JUAN CHÁVEZ
El que rinde su penúltimo informe mañana (casi ya de salida), no citará, desde luego, que él, en su mundo mañanero de sarta de mentiras y ofensas, llegó hasta el punto de haber lanzado a Xóchitl Gálvez a la candidatura del Frente Amplio por México.
Xóchitl es ya, en la premura de los tiempos, la ganadora del proceso interno del FAM y la virtual candidata de la oposición a la Presidencia 2024.
Pero la senadora hidalguense, que deseaba llegar a la elección primaria del domingo, que por supuesto ya no se llevará a cabo, lamenta que ya “no tenga competidora”.
“Alito” Moreno, para no variar, le jugó chueco a Beatriz Paredes y adelantó inclusive la inclinación del PRI en favor de Xóchitl.
Las encuestas finales, cuyos resultados iban a ser encerrados en sobre que se abriría el domingo tras el resultado de la elección primaria, fueron adelantadas y ayer jueves se conocieron, con una ventaja de 16.6% en favor de la senadora hidalguense. De esta suerte, se finiquitó el proceso interno del Frente.
Alito tuvo temor de que la elección primaria exhibiera a un PRI que pierde todo y que se está quedando sin militantes.
No más de 300 mil votos hubiera conseguido, de los casi dos y medio millones de votantes que se apuntaron en el padrón para la elección interna.
El temor grande y grave, era que de hecho, todo parece indicar que los dirigentes de los partidos del Frente quisieron evitar el riesgo de que hubiera una ganadora en la elección primaria y otra diferente en la encuesta.
Además, todo parece indicar que en la determinación estuvo envuelta la consideración de Alito Moreno en cuanto a no dejar crecer a Beatriz como una figura que le hiciera sombra en el PRI.
Beatriz hizo una hazaña y de no haberse presentado el fenómeno de Xóchitl, contra todos los pronósticos, hubiera ganado la candidatura del Frente.
El reto del Frente será resolver productivamente esta coyuntura.
El reto, desde el día de hoy, para la senadora Gálvez es que su candidatura no se convierta en una contienda entre ella y la 4T o entre ella y el presidente López.
El esfuerzo desde Palacio Nacional va a ser la construcción de una narrativa en la que se trate de una contienda entre el pasado, representado por Xóchitl y la continuidad de la 4T, representada probablemente por Claudia.
Si esa es la opción que se le ofrece al electorado, la oposición está perdida.
Lo que requiere Xóchitl es construir una nueva narrativa. Rodearse de un buen cuadro de asesores para presentar a la nación la reconstrucción del México destrozado por el autócrata de Palacio.
Lo hizo un poco al principio de sus recorridos y luego ya no fue tan clara.
El camino por recorrer es largo, y todavía no son los tiempos electorales fijados por la Ley, que deberán arrancar en la tercera semana de noviembre.
Ya no se podrá estirar la liga en llamados al voto y propuestas de una campaña que no será campaña y sí riesgo de caer en las descalificaciones del Instituto Nacional Electoral (INE) que eventualmente le conducirían al desconocimiento de la preciada candidatura presidencial que ya tiene en las manos… pero que no podrá utilizar como tal en su narrativa.
Xóchitl no tiene el poder que detenta el cirquero de Palacio… que se ríe de las llamadas de atención del INE o del Tribunal Electoral… y hasta de la Suprema Corte, si llegara a darse el caso.
Xóchitl deberá incorporarse al Senado y asistir, a querer o no, el día 1° de septiembre al V informe presidencial y cuidarse de no hacer declaraciones fuera de su opinión sobre el contenido del documento presidencial presentado a la nación.
Tiempos difíciles para Xóchitl. No tiene remedio.