RICARDO SANHER
A la vuelta de estos cinco años de gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su movimiento de la 4ta. Transformación, se le encuentran más similitudes con aquella caricatura que se transmitió en la televisión allá por los años 70’s y que hacía referencia a los tropiezos que sufría el coyote cada vez que pretendía capturar al correcaminos.
A diferencia de varios politólogos que le brindan una inteligencia y astucia al tabasqueño en las cuestiones políticas, todo parece indicar que tal cosa no existe porque en toda su vida escolar y política López Obrador no ha dado muestras de ello, más si tomamos en cuenta que como estudiante tardó 14 años (y con bajo promedio) en titularse como licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública y ya como Presidente no ha cumplido una sola de sus promesas, ya que la seguridad sigue por los suelos, la gasolina está cara; de su aeropuerto no despega los aviones que prometió, es más, ni él mismo lo utiliza; su refinería de Dos Bocas hasta el momento no ha refinado un solo barril de petróleo, cortó miles de árboles de la zona maya cuando dijo que no se cortaría uno solo, y así podemos seguir en un largo etcétera.
Por el lado de sus estrategias políticas, está por los suelos, ya que sus “corcholatas” no levantan el vuelo y aun así se aventó la vacilada de entregar el “bastón de mando” (lo que esto signifique) a Claudia Sheinbaum, quien conmovida aceptó continuar la transformación del país (lo que esto signifique), aunque nunca se aclaró si para bien o para mal.
Un tiempo antes esos shows de la 4ta. Transformación se hubieran tomado más en serio, pero el hecho de la aparición de Xóchitl Gálvez en el escenario político le da un giro de 180 grados a las cosas, porque ahora sí se aprecia una contrincante con los suficientes arrestos para vencer no a la candidata de la nueva mafia del poder, sino al “padrino” de esta nueva grey política dominante.
Porque si algo queda claro, es la inédita confrontación de dos mujeres por el máximo puesto político que se puede alcanzar, que es la Presidencia de la República, pero más allá de esta competencia entre féminas, es el hecho de que los reales opositores serán Morena encabezada por el tabasqueño y todo el poder político de la Presidencia, con los gobernadores y representantes del Poder Legislativo y Judicial guindas, contra la candidata del bloque opositor, a quien respalda la sociedad civil y los partidos políticos que integran dicho bloque.
A vistas la pelea pudiese parecer con clara ventaja del partido en el poder, pero si la sociedad civil capta el siguiente mensaje: “Gobierna la persona no el partido. Tampoco es el slogan; todos dicen cosas atractivas. Es la trayectoria; de dónde viene, qué ha hecho, quién ha sido toda su vida”, entonces puede existir una posibilidad de poder alcanzar un futuro mejor para los mexicanos que vienen empujando fuerte en busca de oportunidades de tener una vida más plena y no depender de las dádivas que actualmente les da el gobierno.
El tiro está cantado y la sociedad civil será el juez que incline la balanza a favor de la mejor opción para dirigir los destinos de México.