estamos en el umbral de ello.
Con este panorama cuánta razón tienen quienes afirman que “cómo se extraña al oriundo de Macuspana, pero como oposición, porque como Presidente le quedó grande la yegua.