EL OTRO DATO/ Perdimos la libertad; su hijo Andy para el 2030

JUAN CHÁVEZ

Con López Obrador México queda militarizado con la Guardia Nacional bajo la férula de la secretaría de la Defensa Nacional.

Queda registrado lo que a México le costó su gobierno que no atendió la economía: 2 billones (2 millones de millones), 300 mil millones de pesos por un crecimiento acumulado en su sexenio de 5% del PIB, algo así como el  0.8 al año.

Desde los tiempos de Miguel de la Madrid no se registraba crecimiento económico tan bajo. El del priista fue de -2%-

Atado, bien atado, es el régimen antidemocrático y dictatorial que hereda a Claudia Sheinbaum.

¿Quién gobernará? Claudia o Luisa María Alcalde, como dirigente de Morena o Andy, el hijo de AMLO que actuará como secretario de Organización del comité directivo del partido guinda.

En esta posición Andrés Manuel López Beltrán, Andy, decidirá las candidaturas de Morena, es decir, será la línea directa del autoritarismo de AMLO.

¡Una dictadura a distancia!

Desde ahora, López Obrador determina la sucesión de Claudia para el 2030. ¿Será Andy el candidato?

La República queda destrozada.

En el colmo de su cinismo, anuncia que no se irá de inmediato a La Chingada, su finca en Palenque, Chiapas.

“Estaré por acá dos, cuatro días, una semana”, anunció en su mañanera de este miércoles.

Agregó que no dormirá en Palacio Nacional la noche del 30 de septiembre al 1 de octubre.

A Sheinbaum le impusieron medio gabinete, y en los gobiernos estatales quedaron firmes varios exponentes del obradorismo que se codea con el crimen organizado.

En la Ciudad de México, a Claudia le bajaron a su candidato, que ganó la encuesta de Morena, para entregársela a Clara Brugada, quien será la jefa de Gobierno gracias a la intervención de López Obrador y a pesar de Claudia Sheinbaum.

Sin apoyos propios en el equipo de gobierno, Claudia hereda de López Obrador un pleito con Estados Unidos que ella no buscó y le va a entorpecer la renegociación del T-MEC.

Soldados y marinos de la Guardia Nacional –que dependerá de la secretaría de la Defensa– podrán investigar los delitos que el Ejecutivo les encomiende.

Para los ciudadanos habrá prisión oficiosa por sospecha de delitos.

El derecho al amparo quedó mutilado.

Ya en la cárcel –por indicios, sospechas o consigna del gobierno–, nos van a juzgar los jueces que llegaron al cargo propuestos por Morena.

Los tribunales superiores también serán integrados con los magistrados y ministros que diga el partido oficial.

La libertad fue esfumada a todos los mexicanos.

La aprobación de una Guardia Nacional militar, bajo el mando de las Fuerzas Armadas y orgánicamente vinculada a la secretaría de la Defensa, es una derrota política para todos los civiles, de la presidenta electa para abajo, para todos y cada uno de nosotros. Perdimos. Perdimos la posibilidad de tener una policía civil; perdimos la posibilidad de construir una forma distinta de entender la seguridad. Resultó patético ver a eso que se autodenomina izquierda poniéndose dócilmente en manos de las Fuerzas Armadas, y peor aún, celebrándolo como si de un triunfo se tratara.

¿Cuál será el verdadero legado de López Obrador: la creación de un movimiento político que se convirtió en hegemónico en menos de una década; la construcción de un nuevo Estado social que redujo la desigualdad en este país; o la destrucción de las instituciones de contrapeso al Poder Ejecutivo y el empoderamiento de los militares?

Él quisiera ser recordado por las dos primeras causas, pasar a la historia como el presidente que cambió el rumbo del país y principalmente el futuro de los más pobres. Cómo se escriba esa historia, sin embargo, depende más de los resultados de los primeros años del gobierno de Claudia Sheinbaum que de los seis de López.

Si el gobierno de la primera mujer presidenta de este país no da resultados en 24 meses, si los excesos del gobierno megalómano de López Obrador le pasan la factura, si eso que hoy se llama izquierda –y que no es sino un cúmulo de oportunistas prestos a alinearse con quien hoy detenta el poder– se quiebra y se divide, el obradorato pasará a la historia simplemente como el periodo en que cambió el balance de poder entre civiles y militares, el periodo de la renuncia a una política de seguridad basada en los derechos de las personas y no en la razón de las balas.

Ahora presenciamos la destrucción de las instituciones de la República y la instauración de una tiranía.

Viene una negra y larga noche para la República.

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