Revocación de mandato, una cámara china
RICARDO SANHER. Como lo asentara Javier Darío Restrepo, decano de la ética periodística en Colombia: “Hoy el periodista no es sólo los ojos y oídos de la sociedad. Es su entendimiento, pues estimula la inteligencia y la voluntad de los receptores”.
Comenzaré haciendo una pregunta a los amables lectores, y aclaro no es para la farsa llamada “revocación de mandato” donde se involucró a la ciudadanía, no. la pregunta es: ¿Usted cree en las casualidades? Yo más bien creo en las causalidades.
Procuraré explicar por qué, el Presidente en más de una ocasión ha dejado demostrado que su actuar siempre obedece al ocultamiento de situaciones importantes que ponen en riesgo la poca estabilidad que le queda al país, en esta ocasión se trata de su farsa llamada “revocación de mandato”, en la cual como apuntamos con anterioridad, lo menos importante es el resultado, porque gane o pierda el Presidente no dejará su encargo, porque jamás ha reconocido una derrota y menos lo hará si él tiene el poder en las manos.
Con esta farsa trata desviar los reflectores a todos los problemas que se le han ido acumulando y a los cuales no les ha podido encontrar solución aceptable, como el explicar la riqueza de su hijo José Ramón, el tramo 5 de su tren Maya, el fiasco llamado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y más recientemente la discusión de su reforma eléctricas y el ocultamiento de los millones de pesos que se perdieron con la caducidad de medicamentos almacenados.
Total que las anomalías de esta administración se cuentan por docenas pero para el Presidente y su 4 Transformación lo más importante es armar un show que le dé el suficiente oxígeno que le permita respirar más tranquilo en esta segunda etapa de su mandato, porque si alguien sabe de los tiempos electorales ese es el tabasqueño y entonces se avocaría a planear la elección de su sucesor y quien le servirá para tapar el desastre que va dejando a su paso.
Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard se desviven por ser los elegidos, pero a quien muchos expertos ven con más posibilidad de llegar es al paisano del Presidente, Adán Augusto López, a quien trajo de la gubernatura de Tabasco y lo colocó en un sitio al que le devolvió la importancia que con Olga Sánchez Cordero le había “trasquilado”.
Toda esta maraña que armó el Presidente y su círculo más cercano es para ganar tiempo y respirar con mayor comodidad y así desviar los reflectores a zonas más propicias que le permitan superar, aunque sin aclarar, los problemas en los que lo han metido su doble discurso de austeridad y honestidad y las tropelías de sus familiares y personajes cercanos a su círculo de poder.