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JUAN CHÁVEZ
Se han descubierto, en los cinco años del gobierno de la 4T, 2 mil 710 fosas clandestinas, donde se han encontrado centenas de cadáveres que supuestamente podrían pertenecer, algunos, a las personas desaparecidas en estos últimos cinco años.
La mayoría de las fosas se encuentran contabilizadas en Veracruz, Colima y Sinaloa
En lo que va del sexenio del presidente López desaparecieron 34 mil 358 personas, un promedio mensual de 625, según datos de la secretaría de Gobernación.
México se ha convertido en un cementerio de terror. Del 1 de diciembre de 2018 al 30 de enero de 2023, la Comisión Nacional de Búsqueda ha contabilizado 2 mil 710 fosas clandestinas en el país.
Peritos comentan que la mayoría de los cuerpos hallados en estas fosas fueron seccionados por los delincuentes para poderlos transportar de un lugar a otro y hacer más difícil su identificación.
Los colectivos de buscadoras proliferan ante el alza de desapariciones; en el país hay por lo menos 234 distribuidos en 26 estados.
López Obrador ha señalado que en su gobierno han disminuido los casos de desapariciones, pero los familiares de las víctimas replican que van en aumento.
Ceci Patricia Flores Armenta, líder de las Madres Buscadoras de Sonora, advirtió que la tragedia de las desapariciones es tremenda, pues a diario en la página oficial del colectivo se suben alrededor de 30 fichas de búsqueda, de las cuales entre cinco o siete son de Sonora.
La madre buscadora explicó que no todos los desaparecidos tienen que ver con el crimen organizado, pues algunos son víctimas de trata, de reclutamiento forzado para ser utilizados como esclavos en los campos agrícolas o barcos camaroneros; muchas mujeres son privadas de la libertad para ser explotadas sexualmente.
«Hay tantas personas desaparecidas, muchas familias denuncian y otras no lo hacen por miedo, pero la autoridad no busca y ni la Comisión Estatal de Búsqueda ni las Fiscalías de los Estados hacen su trabajo», expuso.
Ceci Patricia señaló que la mayoría de los familiares con personas desaparecidas se quedan en casa, esperando a que otros encuentren a sus seres queridos. «Si cada persona con un desaparecido saliera a búsqueda y el gobierno hiciera su trabajo, no hubiera tantos».
Las autoridades estatales y federales, más que ayudar a los colectivos de búsqueda de desaparecidos, estorban y obstaculizan la labor de las buscadoras. Incluso, ya se dio el asesinato de una de ellas y una gran mayoría son amenazadas de muerte.
