JUAN CHÁVEZ
Se oficializó: Claudia Sheinbaum será la candidata de Morena y aliados a la Presidencia 2024.
Y habrá que regresar a nuestros tiempos de aprendizaje en la escuela primaria, porque no se dice “la Presidenta”, sino “la Presidente”.
Es cuestión de proverbios. La palabra presidente no tiene femenino, razón por la cual México, en la jornada del 1 junio de 2024, habrá de elegir, entre Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum a la mujer que será PRESIDENTE de todos los mexicanos, NO “la PRESIDENTA”.
Los medios de comunicación deben ser los primeros en respetar la gramática que los políticos están lejos de hacerlo, y ahora que hoy jueves, arranca el proceso electoral formalmente, formalmente, insisto, porque desde hace meses o años, se empezó a cocinar la designación de Claudia para ser la coordinadora “en defensa de los comités de la cuarta transformación”, habrá que rendirle pleitesía, en primer término, a la GRAMÁTICA.
Las etapas del proceso electoral son diversas y complejas. Las precampañas de los partidos o coaliciones formalmente comienzan hasta el mes de noviembre y durarán 60 días.
Luego, en el curso del mes de enero, comenzará el periodo intercampañas, en el que no se puede realizar actividad electoral, y todo indica que el lunes 4 de marzo del próximo año comenzarán formalmente las campañas electorales cuya duración será de 90 días.
Es decir, todavía restan muchos meses y procesos diversos para que llegue el día de la elección.
Sin duda, será un proceso largo y probablemente tormentoso, que va a poner a prueba la madurez de las instituciones y también de la sociedad mexicana.
Se elegirán más de 10 mil puestos de elección popular, entre ellos 8 gobernadores y la jefatura de Gobierno de la Ciudad, la renovación de las cámaras de diputados y senadores, dos mil alcaldes y una treintena de congresos estatales.
Pero permítame insistir. Tenemos clavada la vista en las dos aspirantes a la Presidencia de la República: Claudia Sheinbaum por la coalición Morena-PT-Verde y Xóchitl Gálvez por el frente opositor Amplio por México del PAN, PRI y PRD.
Y no reparamos en el enorme error gramatical al llamar presidenta a la que triunfe.
Y aquí le digo, sin afán de aguar la fiesta morenista que aprendí a amar nuestra lengua, nuestra historia y nuestra cultura.
Y vamos con la gramática:
En castellano existen los participios activos como derivado de los tiempos verbales.
El participio activo de atacar es “atacante”, el de salir “saliente”, el de cantar “cantante” y el de existir, “existente”.
¿Cuál es el participio activo del verbo ser?, es “ente”, que significa que tiene identidad, en definitiva “el que es”.
Por ello, cuando queremos nombrar a la persona que denota capacidad de ejercer la acción que expresa el verbo, se añade a esta terminación “ente”.
Así, al presidente, se le llama “presidente” y nunca “presidenta”, independientemente del género (masculino o femenino) del que realiza la acción.
De manera análoga, se dice “capilla ardiente”, no “ardienta”, se dice estudiante, no “estudianta”, se dice “independiente y no “independienta”; “paciente”, no “pacienta”; “dirigente”, no “dirigenta”; “residente”, no “residenta”.
¿Está claro? Claudia o Xóchitl será PRESIDENTE, no PRESIDENTA.