JUAN CHÁVEZ. Si no dejan que los soldados cumplan con su deber, que los regresen a los cuarteles.
La demanda es de las familias de las tropas en las marchas que se efectuaron en CDMX, Toluca y ciudades de Tamaulipas, Morelos, Jalisco, Oaxaca, Guerrero, San Luis Potosí y de otros estados.
La convocatoria fue nacional y la consigna “Al Ejército no se le toca”.
Este domingo se registraron marchas de familiares y personas que apoyan al Ejército en protesta por la detención de soldados en Nuevo Laredo.
Los elementos están señalados de haber ejecutado a cinco jóvenes que viajaban en una camioneta en esa ciudad del norte. Cuatro elementos ya fueron vinculados a proceso por desobediencia y delito del fuero militar.
AMLO se mofó de las marchas, las desdeñó. Desestimó a esa parte de la institución que marchó para exigir que los soldados detenidos sean puestos en libertad.
No es debido que sea así. Dispararon y mataron, y las investigaciones de la FGR no sean agotado.
Pero… ¿cómo opera entonces la doctrina lopista de abrazos, no balazos?
Ya sabemos que este sábado 18, AMLO va a llenar el Zócalo. La envidia de haber visto como la ciudadanía lo inundo el martes 6 en defensa del INE y de la democracia, le corroe su egocentrismo.
El pretexto es el aniversario de la expropiación petrolera y, claro, habrá de su parte provocaciones a cielo abierto contra los millones que no están de acuerdo con sus mañaneras de gobierno, y también condenará la marcha de militares y sus familias, descontentos por no contar con la regulación debida de esa guerra contra el crimen organizado en que hundió a las Fuerzas Armadas.
Veremos, a partir de entonces confrontaciones más severas. En las filas del Ejército habrá más descontentos por las críticas de su Comandante Supremo, que no les perfila esa desastrosa e ineficaz cuestión de abrazar y no tirar plomo.
Ha dicho el comandante de la soldadiza que las marchas de militares y familias “pueden ser promovidas por la delincuencia”.
El reclamo de muchos familiares de soldados es que el gobierno de López Obrador los trata de manera ‘inhumana e injusta’.
En la Ciudad de México, medio millar de personas que se identificaron como soldados en activo, retirados y jubilados marcharon hacia el Zócalo, exigiendo que se paren “los abusos” en contra de los militares.
“Soy hija de un militar y quiero ver bien a mi papá”, se leía en una de las cartulinas, mientras los manifestantes gritaban “libertad, libertad, libertad; justicia, justicia, justicia”.
En la capital Victoria, pidieron respeto a los derechos de los soldados, señalando que son ellos los primeros que acuden a apoyar a los ciudadanos cuando hay un desastre o cualquier emergencia. Sin embargo, son ignorados o maltratados por parte del Gobierno, aseguraron.
Los manifestantes lamentaron que el presidente denostara” la movilización a favor del Ejército.
“Si no quieren que las Fuerzas Armadas hagan su labor, que los regresen a los cuarteles. En la actualidad muchos funcionarios son custodiados por militares y no hacen nada por el bienestar de ellos”, reclamaron.
Entre pancartas y consignas, los manifestantes pidieron que se les respeten sus derechos humanos a los integrantes de la milicia, pues recordaron que ellos son los que fueron sacados a las calles para dar seguridad a la población.
“Desde mi punto de vista desde esta administración, el comandante supremo que todo mundo sabe quién es, ha vulnerado los derechos de los militares; les han dado más importancia a los derechos de los delincuentes”, dijo Judith González, una de las participantes”.
Otros coincidieron en señalar que a últimas fechas tienen más derecho los delincuentes y los militares no tienen forma de defender sus labores porque no tienen bien regulado su marco de actuación.
«Hay que apoyar a nuestros hermanos porque ahora tienen menos derechos los militares y hay que alzar la voz y no quedarnos callados como ciudadanos… soy oficial y lamentablemente se nos prohíbe tocar a las personas y hasta que ellos nos agreden, podemos hacer algo»,