JUAN CHÁVEZ
La presidenta quería pasar a los civiles la administración de las aduanas y puertos, pero en plena transición el rey Lopitos la frenó y quedaron como estaban: en manos de marineros y soldados.
O sea: Claudia está ejerciendo el poder a medias. ¡Muy a medias!
También por decisión del que se fue pero que no termina de largarse a su finca La Chingada en Palenque, el secretario de Seguridad del gabinete de Claudia, Omar García Harfuch se quedó sin la Guardia Nacional y solo puede disponer entre 15 mil a 20 mil elementos que pertenecían a la Policía Federal de Caminos.
Y eso, tras una negociación con los militares.
En pocas palabras, García Harfuch está en manos del secretario de la Defensa Nacional, general Ricardo Trevilla en su pretensión de pacificar el país y poner en un estate quieto a las bandas del crimen organizado que siguen disputándose el control del territorio nacional.
Hoy se presenta el Programa Nacional de Seguridad que resalta el fortalecimiento de la Guardia Nacional y del aparato de inteligencia.
Nada nuevo pues para combatir a las bandas de criminales.
Hay que empezar, sin embargo, con quitar a la gobernadora de Guerrero y al gobernador de Sinaloa. De otra forma, estaremos ante otra tomadura de pelo.
Claudia tiene, como tarea urgente, separar al poder político del poder criminal. ¿Podrá?