JUAN CHÁVEZ
Vi en el noticiero estelar de ADN 40 el jueves 23 de mayo, la declaración de un hombre que vestía saco azul y que arrastraba su petaca para llegar a pie a la terminal 2 del AICM.
Había caminado, según declaró, 4 horas bajo la tórrida temperatura del medio día, por el bloqueo de la CNTE al aeropuerto.
Tal hecho, queda remitido, incuestionablemente, a la irresponsabilidad de AMLO, frente a la agresividad del plantón de los maestros de la CNTE en el Zócalo y los bloqueos a avenidas principales de la ciudad, que generan molestias a los transeúntes y pérdidas millonarias a las empresas.
Todo eso le vale camote al cacique de la 4T que tiene la obligación constitucional de velar por la seguridad y tranquilidad de la población.
AMLO debe usar la fuerza pública de la que tiene el monopolio, para retirar del Zócalo el plantón e impedir que ese grupo de maestros, que son sus aliados, no bloqueen las avenidas.
Pero la pasividad de los mexicanos revienta. No son capaces –y no debe ser– de enfrentarse a los paristas para evitar que les sigan dañando.
En los días finales de las elecciones del 2 de junio, es una provocación de AMLO a la ciudadanía, en favor de su candidata-títere Claudia Sheinbaum. Por tal razón, no concede el diálogo que “exigen” los paristas, es parte del plan que se traen estos y el cirquero de Palacio.
Los partidos y organizaciones civiles que postulan a Xóchitl Gálvez necesitan denunciar con anticipación las trampas que la maquinaria oficial explora para ejecutarlas el 2 de junio.
Si la ciudadanía quiere que Xóchitl sea la próxima presidenta de la República, tiene que acudir masivamente a las urnas el domingo y ahogar en votos el fraude electoral que ya está hecho, aunque no consumado.
Dos grandes riesgos le esperan a la oposición y su candidata.
1.- Que los topos del gobierno en el INE le filtren a Morena las casillas donde hará el muestreo para dar a conocer la tendencia a las 11 de la noche del domingo.
Las miradas de la oposición están puestas en Flavio Cienfuegos, jefe de la Oficina de la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, quien ya habría sostenido reuniones con integrantes del “cuarto de guerra” de la candidata de Morena.
Taddei ya había tenido a Flavio Cienfuegos como colaborador, en 2017, cuando la actual presidenta del INE estaba al frente del Instituto Electoral del estado de Sonora.
Él es señalado como el topo de la 4T en el instituto, y el conducto a través del cual se podría filtrar el secreto mejor guardado: las casillas donde se tomarán las muestras para dar a conocer la tendencia irreversible la noche del domingo.
Al tener esas casillas, Morena y empleados del gobierno sólo tendrían que cargar sus esfuerzos en esos centros de votación, para que los suyos acudan a votar y aplicar todos los mecanismos de coerción que tan bien conocen.
¿Cómo se puede vacunar la oposición contra esa trampa?
La única forma es salir masivamente a emitir su voto y denunciar –por cumplir el requisito– ante el Tribunal Electoral, cuya dirigencia ya fue capturada por el gobierno, y ante la misión de observadores de la OEA, la posible filtración de las casillas a escrutar para dar a conocer la tendencia.
2.- El albazo de Taddei es una posibilidad nada descartable que la presidenta del INE dé a conocer “tendencias irreversibles” en favor de Claudia Sheinbaum, sin el aval de la totalidad de consejeras y consejeros del instituto.
Ha sido ampliamente expuesto en los medios de comunicación que Guadalupe Taddei llegó a la presidencia del INE impulsada por Alfonso Durazo, gobernador de Sonora y presidente del Consejo Político Nacional de Morena.
Y si alguien lo duda, remítase a los hechos.
Es cosa de ver la parcialidad de Taddei contra la candidata Xóchitl Gálvez, a la que ha tratado de impedir el uso del color rosa, obligarla a borrar todas sus menciones a Morena como narcopartido, y un sinfín de otras hostilidades que son producto de su fervor militante.
Prohíben a Xóchitl referirse a Morena como narcopartido, luego de que el Cártel de Sinaloa, el gran consentido de este gobierno, secuestró a 200 operadores electorales del PRI en Culiacán y Mazatlán para dar a Morena un triunfo aplastante en la elección de gobernador y de diputados en 2021. Y destaca, más que nada, las 6 visitas que AMLO ha hecho a Badiguarato, la cuna de Joaquín El Chapo Guzmán.
Sería estéril que en estos días la oposición se desgaste en acusar de vendidas a todas las casas encuestadoras, que –creo– van a reflejar los resultados del fraude ya cometido.
Después de las elecciones habrá batalla legal en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Quizá entonces, la encabronada pasividad con que vemos cómo se “fabrican” hechos contra la oposición, explote.