JUAN CHÁVEZ. El financiamiento de las pensiones anda en el escabroso límite de dejarse de cubrir por falta de recursos. Hace años que algunos estados se han declarado en mora por falta de dinero para cumplirle al personal de sus gobiernos y municipios que ha optado por jubilarse.
Las universidades públicas atraviesan por igual situación.
Y ahora, con las pensiones a los adultos mayores, la situación llega a extremos que han obligado al gobierno de López Obrador a destinar una mayor cantidad de dinero para las pensiones.
El total del gasto en pensiones este 2023 ascenderá a poco más de 1.3 billones de pesos (un millón de millones trescientos mil millones de pesos), de acuerdo con secretaría de Hacienda y Crédito Público. La octava parte del gasto nacional.
En 2010, en mi libro Las Pensiones de Dios, escribí que cuando el gasto pensionario llegara al 10 por ciento del presupuesto federal, iba a estallar una gran bomba de tiempo económica, que llamé “Revolución blanca”
Y si esta bomba no le estalla a López Obrador es porque la reubicación de fábricas (nearshoring) puede retardar el efecto.
Aparte, en 2022 se vivió el fenómeno de un bajón en el per cápita personal a consecuencia del casi nulo crecimiento de la economía.
Durante la gestión de López Obrador se han registrado los niveles más bajos del PIB per cápita. En 2020 tuvo una importante caída debido a la contracción económica por covid-19 y no ha logrado recuperarse todavía.
El PIB per cápita es un indicador macroeconómico de productividad y desarrollo económico.
Se utiliza para analizar el comportamiento de la economía respecto de la población total durante ese periodo.
En México, durante el 2022 se observó que la producción económica fue de 142,030 pesos mexicanos por año por cada habitante.
Este nivel es inferior a los registros de 2019, 2018, 2017 y 2016, lo que muestra que durante la administración del cirquero mayor de Palacio, el PIB per cápita ha estado en sus niveles más bajos.
López Obrador está de salida y concentrado en la sucesión. En la recta final de su administración hay varias «bombas de tiempo» que, si no le estallan a él, terminarán por estallarle a su sucesor(a).
Por lo pronto, el gasto para pagar las pensiones a más de cinco millones de jubilados, acusa ya críticos momentos, por estar próximo el gasto al 10% del presupuesto federal. Quizá en 2024, la sucesión presidencial se vea ensombrecida por retrasos en los pagos de las pensiones.