JUAN CHÁVEZ
Dante Delgado mantiene en el atascadero al partido del que es dueño: Movimiento Ciudadano.
Ha declarado, una y otra vez, que MC es la única oposición real y deshecha la idea de formar parte del Frente Amplio por México que integran los de la Alianza: PAN, PRI y PRD.
Las coaliciones, en pleno proceso para designar a su candidato a la Presidencia, ya rebasaron a MC que a estas alturas, no tiene aspirante nominado.
Dante no acaba de convencer al alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, a que se la rife por el partido naranja.
Y en tal tesitura, con ser el “real opositor”, le costaría caro en las elecciones 2024 con la pérdida del porcentaje del 7% que tiene como fuerza política y su sueño de alcanzar el 15% yendo solo, se desplomaría.
Es fácil compartir el diagnóstico de los naranjas: “Alito” Moreno y el PRI son impresentables como socios políticos; el PAN es un puñado de burócratas de partido, sin ideas, que se vende al mejor postor en cada Estado. El PRD no existe, salvo en algunos distritos donde los “Chuchos” mantienen algún control territorial.
El gobierno de Morena es un desastre en seguridad, salud y educación y el presidente un ególatra. En tales criterios no podemos sino estar de acuerdo. El problema es que a partir de ese diagnóstico los naranjas echan saltos mortales para decir que son la única opción.
Con todos sus defectos, Morena tiene ahora más o menos 50 por ciento de la intención de voto. El Frente oscila alrededor de 30 y con Xóchitl Gálvez un poco más. Mientras Marcelo, Claudia y Xóchitl son opciones reales que ya están movilizadas, MC no tiene a nadie.
Dicen los naranjas que tienen muchas opciones. No es cierto. El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, se bajó de la contienda. El gobernador de Nuevo León, Samuel García, quiere terminar su periodo. Patricia Mercado es una excelente activista que ya fue candidata; sin embargo, comenzar ahora una campaña con niveles de conocimiento bajos es un riesgo altísimo. Luis Donaldo Colosio Riojas es el único candidato que podría levantar la votación encima de 15 por ciento, el problema es que no quiere, no confía en nadie y sabe bien que hoy por hoy lo que compite es su nombre, no su trayectoria.
Dante Delgado ha dicho que si nadie quiere él iría de candidato, lo cual sería francamente suicida, una extraña manera de acabar con su propia criatura.
Más allá del discurso y el diagnóstico que es fácil de compartir, la pregunta es si Dante Delgado está jugando a ser el fiel de la balanza o vendiendo caro su amor. Un político de su experiencia no pone todos los huevos en una sola canasta, en este caso la de Colosio. El riesgo de competir con un candidato débil en una elección polarizada, lo sabe bien, es que los borren del mapa, que su siete por ciento real se convierta en un insignificante cinco por ciento en las cámaras.
El riesgo para los naranjas es mayor: si Luis Donaldo no es candidato, MC, solo, no sólo no tiene futuro.
Quizá Dante Delgado tenga todavía la esperanza de convencer al alcalde de Monterrey para que se sacrifique por el partido, quizá esté esperando ver quién es el candidato del Frente para negociar con él o ella y no con los partidos. Lo cierto es que un solo as no hace juego y blofear le puede al final salir más caro que retirarse a tiempo.
Xóchitl ganaría más con ser investida candidata de Movimiento Ciudadano que con el Frente que tiene líderes descalificados en los tres partidos. Pero Dante no da color, ni siquiera se ha acercado a la senadora que tiene dos meses de mantener levantados los quehaceres político electorales.