JUAN CHÁVEZ. El cierre de campañas de Delfina Gómez y Alejandra del Moral se celebró en Texcoco. El equipo de Ale tenía agendado a Chimalhuacán para tal evento, pero a última hora y sin el permiso de la presidencia municipal de Texcoco, su aparato decidió exhibir a la candidata del oficialismo mexiquense en la tierra de la maestra.
El evento solo sirvió, a la coalición Va por el Estado de México, para poner en evidencia la falta de tino político de los pre campañistas de Alejandra o de ella misma.
El PRI, de plano, demostró, una vez más, que con todo y su “Alito” de líder, no sabe ni ha aprendido a ser una oposición real y agresiva, como le corresponde por ser el gran perdedor en el triunfo de López Obrador en 2018.
Alejandra debió cerrar su campaña en los confines del NAIM, meterse a ellos y con o sin audiencia, aventarse su discurso de cierre.
Finalmente al NAIM se le identifica como el “Aeropuerto de Texcoco” (pero fallido). Y era preferible ese pedazote del Texcoco destruido que los terrenos baldíos periféricos que utilizó.
Eso la hubiera pintado de valiente, el lema que adoptó en su precampaña y que seguramente seguirá utilizando en la campaña, una vez que formalmente sea reconocida candidata del PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza.
Ya la senadora Lilly Téllez, que se ha apuntado como aspirante a la Presidencia 2024, se aventó el tiro de criticar la paralización y destrucción del casi 40% que se llevaba en la construcción del NAIM y declaró, eso sí, valientemente, que lo rescatara de llegar a convertirse en titular del Poder Ejecutivo.
Ella Lilly, es panista, pero entró al Senado vía Morena que la apapachó en las elecciones de 2018.
Alejandra, ex secretaria de Desarrollo Social en el gobierno de Alfredo del Mazo, tiene trayectoria política pero, supuestamente, no le ha servido de nada… hasta este momento, en que lleva las de perder frente a Delfina.