
JUAN CHÁVEZ
Estamos fritos en medio de los escándalos de Morena, el partido de la presidenta Sheinbaum, y el mal parido movimiento de la anti-gentrificación.
El coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López, reapareció en el Consejo Nacional de Morena celebrado el domingo en un hotel de Reforma, e insistió en que se le investigue y que está a disposición de las autoridades, una salida muy concurrida en la política mexicana porque saben que el control político de la justicia en este país es absoluto. Lo era antes y lo es ahora.
Es claro que el ex gobernador de Tabasco no es responsable de los delitos que cometió su secretario de seguridad, lo que no está tan claro es hasta dónde el exgobernador alentó, permitió o incluso se benefició de los delitos cometidos por su secretario, Hernán Bermúdez, el “Comandante H”.
A Hernán se le acusa de haber actuado con nexos del narcotráfico y haber alentado el coyotaje contra los migrantes, beneficiándose de las cuotas que tenían que pagar al coyote.
La llegada del dúo a Tabasco –Adán y Hernán– resultó letal para la entidad. No solo se incrementó el número de asesinatos y la criminalidad en el Edén, sino que aumentaron las desapariciones.
Tabasco es considerado hoy un de los estados de mayor incremento en desapariciones por la Red Lupa de Derechos Humanos que analiza Entidad por Entidad.
No es coincidencia que la crisis comenzara justo en 2018 con la llegada de López Hernández al poder y Bermúdez a la secretaría de Seguridad.
Hoy, Adán, es considerado destructor del Edén, el paraíso que era Tabasco antes de su acceso a la gubernatura del Estado en 2018.
El escándalo que envuelve al senador Adán Augusto López Hernández, acusado de presuntos nexos con el crimen organizado a través de su ex colaborador en Tabasco, Hernán Bermúdez Requena, planeó sobre la reunión como una sombra persistente.
Mientras tanto, la ausencia del coordinador de los diputados, Ricardo Monreal, avivó las especulaciones sobre fracturas internas. En este contexto, Morena busca blindar su estructura interna, pero el rumbo elegido plantea preguntas sobre su capacidad para sortear la tormenta.
Las operaciones del Cártel Nueva Generación en Tabasco tienen que ver fundamentalmente con dos delitos: huachicol, ese que dicen que se combatió en el sexenio de López Obrador pero que en realidad solo se multiplicó, y tráfico de personas, fundamentalmente migrantes. Se calcula que por la llamada Casa Azul (que al parecer todos la conocen y saben dónde está menos las autoridades) pasaban entre 100 y 200 migrantes ilegales al día, mismos que pagaban cuota por pasar.
Si de algo es responsable Adán es de haber destruido el Edén. ¿Se benefició política o económicamente de ello? Esa es la pregunta que tiene que responder la Fiscalía, pero ya sabemos que Alejandro Gertz vive en el sueño de los justos, una forma elegante de decir que vive en la siesta eterna.
En el Consejo Luisa María Alcalde, su lideresa, propuoso la creaci+ón municipal de comités de transformación, algo parecido a los de Cuba. Es decir, México sigue copiando el modelo0 de gobernar de la Cuba comunista.
Este domingo 20 de julio se llevó a cabo otra marcha en contra de la gentrificación en la Ciudad de México, la segunda en menos de tres semanas. Cientos de personas marcharon por Insurgentes, de Fuentes Brotantes al Caminero.
Un grupo del bloque negro se regresó a Ciudad Universitaria para causar destrozos en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de Ciudad Universitaria.
Vecinos de Santa Úrsula, en Coyoacán, así como quienes se oponen a un proyecto inmobiliario en Fuentes Brotantes, en Tlalpan, y colectivos —600 según el gobierno capitalino— llegaron a las 15:00 horas a la estación del Metrobús, en la que ya estaba un grupo de la secretaría de Gobierno para pedirles que se llevara la protesta de forma pacífica.
Ahí había policías con escudos y extintores como marca el protocolo. Muchos negocios taparon con maderas sus portadas para evitar daños.
En ese punto, los organizadores exigieron poner un alto a la gentrificación: «Megaproyectos es el nuevo nombre del despojo», «La gentrificación es lucha de clases», «¡Vecino callado, será gentrificado!».
También hubo espacio para otras consignas como las 40 horas laborales.
«Lo que propusieron hay que analizarlo muy bien, sobre todo lo que tiene que ver con regular las rentas, pero lo que venimos a pedir, principalmente, es que cumplan con lo que dijeron, porque México es un país de ley, no de leyes que no se cumplen», dijo Mario Chávez, habitante del pueblo de Santa Úrsula Xitla.
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